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La SD Huesca se aferra a El Alcoraz para seguir mirando el ‘play off’
La sexta plaza exige diez victorias en 15 jornadas y los azulgranas solo se han impuesto a dos de los rivales que aún depara el calendario.
A la pregunta recurrente de si la SD Huesca piensa en el ‘play off’ o, más bien, en las posibilidades más o menos remotas de alcanzarlo, los futbolistas tiran de manual: "Partido a partido". De puertas afuera, nadie saca la calculadora. De puertas adentro, se asume que se necesita una racha sensacional en las 15 jornadas que restan del campeonato para que los azulgranas se cuelen entre los seis mejores. Ahora son decimocuartos y habitan en tierra de nadie: a ocho puntos del sexto, el Girona, y ocho por encima del descenso que marca el Amorebieta. Mirar en una u otra dirección, o frecuentar esta zona templada de la tabla, depende de la trayectoria de los oscenses en El Alcoraz, empezando por la cita de este domingo ante el Lugo (18.15, Movistar LaLiga).
La goleada de hace dos semanas ante el Mirandés (4-0) abrió la espita. Los números locales solo pueden mejorar. O deberían. La SD Huesca jugará siete encuentros más en su estadio con Lugo, Las Palmas, Burgos, Almería, Real Zaragoza, Sporting de Gijón y Real Sociedad B como rivales. A domicilio aún aguardarán ocho compromisos, uno más que en la capital. Muchos de ellos ante rivales que se juegan la vida por arriba o por abajo: Ibiza, Alcorcón, Málaga, Fuenlabrada, Tenerife, Leganés, Amorebieta y Valladolid para terminar la temporada. Y con el calendario en la mano, ¿qué? Los números del matemático Adolfo Capella dictan que la fase de ascenso se encontraría en los 65 puntos.
Es decir, que los azulgranas deberían sumar 31 puntos en 15 partidos, a razón de dos por encuentro de promedio. Con la boca más o menos pequeña se ha dicho desde el club que esto conlleva la necesidad de ganar en 10 de las 15 últimas jornadas. La exigencia futbolística y también anímica que supondría fijarse este objetivo como capital se combate con esa fórmula del "partido a partido". Se sabe que no resulta sencillo pese a que hay precedentes muy próximos, empezando por la trayectoria de Xisco Muñoz en el Watford inglés la pasada temporada y su acelerón en la segunda vuelta para ascender a la Premier League desde posiciones muy retrasadas. Este curso, el paradigma lo encarna el Girona de Míchel Sánchez, al que se visitó y ganó en octubre cuando este ocupaba puestos de descenso. Desde entonces solo ha perdido tres partidos.
El polo opuesto lo representa la permanencia. La ventaja respecto a la zona baja es más o menos holgada y la tradición señala que con los 50 puntos será suficiente para quedarse en la categoría de plata. Ello supone la suma de 16 más en estas 15 jornadas. Una misión al alcance de la mano… con matices. La llegada de los fichajes invernales y el cambio de dibujo a la defensa de tres centrales han servido para mejorar las prestaciones de la SD Huesca, que sin embargo ha sumado siete puntos de 18 posibles en la segunda vuelta. Menos de los que logró ante los mismos rivales en la primera. Entonces fueron diez puntos. Y de los 15 que quedan solo se derrotó a Real B y Valladolid, precisamente los que cerrarán la liga regular en las jornadas 41 y 42.
Dicho de otro modo, los oscenses no lograron ganar en la primera vuelta a sus 13 próximos rivales, empezando con un Lugo que les derrotó por 3-2 en el Anxo Carro. Si se repitieran esos mismos marcadores, terminarían la liga con 48 puntos y el susto en el cuerpo para retener la salvación. Un escenario que no se quiere contemplar en el club. Más atento se está a completar un buen febrero e inicio de marzo que fije a los de Xisco Muñoz en la rampa de subida y a salvo de cualquier temor.
