Gijón, doce años después

Real Zaragoza y Sporting reeditan un clásico de Primera que se había perdido. Marcelino regresa a su casa con la idea de extraer de allí tres puntos

Ponzio y Arizmendi, ayer, durante el entrenamiento
Gijón, doce años después
oliver duch

Doce años después, regresa el Real Zaragoza al estadio de El Molinón para disputar un encuentro de Primera, un partido antaño clásico que se había perdido. Desde entonces, han cambiado infinidad de cosas en uno y otro bando, en el asturiano y en el aragonés. El Sporting ha vivido diez años consecutivos apresado en la Segunda División. El Zaragoza, por su parte, ha bajado y subido en dos ocasiones. Ambos, en términos generales, han menguado en la vistosidad y contenido de su fútbol.

 

Aquellos partidos de rango entre Joaquín, Mesa, Maceda, Ablanedo, Señor, Güerri, Barbas, Amarilla o Valdano han dado paso al actual escenario, casi sin solución de continuidad. Gijoneses y zaragozanos aportaron en el pasado hombres y talento a la selección española con cierta fluidez. En esta época, el combinado nacional queda lejos para unos y otros, salvo alguna rara excepción. Las nuevas coordenadas para Sporting de Gijón y Real Zaragoza son las de la conquista de la permanencia en la élite. En este sentido, el partido de esta noche (22.00/Gol TV y Canal+Liga) se convierte en un duelo entre iguales. De ahí también la importancia añadida que adquieren los puntos.

 

Marcelino García Toral (Careñes, 1965) acude a su casa con la clara determinación de sumar, con independencia de la multiplicidad de adversidades que se le han presentado. La última contrariedad es la lesión del serbio Obradovic. Unas molestias en la rodilla le impidieron entrenarse ayer y no ha entrado en la convocatoria, entre los jugadores que hoy viajan en vuelo charter a Gijón. Con casi toda seguridad, el lateral izquierdo lo ocupará Javier Paredes, que ya entró en los engranajes del equipo la pasada jornada. En el lateral derecho también se presumen novedades. Rubén Pulido puede ser su ocupante desde un origen. La solución de trasladar a esa demarcación a Leo Ponzio no convece a Marcelino. No dio resultado frente al Valladolid. Aquello que el argentino aporta en la banda se pierde en el centro del campo, una zona mucho más sensible. Ponzio volverá a su lugar natural, para dar más intensidad y fuerza a la estructura entera del equipo. El resto ya es sabido, o al menos se presume dado: Ayala y Pavón formarán el eje de la defensa, Pennant y Babic se desenvolverán por las bandas, Jorge López efectuará las labores de enganche y Javier Arizmendi se batirá en todo el frente de ataque. Pocas opciones más se pueden barajar ante la plaga de bajas, sea por unas causas u otras.

 

Enfrente, el Real Zaragoza encontrará un rival de su liga que a día de hoy se siente cómodo en feudo propio. La comunión entre afición asturiana y equipo es elevada. Existe un flujo de comunicación en clave positiva entre lo que sucede en el campo y el sentir de la grada.

 

Quedaron para la historia aquellos encuentros en El Molinón en los que el público giraba en media vuelta y daba la espalda de modo literal a sus futbolistas cuando aún faltaba por disputarse buen trecho del partido, en un gesto de desaprobación completa y radical no sólo al equipo, sino también al modo de gestionarse la entidad. Ahora, El Molinón arropa y defiende, abriga y anima. La tendencia cambió hace cuatro temporadas y continúa en proceso creciente.

 

El comienzo de la Liga actual ha fortalecido esta ligazón, sobre todo tras el empate que extrajo el Sporting el pasado domingo en Mestalla, ante el Valencia. Esas tablas a dos goles han reafirmado a los gijoneses en las convicciones futbolísticas que practican. El conjunto de Manolo Preciado es un bloque bien definido en su estilo y funciones. La pasada temporada consiguió mantenerse en Primera y este año se mueve con igual objetivo, aunque con la ventaja de haber ganado un año de experiencia en la supervivencia en ese delicado terreno. En el once ideal del Sporting no hay nombres de referencia. Aquí sólo suenan Canella, por el interés zaragocista del pasado verano, y Bilic, quien fue jugador del Real Zaragoza.