Hace cuatro semanas, la SD Huesca derrotó por 2-0 al Fuenlabrada en El Alcoraz. Aquel sábado 7 de marzo, los goles de Cristo y Okazaki supusieron la última alegría antes del terremoto provocado a todos los niveles por la crisis sanitaria del coronavirus. A la espera de acontecimientos, el club azulgrana mantiene una postura firme y continuada al respecto de las cuestiones principales que permanecen abiertas en este momento. Partidario de que el campeonato se termine en los terrenos de juego, asume la posibilidad cada vez más real de que este concluya en los meses veraniegos y, de momento, no se plantea la puesta en marcha de un ERTE.

A este respecto, mantiene un contacto permanente con la Liga de Fútbol Profesional y la Federación Española. La SD Huesca está a la espera, entre otros factores, de los acuerdos entre la Liga y la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), que se muestra contraria a los ERTE y que propondría bajadas de sueldo para los futbolistas de hasta un 10 % siempre que se suspenda definitivamente el campeonato. La Liga es partidaria de que se inicien ERTE por causa de fuerza mayor y con reducción de jornada. Clubes de Segunda División como el Real Zaragoza, la UD Las Palmas y el Racing de Santander ya se han acogido a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo, a lo que insta la Comisión Delegada de la LFP y cuya postura es en este punto lejana a la de la AFE.

Asimismo, entiende la entidad que cualquier acuerdo económico que se alcance con la plantilla y el cuerpo técnico ha de supeditarse a la posibilidad de que se juegue, a la fecha en que tendría lugar la vuelta a los terrenos de juego y a las condiciones. Es decir, que se deberían valorar, ante la posibilidad de que se consensúe una rebaja en los emolumentos de los jugadores, las condiciones en que se hipotéticamente se retome la liga. Si se juega a puerta cerrada, pero se juega, perdería todo sentido una bajada de sueldo.

También se debería estudiar, llegado el caso, la situación económica de la SD Huesca o de cualquier otro club profesional en la misma tesitura. La capacidad de asumir las pérdidas económicas que acarrea la suspensión sine die del campeonato, de compensar a los abonados la pérdida de partidos o de analizar la situación con los patrocinadores también aparecen en la lista de tareas a la hora de tomar una decisión respecto al ERTE. De cualquier modo, el club azulgrana luce músculo económico y las consecuencias de una gestión económica cabal que le permite disfrutar de una situación financiera saneada.

Es decir, que las previsiones para la temporada 2019-20, que debería cerrarse el 30 de junio, no tendrían que verse afectadas, y el hecho de no cobrar el 28% de los derechos de televisión que aún restan por percibir resultaría algo asumible. En la campaña anterior, la del paso por la Primera División, la SD Huesca se hizo con un beneficio neto de 10,7 millones de euros tras el proceso de patrimonialización llevado a cabo. Se encuentra al día con los pagos tanto con Hacienda como con la Seguridad Social y que cumple al 100% con los plazos legales respecto a los proveedores.

El presupuesto para esta campaña en Segunda División, según se desgranó en la junta general de accionistas del mes de diciembre, podría acabar alcanzado los 33 millones con partidas importantes relacionadas con patrocinios además de operaciones deportivas como la venta de jugadores el pasado verano. Junto a esto, los derechos de televisión van a reportar 8.650.000 euros, mientras que la ayuda al descenso que facilita La Liga ha sido de 9,8 millones. El gasto total en la plantilla deportiva asciende a 7,8 millones de euros tras haberse acometido para este ejercicio un total de 22 fichajes.

En la entrevista virtual publicada el pasado miércoles, el delantero Rafa Mir ejerció de portavoz de un vestuario dispuesto a formar parte de las medidas económicas que se considerasen necesarias para garantizar la viabilidad económica del club. “Es una situación extraordinaria, tendríamos que llegar a un acuerdo con el club, pero no creo que hubiese problema porque tenemos buena armonía con los dirigentes”, valoró. La plantilla sigue a rajatabla el plan de entrenamientos telemáticos diseñado por el cuerpo técnico a la espera de que se pueda retomar el trabajo grupal con todas las medidas sanitarias e higiénicas para ese momento se indiquen desde las autoridades gubernamentales y deportivas.

Entre los motivos para acogerse al ERTE, el Racing de Santander razona que es un modo legal de contar con toda su plantilla actual más allá del 30 de junio, con independencia de que para esa fecha expiren algunos de los contratos o algunos futbolistas se hayan comprometido ya con otros clubes a partir del día siguiente. El Gobierno ha introducido medidas que permitirán alargar el contrato de forma automática tanto tiempo como esté suspendido. En la SD Huesca terminan contrato en esa fecha Pedro López, Luisinho Correia, Antonio Valera, Ander Bardají y Shinji Okazaki, aunque el delantero japonés tiene la oportunidad de seguir un ejercicio más.

La plantilla que dirige Míchel Sánchez suma actualmente once cedidos con fecha límite del 30 de junio y, algunos casos, opción de compra: Josué Sá, Pablo Insua, Toni Datkovic, Cheick Doukouré, Rubén Yáñez, Miguelón Llambrich, Dani Raba, Sergio Gómez, Cristo González, Jordi Mboula -con la posibilidad de compra- y Rafa Mir, cuya cesión se prolongará hasta junio de 2021. Mientras, deberán volver a la disciplina azulgrana a partir del 1 de julio los actualmente a préstamo Dani Escriche (Elche), Jaime Seoane (Lugo), Joaquín Muñoz (Mirandés) y Aleksandar Jovanovic (Deportivo). El Göztepe turco se plantea ejercer la opción de compra sobre Serdar Gürler.