CAI ZARAGOZA

García Chápuli: "La plantilla actual, con algún retoque, podría mantenerse en la ACB"

A la tercera va la vencida y lo celebra aliviado. El director general del CAI ansía rematar el ascenso y advierte de las enormes dificultades que entrañará el ingreso en la ACB, la mejor Liga de Europa.

PREGUNTA.- ¿Cómo está viviendo estos días tan intensos?


RESPUESTA.- Con mucho ajetreo, por la organización del viaje a Mallorca y todo aquello que acompaña a una fiesta por un ascenso. Al mismo tiempo, estoy muy emocionado por haber podido conseguir el objetivo que todos estábamos persiguiendo desde hace tanto tiempo. Ojalá se dé este domingo.


P.- ¿Siente cierto alivio?


R.- Mucho. Se lo he comentado a la gente más cercana a mí. La primera vez que sentí que me quitaba un peso de encima fue tras ganar al Melilla. Hasta ese momento todo el mundo decía que íbamos a subir de calle pero yo no las tenía todas conmigo. Tras la victoria ante Inca, ya es algo inminente. Malas experiencias nos sobran. En el cuarto partido ante León también me sentía muy cerca y acabamos perdiendo.


P.- Ha habido dos momentos de la temporada en los que se encadenaron dos derrotas consecutivas. ¿Le asaltaron las dudas?


R.- No lo definiría como duda. Pensé que no éramos tan sumamente buenos ni invencibles. Yo no pensaba que íbamos a ganar con tanta contundencia durante toda la temporada. El equipo siempre ha reaccionado muy bien y nunca se ha relajado. Tras una experiencia tan dura como la del año pasado, tanto los jugadores como el cuerpo técnico aprendieron la lección.


P.- ¿Llegó a pensar en algún tipo de maldición?


R.- Se te queda una sensación muy rara. Llevo en el CAI tres años. En el primero perdimos en el quinto partido en casa ante el Murcia en la prórroga. En el segundo llegamos al "play off" con un mejor equipo que el León y desaprovechamos un cuarto partido en casa. Tengo grabado en la cabeza ese encuentro. Recuerdo una pérdida de Evans que robó Quinteros. Nos metieron cuatro triples, uno de Bulfoni desde la esquina… Se sumaron tantas cosas extrañas.


P.- Quizá la palabra que define esta campaña y que es la gran diferencia respecto a los cinco anteriores proyectos es la estabilidad.


R.- No hemos cambiado nada. Nuestro deseo siempre ha sido la estabilidad. Pero las circunstancias han influido en ocasiones negativamente. En mi primer año se lesionaron Vebobe, Stewart y Washington. Algo tienes que hacer. La pasada campaña tuvimos cuatro quirófanos. Matías Lescano fue operado y no jugó ningún partido de "play off", con lo que representa en este equipo. Jo Jo García y Rafa Vidaurreta, que eran pívots titulares que habíamos renovado, apenas participaron por las lesiones. Y Ugonna Onyekwe, que venía de triunfar en Israel, lo mismo. ¿Qué haces ante eso? Fichar y traer a gente nueva. Se fichó a Starosta, a Maraker, a DP, a Crispin, a Chambers, a Howard Brown. Este año nos han respetado los problemas físicos.


P.- Pero este año se ha acertado más con los fichajes. No cambia mucho que actúe el número uno de la rotación o que lo haga el siete.


R.- El cambio de sistema de competición, en el que asciende el líder de la fase regular, nos ha obligado a cambiar la filosofía y fichar lo mejor posible desde el principio. Hemos mantenido una gran base de la pasada campaña (Victoriano, Lescano, Brown, Starosta y DP) con las incorporaciones de dos seguros: Paolo Quinteros y Cuthbert Victor. Estos siete jugadores han acaparado el 80 por ciento de los minutos. Antes no se buscaba la regularidad, sino llegar bien a los "play off". Ahora teníamos que ganar desde el primer día.


P.- Mirando al futuro, la ACB que encontrará el CAI es tremendamente competitiva. ¿Por qué modelo se apostará?


R.- Nuestra intención es mantener al mayor número de jugadores posible.


P.- Pero eso es irreal y muchos jugadores lo saben.


R.- No es fácil, pero es una ventaja. Están identificados con la ciudad y conocen el club. Estoy convencido de que nuestra plantilla actual, con algún retoque, podría mantenerse. La ACB cada vez es más competitiva. A falta de cuatro jornadas, había nueve equipos con posibilidades de descender. La otra mitad son inalcanzables, con presupuestos de 20 millones de euros. La ACB es la mejor Liga del mundo, a excepción de la NBA.


P.- Habrá que evitar el ejemplo del León, que ha bajado a la LEB a la primera.


R.- Con todo lo que nos ha costado subir sería imperdonable que no invirtiéramos todos los esfuerzos para mantenernos. Han sido seis años de muchísimo trabajo y sufrimiento. Si nos pasa lo mismo que al León, sería para echarnos a llorar. El club, la ciudad y todo Aragón tienen que volcarse.


P.- ¿Entonces la permanencia será el objetivo para este primer año?


R.- El objetivo será estar entre los 16 primeros de la ACB. La permanencia es lo primero. A partir de ahí, no nos cerraremos ninguna puerta. Será clave saber el presupuesto con el que contaremos y a qué jugadores podemos optar. También está el tema de los seleccionables.


P.- Pero con los antecedentes baloncestísticos de la ciudad, la historia les exigirá algo más que la salvación.


R.- Tanto el Consejo como yo queremos crecer, aspirar a mucho más que a la permanencia. No puedo pensar en otra cosa que no sea aspirar a algo más. Aunque empecemos abajo, queremos subir cada día un nuevo peldaño.


P.- ¿Pueden ser los mejores fichajes hombres como Lescano o Quinteros, que por fin podrán mostrarse ante la elite?


R.- Estoy convencido de que cualquiera de los dos podría jugar perfectamente en casi todas las plantillas de la ACB. Pueden ponerse al nivel de los mejores. No van a desentonar.


P.- ¿En los fichajes habrá que tener paciencia?


R.- Que nadie espere tener la plantilla cerrada en julio. En la LEB todos los jugadores querían venir. Fichar era algo más o menos sencillo. Pero en la ACB las cosas cambian. No seremos la primera opción para nadie. Deberemos esperar, ver el mercado e intentar convencer a los jugadores del proyecto, como se hizo con Paolo Quinteros. Explotaremos el hecho de que Zaragoza es una ciudad de baloncesto. Habrá que generar esa ilusión, que a la gente le apetezca embarcarse.