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La falta de mordiente sigue condicionando a la SD Huesca
Los buenos datos defensivos de los azulgranas, que en Tenerife sumaron su octavo 0-0, están siendo empañados por sus dificultades en ataque.
Era el primer partido tras el empate a uno con el Real Zaragoza con el que prácticamente se había dicho adiós al ‘play off’ y sirvió de compendio de lo que está siendo su temporada. La SD Huesca regresó de Tenerife como un nuevo 0-0 -el octavo- en el que una vez más se mostró sólida en defensa y poco dañina en ataque refutándose así el hecho de que los azulgranas son un equipo difícil de ganar, pero al que le falta pegada, "una línea fina", como señaló Xisco, "que condiciona el estar arriba o en medio" en la clasificación.
El problema lo detectó el técnico pronto tras su llegada en octubre y para solventarlo se ha probado con diversas soluciones que no siempre han contribuido a que los oscenses se suelten la melena de forma eficiente. Se movieron las piezas con las que se contaba, en el mercado de invierno se trajeron refuerzos y también se ha ido cambiando de sistema. Conseguir que el balón llegue desde el centro del campo hasta la delantera ha sido todo un quebradero de cabeza y eso que en la plantilla se cuenta con un centrocampista que lleva 13 goles, Seoane, y con el jugador de la liga que más centros realiza, Mateu.
En el Heliodoro Rodríguez López, el Huesca disparó siete veces y solo en dos apuntó entre los tres palos. El primer tiro, de Timor, tardó más de media hora en producirse. Aunque en su descargo se puede decir que enfrente tenía al equipo que menos goles encaja, lo cierto es que los datos son de los más pobres dentro de su actual racha de partidos sin perder, la mejor de la temporada. Lleva seis con doce de 18 puntos sumados, dos más de los que consiguió entre las jornadas 16 y 21.
Xisco ha apostado por un 4-2-3-1 que contrasta con el 5-4-1 desplegado durante parte importante de la segunda vuelta y que se asemeja más a sus primeras propuestas. Con ellas, el Huesca no perdía, pero su ritmo de puntuación no le llevaba al ‘play off’. Esa zancada se intentó dar tras la Navidad aprovechando un inicio de 2022 plagado de duelos con conjuntos de la zona alta y el tiro salió por la culata. Frente al Girona, el Cartagena, la Ponferradina y el Eibar se buscó una versión más ofensiva y el resultado fue de tres derrotas y solo una victoria, el 0-3 en Cartagonova.
Con Xisco, el Huesca ha marcado 29 goles en 25 partidos lo que da una media de 1,16 dianas con 12,4 disparos por encuentro de los que 3,96 van a puerta. En sus nueve compromisos desde su llegada hasta el cierre de la primera mitad del ejercicio se realizaron por actuación diez tiros, tres de ellos bien dirigidos, con menos de un tanto de promedio, 0,7. Con la instauración del dibujo de tres centrales y dos carrileros los guarismos se elevaron a 16,5 y 5,7 respectivamente con la visita del Lugo como día tope en ambos aspectos (25 y 8) aunque solo se ganase por 1-0 y con marcadores como el 0-3 de Cartagena, el 4-0 al Mirandés y el 3-3 con el Oviedo. Con esta forma de jugar en cada duelo se cantaron 1,5 goles.
En Alcorcón se volvió a la línea de cuatro atrás, no salió bien (1-0), pero se ha mantenido en lo sucesivo. La producción ofensiva, eso sí, más allá de la inspiración en el 2-3 de Fuenlabrada, ha decaído. La media desde Santo Domingo es de 11,7 y 2,8 para 1,14 tantos. En el 0-2 de Málaga el Huesca realizó 15 percusiones, cuatro de ellas entre los tres palos y en el 1-1 con el Almería, 16 y cuatro. En el Fernando Torres fueron ocho y cuatro y en Tenerifie, siete y dos.
En las 37 jornadas disputadas, el Huesca ha marcado dentro de un partido en más de una ocasión once veces, las mismas que se ha quedado sin llevar el balón a la red. Tras Seoane, su principal artillero es Escriche, con cinco. Poveda y Gaich, los otros delanteros, han logrado dos y una diana respectivamente y Pitta, antes de marchar cedido a Brasil, dos.
