entrevista

Gay: "Claro que barajo la posibilidad de no continuar"

Tras capitanear la milagrosa permanencia en Primera, aún no sabe si seguirá al frente del equipo.

José Aurelio Gay, tras una rueda de prensa.
Gay: "Claro que barajo la posibilidad de no continuar"
TONI GALáN/A PHOTO AGENCY

Enhorabuena. ¿Cómo está digiriendo el éxito de la permanencia?

Muchas gracias. Estoy disfrutando del momento con mucha tranquilidad. He pasado por trances muy difíciles en estos meses, días de gran tensión. Tanto por la mala clasificación que arrastraba el equipo durante infinidad de semanas como por las circunstancias en las que estaba inmerso el club. Así que, ahora, saborear que hemos logrado seguir en Primera pese a todo es muy gratificante.

Acaba de firmar usted uno de los episodios más milagrosos en los 78 de vida del club. Una remontada épica.

No sé exactamente cómo ha transcurrido la historia en tiempos pasados. Pero lo que sí sé es que ha sido muy difícil, complicadísimo. Cuando a mí me dijeron que me hacía cargo del equipo, la situación era peliaguda. En el entorno, había una fractura social tremenda. El vestuario vivía días muy convulsos con la destitución de Marcelino. Las derrotas eran consecutivas, el equipo se había caído a puestos de descenso.

Era como para salir corriendo.

El estado de ánimo era de los más bajos que yo he visto nunca. Tuve que tomar decisiones muy impopulares y comprometidas. Medidas drásticas que a mí, normalmente, no me gusta tomar jamás. Pero, viendo lo que vi en los primeros días, consideré que no había más remedio. Al final, vistos los resultados, no cabe duda de que aquel trance desagradable ha resultado un acierto.

¿Le ha dado tiempo en estas horas felices para mirar hacia atrás y recordar su peculiar e interina forma de llegar al primer equipo? Casi todos los dirigentes dudaron de su capacidad.

No mucho. Todavía no me ha dado por evocar aquellos momentos otra vez. Pero sí que, durante el año, muchas veces me he acordado de aquellos días de diciembre y enero. Lo pasé muy mal. Pero, entre todos, nos convencimos de que había que seguir sufriendo para intentar reconducir una trayectoria que se nos puso muy cuesta arriba.

¿Comprende que Agapito, Herrera y Prieto dudasen cuando llegó el día en el que usted tuvo que tomar las riendas del equipo?

Sí. Yo era el entrenador del filial de Tercera División y la situación era muy difícil. Entiendo aquellas dudas. Poner al entrenador del filial cuando las cosas estaban como estaban, fue una decisión muy valiente. No es lo normal, aunque este año lo haya hecho el Villarreal con Garrido y también el Valladolid con Onésimo.

Aquella remontada de Tenerife en un día frontera para usted. La ruptura de negociaciones con Víctor Muñoz... Hubo varios momentos en los que pudo salir disparado del banquillo y el azar lo evitó.

Para llegar hasta aquí, durante los diez años que llevo en mi carrera de entrenador, está claro que he tenido que superar pruebas muy difíciles. Y, una vez en el Zaragoza, también está claro que ha habido momentos en los que la fortuna me ha podido favorecer. Posiblemente, sin esos golpes de suerte, nadie llega a lograr las grandes metas. La vida es así.

En condiciones normales, una vez consumada la salvación, el presidente le habría confirmado su continuidad de cara al año que viene. ¿Ha habido algún gesto?

No ha sucedido nada de eso. Me imagino que los responsables del club tendrán que reunirse para tomar muchas decisiones. Hay cosas de gran importancia que hay que cambiar. Y, en ese paquete de cuestiones, la decisión del entrenador supongo que es de las más importantes. Supongo que necesitarán tiempo.

¿Se imagina que al final deciden prescindir de usted?

Claro que barajo esa posibilidad. Esto es fútbol. Y en el fútbol, cualquier cosa puede darse. Pero, de antemano, ya advierto que a mí me gustaría seguir. Eso ya lo he comunicado por mi propia voluntad a los responsables del club.

Lo normal es pensar que, con su trabajo desde diciembre, se lo ha ganado.

Cuando me pusieron en el cargo, las circunstancias eran terriblemente difíciles. Una vez superada positivamente la prueba, me gustaría muchísimo empezar una temporada natural con el equipo. Con una pretemporada, con la reestructuración de la plantilla. Para mí, sería un reto mucho más bonito que el que acabamos de concluir. Y, seguramente, más sencillo.

Si al final no continuase en el Real Zaragoza, ¿se sentiría decepcionado?

No lo sé. Entiendo que, aunque yo haya logrado el objetivo que se me encomendó, mi continuidad sea una decisión complicada para los dirigentes del club. Si ocurriese esto al final, no sé cómo reaccionaría. De verdad.

Si sigue como entrenador, ¿le gustaría participar de la confección de la nueva plantilla o entenderá que sea el club quien lo haga.

Si sigo, evidentemente tengo que formar parte directa de ciertas decisiones que se han de tomar. Si no, no tiene sentido. El hecho de que el club sea quien tome las decisiones sobre los fichajes y las bajas, algo que parece estar de moda en el fútbol español, puede parecer normal. Todo es fruto de que el entrenador es un puesto de una grandísima inestabilidad laboral. Pero yo creo que el entrenador sí que tiene que estar codo a codo con los responsables del club. Es una incongruencia que se trabaje en contra de los criterios del técnico en este ámbito.

