"Es una maravilla tener tan pocos jugadores. No tengo que tomar tantas decisiones", dijo con sorna y entre risas José Aurelio Gay al término del partido del sábado en Soria ante el Osasuna. Por supuesto, fue una salida irónica, en tono de broma.

Su amigo Camacho había alineado a 25 jugadores, al más puro estilo de los primeros partidos de pretemporada. Él, sin embargo, apenas pudo utilizar 15; de ellos, cuatro chicos del filial. Entre las bajas puntuales (Lafita, Contini, Pennant y Obradovic) y los jugadores apartados del presente y el futuro del club con los que no se cuenta, la plantilla zaragocista es, ahora mismo, un grupo bastante heterogéneo que, tanto con el balón en juego, como en un análisis general, reclama refuerzos en puestos de alta importancia táctica.

Después del momento de chanza, Gay se puso serio para emitir un mensaje -nuevamente- de calma y confianza respecto de las decisiones que van a tomarse en los despachos nobles del club. "Yo creo que van a llegar jugadores. Lo sabéis. Poco a poco, vamos a ir peinando el mercado y eligiendo lo que realmente necesita el equipo, dentro siempre de nuestras posibilidades", dijo a los medios de comunicación presentes en la sala de prensa soriana.

Por si acaso, como ya dejó claro en Navaleno, Gay tiene asumido que, según vengan los acontecimientos, los chicos de la cantera que están trabajando con el primer equipo este verano pueden acabar obteniendo galones profesionales. "Están llamado fuerte a la puerta. Ya veis cómo han respondido cuando han jugado", reiteró para alabar el rendimiento de los jóvenes Kevin Lacruz, Edu García, José y Ortí.

Gay es un entrenador de efectos balsámicos para la afición. Da igual que falten varias piezas por llegar, unas cuantas por marcharse y no esté claro quién o quiénes van a ser traspasados para obtener 'cash'. "Yo estoy muy contento", repitió el sábado una vez más.