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El Alcoraz: dos décadas de modernización

El estadio de la SD Huesca ha vivido varios momentos clave que han repercutido en su puesta al día. Está muy cerca de doblar su capacidad original.

Exterior en obras de la zona de General y Gol Norte de El Alcoraz.
Exterior en obras de la zona de Gol Sur y de General de El Alcoraz.
Verónica Lacasa

La sucesión de reformas acometidas en los últimos años por la SD Huesca en el estadio de El Alcoraz permitirá doblar su capacidad original. Comenzó el siglo XXI, dos décadas en las que el club azulgrana ha dado un salto al infinito, con algo más de 5.000 plazas y superará las 9.000 en cuanto finalice el proyecto de ampliación aprobado en el último consejo de administración. Los dos ascensos a Primera División, el estreno en Segunda en 2008 y el regreso en 2015 y trabajos puntuales entre medias han cambiado por completo la faz de una instalación que abrió sus puertas hace casi 50 años, el 16 de enero de 1972, y que es propiedad de la entidad.

Ahora se trabaja para que la grada de General se equipare en altura a los dos Goles, Norte y Sur, y a la Tribuna, y se cerrarán las esquinas sudeste y nordeste. Junto a ésta actuación, también se ha adjudicado la construcción de la torre suroeste y se va a poner en marcha el proceso que permitirá la reforma de los vestuarios, el acceso y los exteriores de la puerta cero. Los palcos y gradas VIP previstos en un primer momento para albergar a 375 personas se situarán ahora por encima de otra grada que podrá acomodar a 1.115 aficionados. En suma, 9.128 asientos.

El nuevo siglo llevó consigo reformas paulatinas. Primero tímidas, como la propiciada por el partido oficial de la selección española sub 21 ante Grecia en junio de 2003 y después más profundas a raíz del primer ascenso a la categoría de plata en 2008. Incluyeron la ampliación y reforma de la tribuna central, la edificación de la cubierta en General, la sala vip, palco, sala de prensa, vestuarios, oficinas y banquillos.

José María Mur fue el impulsor de El Alcoraz, necesario tras la remodelación de la Tercera División como sede definitiva después de haberse empleado varias instalaciones en los 110 años de fútbol en la capital oscense. El volumen de la obra terminaría pasando una terrible factura que casi termina con la SD Huesca. Con el paso de los años se llegó a acumular una deuda de 50 millones de pesetas salvada por el esfuerzo de las consecutivas directivas y juntas gestoras.

Se llegaron a suscribir títulos para los socios por valor de 10.000 pesetas de las de 1984, cuando esta situación provocó la salida del estadio a subasta y se libró del embargo gracias al empuje de un centenar de abonados que salvó a la entidad de un futuro muy incierto. El arquitecto Raimundo Bambó fue el encargado de diseñar y levantar el estadio, sin cobrar por su labor, gracias al empeño de José María Mur, y tuvo un coste cercano a los 15 millones de pesetas (unos 90.000 euros). Ahora ha sido el arquitecto Ignacio Lacarte el responsable de adecuar El Alcoraz a las demandas de la mejor liga del mundo.

En 1986, con el club acuciado por las deudas, el campo salió a subasta y unos 200 directivos y aficionados del club se unieron para formar una sociedad que ganó la subasta, rescatando así el campo del embargo del banco. Posteriormente, una asamblea sentó las bases para que la SD Huesca fuera la única entidad beneficiaría del campo en el futuro. El club es uno de los pocos clubes de LaLiga que cuenta con la propiedad de su estadio. De manera exponencial, aunque a la par, crece la masa social que demanda un Alcoraz con mayor capacidad. El salto a Segunda División logró que se rebasase la cifra de los 4.000 socios, que a punto está de doblarse. Y con unas 2.000 personas más en lista de espera.

El estadio que nunca fue

Durante la temporada 2007-08 se presentó un primer proyecto de ampliación del estadio que terminó derivando en la idea de una instalación completamente nueva que se habría edificado en una parcela próxima al emplazamiento actual, de unos 60.000 metros cuadrados de superficie y con capacidad para 10.000 espectadores, un hotel, un edificio para usos terciarios, un conjunto de equipamientos y un parquin. La difícil coyuntura económica y la falta de entendimiento del club con las instituciones terminaron desechando la idea a favor de las reformas en el propio Alcoraz.

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