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Joaquín, la navaja suiza de la SD Huesca

El malagueño ha actuado en los últimos partidos como extremo por las dos bandas y también junto al punta.

Joaquín Muñoz, junto a Obeng, en el partido del sábado ante el Mirandés.
Joaquín Muñoz, junto a Obeng, en el partido del sábado ante el Mirandés.
Verónica Lacasa

En las últimas tres jornadas, Joaquín Muñoz ha actuado de extremo izquierdo, de extremo derecho y de delantero. Ninguna de esas tres posiciones son novedosas para el malagueño, pero sí que resulta llamativo que las haya asumido de forma tan seguida convirtiéndose así en un auténtico multiusos para Cuco Ziganda, la navaja con la que ha tratado de abrir las defensas rivales aprovechando su velocidad y capacidad de conducción, y el ejemplo de que el técnico navarro está buscando soluciones a las dificultades de la SD Huesca para hacer daño en la meta contraria sin trastocar en exceso el estilo base.

El pasado sábado sin ir más lejos, en el 1-0 ante el Mirandés con el que se rompió la racha de seis encuentros sin ganar, arrancó ocupando la banda derecha, la zona que le es más natural y a la que había regresado una semana antes en Las Palmas después de que durante toda la segunda vuelta hubiese comenzado los partidos por la izquierda. Allí jugó durante sesenta minutos antes de que el triple cambio que ordenó Ziganda implicase que pasase a formar pareja atacante junto al debutante Obeng. Los dos conformaron una delantera dinámica protagonizando el equipo en ese tramo sus mejores momentos. Fue entonces, de hecho, cuando Obeng marcó de chilena el gol de la victoria.

La aparición de Joaquín en el once por la derecha vino a confirmar que lo visto en Canarias no había sido algo fruto de las peculiaridades de aquella cita, para la que se había recuperado el esquema con tres centrales y en la que tuvo un notable arranque de partido sirviendo a Kanté en el gol que fue anulado por fuera de juego y creando la ocasión que después no aprovecharía Vilarrasa. De vuelta al 4-4-2, Valentín se quedó otra vez en el banquillo y el elegido fue el canterano del Atlético de Madrid.

La fractura en un pie que sufrió tras la primera jornada en un amistoso con el Sabadell hizo que se perdiese buena parte de la primera vuelta. Reapareció tres meses después en la eliminatoria copera con el Torremolinos. Fue entrando en el equipo poco a poco, primero como pieza de refresco en las segundas partes hasta que en el triunfo sobre el Andorra -el anterior al del Mirandés- fue titular. Regresó al banquillo en el naufragio frente al Real Zaragoza y después ya no se ha caído de la alineación titular.

Con los del Principado jugó de inicio por la derecha, pero pronto pasó a acompañar en la punta a Kanté una vez que Ziganda optó por situar una línea de cinco atrás. Esa misma movilidad quedó de manifiesto en el 1-1 con el Oviedo anterior al viaje a Las Palmas. Entonces, permutó con Juan Carlos su hueco en la izquierda, el mismo que había sido suyo en el 1-1 con el Albacete -en el que asistió a Blasco- y el 0-0 con el Cartagena, para que el gallego se echase a la banda y él volviese a ser la pareja de Kanté.

En todos estos compromisos, Joaquín ha ofrecido momentos altos y bajos muy condicionado por el desgaste físico. Aún no ha jugado al completo ningún partido, pero se está acercado a ello. Con el Oviedo entregó el testigo en el 87 y con Las Palmas, un minuto antes. Frente al Mirandés fue reclamado por Vilarrasa en el 77 en una variante con la que se quiso amurallar la portería de Andrés para retener los tres puntos en El Alcoraz. Queda ahora comprobar que ocurrirá con el regreso de Marc Mateu, cuya entrada en la convocatoria se espera para la visita del domingo al Sporting (18.30).

Juan Carlos se escora hacia la izquierda

Junto a la de Joaquín, otro de los ajustes que se han podido ver en los últimos partidos es el traslado de Juan Carlos desde la mediapunta a la banda izquierda. El gallego, máximo goleador del equipo con cuatro dianas y que en el cierre de la primera vuelta llegó a actuar de falso nueve en Burgos, ha hecho de enganche con el delantero durante casi toda la temporada. Con el partido ante el Oviedo en El Alcoraz ya empezado intercambió su sitio con Joaquín para situarse en el extremo, repitió en Las Palmas dentro de un 5-2-3 y lo volvió a hacer el sábado con el Mirandés en el regreso al 4-4-2.

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