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La SD Huesca, en busca del equilibrio económico para fichar
El club ha de adecuarse a un límite salarial aún incierto para dar continuidad a las llegadas de Patrick Soko e Ignasi Vilarrasa.
La intención del director deportivo de la SD Huesca, Ángel Martín González, de compaginar los fichajes con las bajas se topa con el obstáculo de un techo salarial aún incierto y que, en todo caso, impide la concreción de operaciones a la espera de que de las salidas previstas las faciliten. Las dos novedades que ha traído el mercado veraniego hasta el momento, Patrick Soko e Ignasi Vilarrasa -este último, a falta de su anuncio oficial- llegan a coste cero. Alguna de las posibilidades en el aire, como la de un Manu Molina por quien también se interesa el Real Zaragoza, se encuentra en punto muerto y el estado actual de la plantilla a poco más de una semana de que comience la pretemporada es irreal y se parecerá poco a su confección definitiva.
Si se tiene en cuenta a Vilarrasa y también a Euse Monzó, que se va a mantener en la dinámica del primer equipo y no volverá a jugar con el Huesca B, Cuco Ziganda tiene estos momentos 20 futbolistas para iniciar la pretemporada el próximo 6 de julio en Benasque. Hasta entonces, el club quiere que haya al menos una incorporación más y cerrar alguna de las salidas que están sobre la mesa. También se avanza en los recortes salariales. Manda la menguada realidad económica que Martín González ya ha expuesto en sus dos últimas comparecencias públicas y con la que se ha de lidiar hasta que la Liga dé el límite salarial preciso y se terminen de concretar las situaciones de los descartes y de aquellos jugadores que pueden salir con la fórmula de un traspaso o una cesión.
Así, es poco probable que Pablo Insua comience la preparación vestido de azulgrana. Tiene firmado un preacuerdo con el Sporting de Gijón que debe concretar el nuevo dueño del club asturiano, el Grupo Orlegi. Por otra parte se liberará una de las fichas más elevadas del plantel. Los otros jugadores que se encuentran en una situación pareja son Andrés Fernández, David Ferreiro y Juan Carlos Real. Se trata de decisiones "económicas" y no deportivas, como dejó claro esta semana un Martín González que se sigue mostrando optimista con la situación de Sandro Ramírez. El delantero canario, con quien coincidió en el Getafe el curso pasado comenzará la pretemporada.
Su deseo, como también el del portero Álvaro Fernández, es jugar en Primera División. El futuro del punta parece ligado de manera irrevocable al beneficio azulgrana, ya sea en el apartado deportivo o el económico. Si se mantiene en el equipo oscense, su elevada ficha lo permite y tiene la motivación adecuada puede marcar diferencias en la categoría de plata. Sandro no juega en Segunda desde su periodo en el filial del FC Barcelona, hace ya siete años, y desde entonces lo ha hecho siempre en Primera con el paréntesis de su paso por la Premier League. Si su futuro está fuera, con la fórmula del traspaso o una cesión, el beneficio económico daría aire.
De manera análoga, la cesión o el traspaso de Álvaro Fernández al Espanyol también aclararía las cuentas para el curso que viene. La negociación todavía se encuentra en su fase inicial y no se descarta por tanto ningún escenario (cesión, venta o la inclusión de jugadores pericos); el deseo del club catalán de contar con el riojano es tan fuerte como el del guardameta de vestir de blanquiazul.
Hasta la fecha, la única rescisión que ha tenido lugar es la de Julio Buffarini y la nómina de futbolistas con garantías de contar la próxima campaña que estarán a las órdenes de Ziganda desde el primer día pasaría así de los 20 a los 14: el portero San Román; los defensas Pulido, Ratiu, Florian Miguel, Euse y Vilarrasa; los centrocampistas Timor, Cristian Salvador, Marc Mateu, Gerard Valentín, Enzo Lombardo, Joaquín, Saka y el delantero Escriche.
