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Jorge Molina, una pesadilla recurrente para la SD Huesca

El delantero del Granada es el único futbolista que ha marcado a los azulgranas en Primera, Segunda División y Segunda B. En total, cinco goles.

SD Huesca 1-1 Getafe
Jorge Molina, en el momento de marcar para el Getafe el gol del empate en la 18-19.
Pablo Segura

Aguarda a la SD Huesca este domingo (14.00, Movistar LaLiga) un Granada repleto de nombres ilustres. Ya sea por conocidos, como los exazulgranas Darwin Machís y Yangel Herrera; o los exzaragocistas Jesús Vallejo, Alberto Soro y Luis Suárez, Luis Milla hijo… De entre todos ellos también brilla una amenaza constante en la historia reciente del club. El delantero Jorge Molina puede presumir a sus 38 años de un currículum extenso y brillante. También es el único futbolista que ha hecho goles al equipo aragonés en tres categorías: Primera, Segunda y Segunda B. Dos andaduras que discurren de forma muy pareja, aunque la irrupción del punta en la élite fue anterior y de mayor calado.

Molina, incorporado el pasado verano del Getafe, ha sido de esta manera un incordio cíclico para el Huesca. Es muy posible que vuelva a comparecer en Los Cármenes puesto que el jueves ante el PSV Eindhoven en la Europa League el ariete escogido por el técnico Diego Martínez fue Roberto Soldado. El alicantino inició su trayectoria en la Tercera División de su comunidad autónoma y pronto su insaciable apetito goleador le dio paso a mayores cotas. Así, debutó en la categoría de plata con el Poli Ejido, después actuó en el Elche y llamó la atención del Betis, donde jugó seis cursos y los cuatro siguientes con los azulones antes de recalar en Granada.

Su primer cruce con el equipo ahora entrenado por Míchel Sánchez se produjo en el curso 2005-06. El 2 de abril de 2006 abrió la goleada que el Benidorm endosó a un Huesca que aquella campaña amarraría la permanencia en aquel dramático play off de descenso a Tercera ante el Castillo. Cayó por 4-0 en el entonces denominado estadio de Foietes, hoy Guillermo Amor. Un escenario que al año siguiente deparó uno de aquellos momentos inolvidables que cimentaron lo que hoy es el club. Los oscenses se jugaban en la penúltima jornada la clasificación para la fase de ascenso y sufrieron la expulsión del meta Rubén Falcón. Debutó entonces Jorge Larrosa y detuvo un penalti que sostuvo ese triunfo definitivo por 1-2. La pena máxima la lanzó… Jorge Molina.

Ya enrolado en las filas del Elche, Molina no volvió a acertar en el doble enfrentamiento de la 09-10 en Segunda División. Sí lo haría en el Betis al año siguiente. Estrenó la cuenta en la derrota sufrida por 3-1 en el Benito Villamarín, en un día en el que también anotaron Rubén Castro y Beñat y Camacho de penalti para los azulgranas. Se volverían a ver las caras en el ejercicio 16-17. No acertó en liga pero sí fue determinante en el play off al ser autor de los dos goles azulones en el choque de ida en El Alcoraz (2-2), el primero de penalti. Alfombró así el 3-0 de la vuelta y el conjunto de José Bordalás regresó a Primera tras deshacerse del Tenerife en la eliminatoria decisiva.

Jorge Molina también reservó un último disgusto para el reencuentro con la SD Huesca en Primera en el 18-19. Era la jornada 11 y el cuadro local acariciaba su primera victoria en El Alcoraz después de adelantarse con un testarazo de Etxeita en el minuto 50 tras la salida de un córner. Pero el alicantino tuvo la última palabra y en el tiempo de descuento se zafó de la presión de Pulido al borde del área grande y batió a Jovanovic con un disparo cruzado. Su quinto gol al Huesca en tres categorías diferentes le hace asomarse a la cita del domingo como una amenaza recurrente.

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