El partido de este fin de semana ante el Villarreal es un trámite. Trataremos de actuar con profesionalidad porque hay otros equipos implicados en lo que suceda en La Romareda, aunque es cierto que los jugadores tienden a destensionarse cuando los objetivos se logran. No podemos adulterar la competición.

Quizá sea un día peligroso por el plebiscito que pueda producirse en la grada y del que usted tal vez no sea ajeno.

Yo creo que debería ser un día de zaragocismo. Pero, evidentemente, hay que cambiar muchas cosas. Y sé que se van a cambiar. Que se va a intentar modificar el rumbo que lleva el club en los últimos años. El Zaragoza no puede volver a pasar más por estas circunstancias que estamos viviendo.

Usted también tendrá sus inquietudes, sobre todo si al final la respuesta es negativa. ¿Cuánto cree que va a tardar Agapito en decirle si sigue o no al frente del equipo?

Pues, a lo mejor, cuando acabe la competición la semana que viene. No sé qué intenciones tienen. Yo espero que la semana próxima pueda conocer ya mi futuro.


¿Cómo evalúa la labor de Nayim como mano derecha suya a lo largo de estos duros cinco meses?


Nayim ha sido muy importante para lograr el objetivo de permanecer en Primera División. Ha sido el hombre que ha hecho de lubricante entre el cuerpo técnico y la plantilla. Se ha llevado muy bien con los jugadores, se ha metido en las pachangas, ha estado hablando permanentemente con ellos... En momentos como los que hemos atravesado, se requiere gente como él, muy optimista. Creo que ha sido decisivo para que todo haya salido bien. Y tampoco quiero olvidarme de la labor sobresaliente de Roberto Cabellud y Mikel Insausti. El mérito es de los cuatro que hemos estado ahí cada día.


El futuro de la plantilla es en estos momentos una entelequia. ¿Cree que estamos ante una nueva revolución masiva en el vestuario de cara al año venidero?


Es necesario. Pero, como la mayoría de los jugadores tienen contrato en vigor, va a haber que echar muchas horas de trabajo para lograr rehacer el vestuario adecuadamente. El director deportivo podrá contestar a todo esto con mayor detalle. O quizá el propio presidente.


Evidentemente, en el día de la fecha, no le puedo preguntar por su criterio al respecto.


Claro. Mientras no se sepa si sigo o no, es absurdo que me manifieste, aunque tenga mi opinión bastante clara. Por ahora, no viene al caso que diga nada en este sentido. Cuando me nombren entrenador, si me nombran, no tendré inconveniente en hablar de nombres y otras cuestiones. Por ahora, me tengo que callar.


Pero todo apunta a que estamos ante una mutación de catorce o quince jugadores respecto de la actual plantilla. Las bajas han de ser muchísimas.


No voy a hablar de cifras ahora. Pero lo que sí pienso es que, en la actual plantilla, pueden estar los cimientos de un buen equipo para el futuro próximo. Algo similar a lo que pasó cuando yo vine como jugador a principios de los años noventa. De un momento muy delicado, como fue la promoción con Víctor Fernández como entrenador novato, surgió el posterior equipo campeón con la base puesta en jugadores en los que al principio nadie creía.


No es la primera vez que sugiere este vaticinio.


Es que estoy convencido de que los buenos tiempos están por llegar a este Real Zaragoza. Pero, para ello, hay que tomar muchas decisiones y hay que estar muy acertados en todas ellas.ç


Esta milagrosa permanencia debe de ser un punto final para algunos vicios del club y el de partida para otras virtudes. Un hito histórico que no hay que desaprovechar en el club.


Creo que así es. Seguir en Primera División después de cómo estaban las cosas en diciembre es lo más grande que le ha podido pasar al Real Zaragoza. A partir de ahora, hay que intentar eliminar la fractura social que se sigue apreciando alrededor del club. Y para eso, es verdad que hay cosas que se tienen que cambiar. No olvidar, cambiar. Si no, se corre el riesgo de volver a llevar al equipo a otra temporada angustiosa. Creo que en el club lo saben.


¿Van a irse de vacaciones ya o sigue vigente su intención de concertar algún amistoso para alargar este curso que acaba prematuramente a causa del Mundial?


No sé que va a pasar. Es otra de las decisiones que ha de adoptar el club. Estar en Zaragoza entrenando simplemente, sin competir, va a ser muy difícil. Y más con el año que hemos pasado. Los jugadores, lo que realmente quieren ahora, es arreglar su situación contractual y marcharse de vacaciones. El club tiene la palabra.


A usted le gustaría jugar algún partido más.


Yo había pensado concertar alguna gira, incluso con la idea de ganar algo de dinero para el club. Pero me parece que no hay muchas posibilidades. Y, además, no podemos utilizar a los jugadores del filial porque van a jugar la fase de ascenso a Segunda División B. Y creo que una de las cuestiones importantes que podíamos haber sacado en claro de esos amistosos en el apartado deportivo era precisamente ver a los chicos que pueden ser interesantes para el futuro. Por esto, cada.