Los caminos de Damián Musto y la SD Huesca se separan definitivamente. Ambas partes han llegado a un acuerdo para la rescisión del contrato que les unía hasta junio y ahora al centrocampista argentino de 33 años se le espera en Uruguay donde el Peñarol será su próximo destino, según la propia entidad charrúa hizo público este martes.

Las negociaciones del futbolista tanto con su ya antiguo club como con el nuevo llevaban tiempo fraguándose y finalmente han podido cristalizar. El medio no entraba en los planes de los de El Alcoraz y, de hecho, a su vuelta en enero tras pasar un año cedido en el Internacional de Porto Alegre brasileño no se le tramitó la ficha necesaria para poder participar. Desde entonces se había mantenido entrenando al margen sin integrarse en la dinámica del grupo.

En los últimos meses Musto ha sido vinculado a varios clubes. Mientras el mercado de fichajes permaneció abierto en su país, su nombre se asoció con los de River Plate, Boca Juniors, Independiente y Rosario Central, entidad en la que ya militó y cuyos aficionados llegaron a organizar una recogida de firmas para solicitar su vuelta. Muestra del buen cartel con el que cuenta al otro lado del Atlántico, también se le relacionó con el Colo Colo chileno. En todos los casos, el principal obstáculo fue el económico.

El rendimiento ofrecido por el jugador en su etapa en la SD Huesca no ha cumplido con las expectativas que levantó en el momento de su fichaje y su estancia ha venido marcada también por la sanción por dopaje con la que ya desembarcó. Se incorporó a la disciplina oscense en 2018 de cara al debut en Primera División procedente del Tijuana mejicano y tras haber vestido las camisetas en Argentina, además de la del Rosario Central, del Quilmes, el Atlético Tucumán y el Independiente.

La suspensión que pesaba sobre él por el consumo de un diurético le impidió participar en los amistosos de la pretemporada y después, con el curso en marcha, disputó un total de 24 partidos de Liga y uno de Copa, 1.735 minutos de desigual resultado. Al final de la campaña y, a pesar del descenso, por motivos contractuales no se le pudo desvincular y, además, la FIFA le amplió la inhabilitación. El Huesca entonces optó por suspenderle de empleo y sueldo, y a su vuelta lo envió a préstamo al Internacional, donde le había reclamado Eduardo Coudet, que ya lo había tenido a sus órdenes. La cesión era por un año y se estableció una opción de compra que el club brasileño estaba dispuesto a ejecutar hasta que el entrenador puso rumbo al Celta, lo que hizo que el rol de Musto variase por completo perdiendo protagonismo. Allí se vistió de corto en 34 ocasiones para marcar un gol.

En el comunicado con el que el Huesca anunció la desvinculación el club le desea “lo mejor en su nueva andadura”. Por su parte, Peñarol, a través de un vídeo, lo presenta usando términos como “garra” y “jerarquía”.

En situación similar a la que se encontraba Musto continúa Eugeni Valderrama. El tarraconense, que sí tiene ficha y que entrena con normalidad a las órdenes de Pacheta, finaliza contrato en junio y el club no cuenta con él. En el mercado de invierno se intentó su salida, no se le convenció a pesar de contar con varias opciones y desde entonces no ha vuelto a entrar en ninguna convocatoria.

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