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Una SD Huesca en progresión

A la espera de la aportación de los últimos refuerzos, la pretemporada deja un equipo azulgrana cercano a lo que busca Ziganda y con protagonistas destacados como Escriche.

Soko y Escriche, durante el amistoso de la SD Huesca con el Andorra.
Soko y Escriche, durante el amistoso de la SD Huesca con el Andorra.
Verónica Lacasa

La SD Huesca mira ya al inicio de la liga en el Ciudad de Valencia ante el Levante, acontecimiento para el que restan seis días. El conjunto azulgrana, que este fin de semana guarda descanso, completó el viernes su último amistoso previo a la competición oficial sumando ante el Andorra con un 3-1 su segunda victoria en los seis test veraniegos que lleva disputados y cuyo balance se resume en otros dos empates y otras tantas derrotas. Atrás queda un mes de pretemporada en el que los jugadores han ido pasando páginas y estudiando el libro de estilo que propugna su técnico, Cuco Ziganda, de forma satisfactoria en líneas generales y en el que también se ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con refuerzos para que el bloque acabe de dar un necesarios salto de calidad. A este respecto, de los siete fichajes ya cerrados, a Hashimoto solo se le pudo ver de corto en la segunda parte con los andorranos y Villar y Sielva entrenarán el lunes con el grupo por primera vez.

Antes del triunfo con el Andorra, un recién ascendido a Segunda División, los azulgranas habían firmado, por orden cronológico, un 1-1 con Osasuna Promesas (1ª RFEF), un tropiezo por 4-3 con Osasuna (Primera División), un 0-1 en la visita al Calahorra (1ª RFEF), un 1-3 en contra ante el Eibar (Segunda División) y un 2-2 con el Nàstic de Tarragona (1ª RFEF). En la serie de encuentros, Cuco Ziganda siempre ha apostado por el 4-4-2, su dibujo táctico de cabecera, y por un bloque compacto que persigue presionar alto, robar pronto, realizar transiciones rápidas y explotar la velocidad por las bandas.

Varios de los once goles marcados de hecho han llegado con balones servidos desde los extremos -faceta en la que Mateu apunta a que volverá a ser importante- y en acciones a balón parado. A este respecto, Escriche ha sabido interpretar bien el tipo de juego por el que aboga el preparador navarro. Más allá de sus tres dianas, que le hacen ser el máximo anotador del verano empatado con Joaquín, el de Burriana se ha convertido en el faro en el ataque de los oscenses. También han brillado futbolistas, en principio del filial, como Tomeo, Anglada y David García.

En el plano negativo surgen las lagunas defensivas que deberían resolver el par de centrales a los que se espera y las lesiones. Salvador sufrió ante el Eibar una contusión en la clavícula derecha, Lombardo se ha mantenido inédito por los problemas que arrastra en el recto anterior izquierdo y a Kevin Carlos le sigue persiguiendo la dolencia en un tobillo que le impidió terminar la temporada pasada. Los tres tienen difícil estar disponibles frente al Levante, un rival contra el que previsiblemente Ziganda presentará una alineación similar a la del Andorra y que ha ido moldeando en las últimas semanas empleando a hasta treinta jugadores. Entre ellos, Álvaro Fernández que dispuso de 45 minutos con Osasuna y cuya marcha, como la de Sandro, sigue sobre la mesa. Igualmente se han vestido de corto doce canteranos.

Así, bajo los palos se situaría Andrés, el lateral derecho sería para Ratiu y el izquierdo, para Florian Miguel, mientras que Soko y Mateu se ocuparían de los extremos. Las dudas surgen con los acompañantes de Pulido, Timor y Escriche. Para el eje de la zaga, de no llegar a tiempo algún rostro nuevo, Anglada tendría muchas opciones y para la sala de máquinas Hashimoto y Sielva son las alternativas. Arriba, habrá que comprobar el estado de Villar después de que el de Kanté no sea el óptimo.

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