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El vestuario del Huesca, lleno de caras conocidas para los refuerzos de invierno

Valentín, Lago Junior, Poveda y Timor ya habían jugado junto a varios de los que hoy son sus compañeros en el Huesca. A Pablo Martínez le animó a firmar Pedro López.

Poveda y Ratiu, durante el entrenamiento del sábado.
Poveda y Ratiu, que ya coincidieron en el Villarreal, durante un entrenamiento del Huesca.
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Aunque no quiere que sobre ellos recaiga la responsabilidad exclusiva de una posible reacción en la clasificación, los cierto es que Xisco Muñoz ha apostado con fuerza por los cinco refuerzos llegados a la SD Huesca en el mercado de invierno y que éstos hasta ahora le han respondido. Gerard Valentín debutó el domingo con gol incluido en el 4-0 con el Mirandés en el que también marcó Poveda. Pablo Martínez y Timor se afianzan en la medular y Lago Junior se ha convertido en una pieza fija para las segundas partes. Su adaptación ha sido rápida y no es algo que se haya producido por casualidad. Más allá de que los cinco hayan asegurado que se les ha recibido en el vestuario con los brazos abiertos, lo cierto es que al menos a cuatro de ellos su nuevo entorno no les ha debido de resultar tan novedoso. Todos han encontrado en la entidad azulgrana al menos un rostro conocido en sus anteriores destinos como futbolistas.

Los dos casos más llamativos son los de Gerard Valentín y Poveda, ambos, antes de llegar a El Alcoraz, ya habían coincidido con cinco de los que ahora son sus compañeros. Lago Junior y Timor con tres y Pablo Martínez, únicamente con Euse Monzó, jugador del filial que fue convocado con el primer equipo en la primera eliminatoria de la Copa del Rey y con el que ha entrenado en varias ocasiones. Ambos, jugaron juntos en el Atlético Levante durante la primera parte de la temporada 2019-20 antes de que el defensa saliese cedido a La Nucia.

Pablo Martínez se decidió a llegar a préstamo desde el Levante tras escuchar a tres exazulgranas hoy granotas, Melero, Miramón y, especialmente, como él destacó en su presentación, Pedro López, que tras colgar las botas en verano ahora forma parte del cuerpo técnico de los valencianos.

Las relaciones personales y entre los clubes son muy importantes en el mundo del fútbol. A este respecto, también tuvieron peso en su decisión las conversaciones que Gerard Valentín y Lago Junior mantuvieron con Xisco Muñoz. No en vano, los tres ya se habían cambiado juntos en el vestuario del Nàstic cuando el que hoy es su entrenador aún actuaba como delantero. Éste, de hecho, también fue compañero de Mateu en el Levante cuando el extremo tenía 19 años y él, 29.

De Tarragona, Valentín pasó al Deportivo. Allí coincidió con Mosquera y después, sin salir de Galicia, se enroló en el Lugo donde le esperaba Escriche y donde después él recibiría a Seoane.

En sus nuevos compañeros Poveda también ha encontrado un resumen de su trayectoria. El alicantino entró en la cantera del Villarreal en alevines y Ratiu, en infantiles. En ella fueron quemando etapas y, por ejemplo, estuvieron juntos en el Villarreal C y en el B. El alicantino fue realizando incursiones en el primer equipo y en él se encontraba Andrés Fernández. Después, en la 2018-19 firmó con el Atlético de Madrid para marcar goles en un filial del que también formaron parte Joaquín y San Román. Y ya la temporada pasada se movió al Getafe en el que conoció a Timor.

El fichaje del centrocampista por parte del Huesca fue anunciado cuatro días antes que el de Poveda y ambos fueron presentados a la vez. En El Alcoraz se reencontró, al igual que su compañero de viaje, con Andrés, al que conocía de su estancia en Osasuna y con Insua, con el que jugó en Leganés.

Lago Junior, por su parte, al margen de Xisco y Valentín, ya había vivido dos ascensos junto a otro extremo, Lombardo. Ambos participaron -el francés de forma más testimonial- en los saltos del Mallorca a Segunda en la 2017-18 y a Primera el año pasado.

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