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El banquillo de la SD Huesca, en busca de la continuidad

Cuco Ziganda iniciará su segunda temporada como entrenador azulgrana, un cargo que han asumido 15 técnicos en 13 años en el fútbol profesional.

Ziganda da instrucciones a sus jugadores durante el partido con el Alavés.
Ziganda da instrucciones a sus jugadores durante el partido con el Alavés.
Verónica Lacasa

Cuco Ziganda seguirá siendo el entrenador de la SD Huesca la próxima temporada. Será su segundo año en un banquillo que no se ha caracterizado por la estabilidad desde los primeros pasos del club por el fútbol profesional. En 13 temporadas entre Primera y Segunda División, el club ha contado con 15 técnicos. Ninguno de ellos por un plazo superior a los dos cursos consecutivos, algo a lo que podría aspirar el navarro siempre que acabe la campaña 23-24 y se le dé un voto de confianza para las posteriores. Solo un preparador, Antonio Calderón, ha superado los 100 partidos, y únicamente cuatro habrán iniciado un segundo proyecto de manera consecutiva: el propio Calderón, Anquela, Míchel Sánchez y ahora Ziganda.

El actual técnico, de la mano con la dirección deportiva encabezada por Ángel Martín González, aspira a una estabilidad que consolide en Segunda División a una SD Huesca que lidiará de nuevo con limitaciones económicas. Desde la entidad se entiende que un banquillo estable, a salvo de vaivenes, debe ser la primera piedra. Y tanto Ziganda como Martín González han mostrado su sintonía al señalar qué mejoras necesita el equipo para encarar el curso que viene con un fútbol más vistoso y alegre dentro de la fiabilidad defensiva marca de la casa. Además, el técnico se ha habituado a etapas largas en sus anteriores destinos: dirigió al Real Oviedo durante dos campañas y media y al Bilbao Athletic durante seis, entre 2011 y 2017.

Se trata de una primera ventaja respecto a veranos anteriores. Sin ir más lejos, el de 2022, en el que la búsqueda de entrenador se zanjó con una decisión sorprendente y a la postre fallida con la apuesta por el mexicano Nacho Ambriz. Tras el descenso de Primera División y después de que Pacheta, el entrenador con que la SD Huesca se había quedado a un solo gol de la permanencia, prefiriese buscarse el pan en otras latitudes, el club apostó por un entrenador con poca experiencia en España. Tan solo, como ayudante de Javier Aguirre. Fue el prólogo de un curso decepcionante y Ambriz fue destituido después de 12 jornadas. Su relevo, Xisco Muñoz, ocupó el banquillo durante 30 encuentros y él mismo anunció su salida tras el derbi aragonés de El Alcoraz y un vez que se confirmó como imposible el objetivo del ‘play off’.

Míchel Sánchez había sido el último técnico hasta la fecha en transitar entre un curso y el siguiente. Lo hizo a hombros del ascenso de 2020 y con el ánimo de consolidarse en una categoría que le había sido esquiva, de manera análoga a lo que le ocurrió a la SD Huesca en el ejercicio 2018-19. Pero los resultados no fueron los esperados y el vallecano, que ahora triunfa en el Girona, fue destituido tras 18 jornadas. Le relevó un José Rojo, Pacheta, que en los 20 partidos estuvo muy cerca de alcanzar lo que parecía un imposible. El 0-0 final con el Valencia fue un castigo inmerecido a la progresión de los azulgranas y se marchó a un Valladolid con el que ascendió y fue cesado en abril de este año.

Ziganda será el segundo preparador que se mantenga en el cargo entre un curso y otro tras Míchel y Anquela, este en los cursos 2015-16 y 16-17. El jienense, que ya firmó una permanencia en la lejana 04-05, regresó una década después al auxilio de un conjunto por entonces recién ascendido a Segunda División y en el que relevó a Luis García Tevenet, obrador del éxito el año anterior y que cesó tras 16 partidos. Con Anquela se alcanzó la salvación y el hasta entonces mayor éxito de la SD Huesca, la disputa de la fase de ascenso a Primera. Preludio de lo que llegaría después con otros protagonistas.

No hubo que esperar mucho. Con Rubi se firmó la primera gran gesta del club azulgrana en 2018. El catalán dirigió a los oscenses durante 43 partidos y el acuerdo que alcanzó con el Espanyol para la temporada siguiente evitó que siguiese en el banquillo de El Alcoraz. En la máxima categoría tampoco se disfrutó de una estabilidad duradera. La apuesta fallida por el argentino Leo Franco se quebró tras la octava jornada y la llegada de Francisco Rodríguez, quien dejó una honda huella pese al descenso, tampoco se pudo estirar por decisión del almeriense, en la actualidad sin equipo tras su última experiencia en el Elche.

Nadie se acerca aún a los números de Antonio Calderón (106 partidos). El gaditano se convirtió en la primera referencia técnica de la SD Huesca después de su celebrado aterrizaje en el fútbol profesional en 2008. Completó los dos primeros ejercicios en la categoría de plata: el 2008-09 con una permanencia holgada y el 09-10 más apurada, en la última jornada. Un ciclo que concluyó y un proyecto que se puso de nuevo en las manos del entrenador del ascenso Onésimo Sánchez. El pucelano rubricó unos números sin parangón hasta entonces y dejó paso a un periodo de inestabilidad.

Nueve entrenadores dirigieron al Huesca en las tres temporadas siguientes: Ángel Royo y Quique Hernández en la 11-12; Fabri (que no llegó a debutar en partido oficial), Antonio Calderón, Royo y Jorge D’Alessandro en la 12-13, la del regreso a Segunda B; Pablo Alfaro, David Amaral y David Navarro en la 13-14, donde no se pudieron alcanzar siquiera las plazas de ‘play off’. Una fase de incertidumbre técnica de la que se trató de huir después con el convencimiento de emprender proyectos duraderos en el tiempo.

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