REAL MADRID

Guti, genio y figura

"El tacón de Dios" o "Tacón de oro". Así ha sido bautizada en la prensa la jugada maestra protagonizada por Guti ante el Depor. La magia del '14' fue el mejor antídoto contra el maleficio de Riazor que duraba ya 18 años. Pero la victoria blanca no era lo que monopolizaba la conversación en todos los corrillos y tertulias futboleras, sino el arriesgado taconazo. Una locura que le habría costado innumerables críticas y mofas de salir mal. Pero por suerte para el fútbol, lo incomprensible se tornó en obra de arte sólo al alcance de genios como Guti, un jugador singular, capaz de dejar boquiabiertos a los aficionados por un pase imposible, como de crispar los ánimos del Bernabéu por su desidia o autoexpulsiones. Un deportista lleno de luces y sombras.Tras el encuentro, el canterano restó merito a la acción: "Lo más fácil era dejársela a Benzema para que pudiera hacer el gol tranquilo". Pero sus compañeros no opinaban lo mismo. Hasta los rivales se rindieron a la soberbia actuación de Guti. "Por lo visto hoy, merecería ir al Mundial", llegó a confesar Lotina.


La pregunta que ahora se hacen los aficionados 'merengues' está clara: ¿cuánto habrá que esperar para volver a ver a Guti hacer un partido tan completo? Los precedentes no son nada prometedores. La irregularidad es tan innata al jugador como su calidad. El '14' blanco debutó en el Real Madrid en diciembre 1995 de la mano de Jorge Valdano. En los tres lustros de militancia en el club de sus amores ha combinado sus dotes de calidad con enfrentamientos y polémicas con diferentes técnicos. Su mejor etapa coincidió con Vicente del Bosque en el banquillo. Con el salmantino fue titular la mayor parte de los partidos y su capacidad goleadora alcanzó cotas inesperadas. Recibió la llamada de la selección como recompensa y disputó 13 partidos con la 'roja'. Pero su controvertido carácter, dentro y fuera del campo, le impidió mantenerse en el combinado y convertirse en una verdadera estrella.


Guti ha escuchado tantas veces los aplausos como los pitos de su propia afición. La relación de amor odio del Bernabéu se extiende a los entrenadores. Todos han alabado su calidad, pero todos han terminando relegándolo al banquillo. Pellegrini no fue una excepción. En el descanso del partido copero ante el Alcorcón, con 3-0 en contra y una lamentable imagen de los blancos, el canterano insultó al técnico chileno. Su castigo fue permanecer fuera de las convocatorias dos meses y medio.


Guti ha deslumbrado con jugadas imposible en más ocasiones. Hace cuatro años, en un choque ante el Sevilla, dio un taconazo para superar la línea defensiva hispalense y dejar el balón franco a otro mago del balón como Zidane. El segundo capitán del Madrid vive de sus genialidades. Pequeñas gotas de magia que sirven para olvidar las lesiones menores transformadas en varias semanas de baja. Las expulsiones absurdas. La apatía en muchos encuentros El canterano ya ha avisado que su etapa en el Madrid se termina, quizás, al concluir la temporada. El Bernabéu deberá paladear al máximo sus últimos regalos. Al final, le echarán de menos.