Los aficionados se volcaron con el Huesca en una fecha histórica

Música, disfraces y buen ambiente animaron el encuentro entre el Huesca y el Barça.

Seguidores de Lanaja con Alfredo Oto
Los aficionados se volcaron con el Huesca en una fecha histórica
J. S.

El "huescazo" no pudo ser. La Sociedad Deportiva Huesca no pudo cumplir su sueño copero frente al FC Barcelona la noche del miércoles. Sin embargo, el equipo oscense no puede quejarse de sus aficionados, que mostraron su apoyo incondicional desde horas antes de que comenzara el encuentro hasta el final de este.


El ambiente de fiesta y de estar participando de una fecha histórica podía vivirse ya en los autobuses que partían en servicio especial con una frecuencia de 10 minutos desde la parada de la plaza de Navarra. En uno de los últimos en llegar al campo se encontraba Mercedes Jaime, que como aseguró, viajaba en representación de su padre, Tomás Jaime, un histórico periodista de deportes oscense. "Quería mucho al equipo, hizo mucho por él y precisamente, el último homenaje que le hicieron fue del club", relataba Mercedes, quien acudió al encuentro junto a parte de su familia.


Y como una pasajera más viajaba también la alcaldesa de Huesca, Ana Alós, quien disfrutó del animado ambiente que se vivía en el interior del vehículo. "Es un día de ilusión y emociones y de sentirnos orgullosos de estar jugando el partido que estamos jugando hoy y de lo que significa para la Sociedad Deportiva Huesca, que desde que sabe que va a jugar este encuentro está remontando", señaló Alós, quien destacó también "la ilusión con la que han vivido los oscenses las jornadas previas".


En el campo el ambiente era también festivo, con la llegada de numeroso público hasta minutos antes de dar comienzo el histórico encuentro. A pesar de que pudo verse algún taxi y autobuses, la mayoría lo hacían a pie, desde los accesos de la carretera de Zaragoza, el cerro de San Jorge y el sendero que cruza un campo cercano al hipermercado en la salida a la autovía. Muchos se protegían del intenso frío con bufandas y gorros de ambos equipos y a pesar de la prisa por entrar, también había quien tenía tiempo para tomar una última cerveza en la terraza del estadio.


"Es una situación historica que igual no se repite. Si tiene que repetirse, esperemos que sea en primera", comentaba José Ángel Velilla, un aficionado del Huesca, mientras hacía cola para entrar al recinto. "Estamos con mucha ilusión, ya que ha venido un equipo grande", señalaba, tras él, Alba Viñuales, otra joven seguidora de los oscenses.

"Nosotros estamos en casa"

También había niños, como Raúl Berdún, de 10 años, quien tuvo hasta el último momento fe en los de Tevenet, ya que "estamos en casa, y el Barça es muy bueno, pero no ha venido con su equipo de siempre". Los visitantes también contaron con fieles seguidores, como Óscar Miret, quien acudió con ganas de ver jugar "a Iniesta y a Bartra, uno de los jugadores con más proyección, es un partido histórico", aseguró. Asimismo, hubo hinchas que se desplazaron de otras localidades, como Alfredo Oto, de Lanaja. Su deseo era "que el Huesca metiera al menos un gol y que no nos golease el Barcelona".


Y disfrazados de gorila y oveja acudieron, además, José Fuentes e Ignacio Notívoli, dos amigos de Huesca. "Nos gusta el fútbol y aparte, nos apetece pasar un buen rato, una noche de miércoles diferente, ya que es un partido así no ocurre de normal", comentaba el primero. Los disfraces, "son para echar unas risas, que la gente se lo pase bien y dar un poco la nota". Y solo por curiosidad, dando un paseo nocturno, pasaban por allí María Pilar Viñuales, vecina del barrio de La Encarnación, donde se encuentra el estadio, junto a su grupo de amigas. "Hemos venido a ver el ambiente, es difícil que puedan ganar, pero tampoco han venido los mejores fichajes del Barcelona. Ojalá sea así. Aúpa el Huesca", dijo para animar.

Al calor del bar

Durante el encuentro, las calles se encontraban prácticamente desiertas. Quien no se encontraba viendo el encuentro desde casa lo hacía en alguno de los bares desde donde se podía ver el encuentro, como el Galileo, en las proximidades del Alcoraz.


"Aquí se está más caliente y por lo menos, la gente sale de casa en invierno. Y aunque el Huesca vaya perdiendo, todo esto es bueno para la ciudad", aseguraba tras la barra uno de los responsables del local, David Fernández. "Yo soy del Madrid pero hoy tenemos que apoyar todos al Huesca", añadía David.


También pudo verse aficionados en el pub Dubliners. "Ojalá fueran todas las noches así. Un día normal ya habríamos cerrado, pero el partido es una excusa para salir hoy", comentaba su dueño, José Ángel Labarta. Asegura que es seguidor de los culés, salvo por esta noche. "Hoy tenemos que estar todos con el Huesca", aseguraba.