El FC Barcelona llega a Huesca entre fuertes medidas de seguridad

Tan cerca y tan lejos. La imagen más esperada, la de la llegada del FC Barcelona y de Leo Messi a Huesca, se ha seguido a distancia por las 200 personas que han acudido a las inmediaciones de hotel Abba, donde se aloja ya el club catalán antes de medirse a la SD Huesca en El Alcoraz (21.00, Movistar LaLiga). Un imponente dispositivo de seguridad ha mantenido a raya a los aficionados que querían ver de cerca a sus ídolos. En tiempos de pandemia no ha podido ser así; al menos, se han dejado notar cuando el argentino, Griezmann, Ter Stegen o Koeman han bajado de los autocares para encaminarse al interior del establecimiento.

La Policía Nacional y Local habían coordinado un operativo para cerrar el perímetro alrededor del hotel y, de este modo, impedir la previsible aglomeración de gente. Con este, se ha cortado buena parte de las calles Tarbes y Santo Ángel de la Guarda, de modo que el acceso ha quedado completamente despejado para la llegada de los tres vehículos de la expedición del FC Barcelona. El club ha viajado por carretera y no en avión como sucedió hace dos temporadas o este curso con el Atlético de Madrid. El protocolo covid-19 recomendaba esta opción y el rival de la SD Huesca ha partido de la Ciudad Condal en torno a las 10.20 para llegar a la capital a las 13.15, poco menos de ocho horas antes del encuentro.

Una veintena de agentes repartidos en los cuatro puntos que daban acceso a las inmediaciones del Abba han cerrado un perímetro de unos 100 metros con vallas y cinta policial. La seguridad privada del FC Barcelona ha coordinado la presencia de medios de comunicación y la llegada de los vehículos se ha producido de manera rápida y sin problemas. Algunos aficionados, con camisetas y chándales del club catalán, lamentaban la imposibilidad de ver más cerca a los futbolistas. “Es momento de actuar con prudencia, pero fastidia”, reconocía Luis Pertusa, uno de ellos. El objetivo, impedir una aglomeración de público sin distancias de seguridad, se ha logrado. Cabe recordar que hace dos cursos dieron la bienvenida al Real Madrid mil personas, cinco veces más que en esta ocasión.

Como avanzadilla ha llegado un mini bus en el que viajaba la representación del FC Barcelona con Guillermo Amor, director de relaciones institucionales y deportivas, al frente. Pocos minutos después han aparecido por la calle Tarbes los dos autocares con jugadores y técnicos, que se han estacionado junto a la entrada principal del hotel Abba. En ellos se han desplazado los 22 futbolistas convocados por Ronald Koeman, que ha sido uno de los primeros en bajar y acceder al establecimiento hotelero. También lo han hecho pronto Ter Stegen y Griezmann, que ha saludado a su izquierda levantando el vaso para mate con el que habitualmente se le puede ver en este tipo de situaciones.

Pedri, De Jong y el resto de la expedición han ido bajando del vehículo a la espera del más anhelado: Leo Messi. La estampa del astro argentino, detectada al segundo pese a la distancia, he levantado más que en ningún otro caso las voces y los vítores de los seguidores congregados en este frío mediodía de domingo. El crack blaugrana, que también tomaba mate y ha sido uno de los últimos en aparecer, ha realizado un leve gesto para decir “hola” en su primera visita a la capital oscense después de no haber acudido en los anteriores partidos oficiales del Barça en El Alcoraz. Hasta que acuda al estadio la comitiva permanecerá en el Abba, donde comerá, descansará y llevará a cabo la charla técnica de Koeman antes de medirse a la SD Huesca. Tras el choque regresará a Barcelona también por carretera.