La SD Huesca aumenta el nivel de exigencia en sus entrenamientos desde casa

Los jugadores de la SD Huesca afrontan desde el lunes la segunda semana de entrenamientos confinados en sus domicilios. Dentro del plan diseñado por el preparador físico David Porcel y el readaptador Jordi Carracedo, el nivel de exigencia en la serie de ejercicios que deben completar va a aumentar en los próximos días con respecto al que venían experimentando e incluso se va a introducir alguna sesión doble.

Los azulgranas, que guardaron descanso este domingo, están realizando sin incidencias el programa con el que se pretende que conserven lo máximo posible su estado de forma a la espera de que la temporada se acabe reanudando. El contacto más directo lo están teniendo tanto con Porcel y Carracedo, como con los servicios médicos, y por el momento no ha habido que lamentar ningún problema o molestia muscular.

Las sesiones que los jugadores tienen que completar con los elementos que el club les facilitó suelen durar alrededor de una hora, aunque cada uno la va adaptando a sus circunstancias personales. En este sentido, el programa, lejos de ser el mismo para todos, incluye variaciones en función de sus peculiaridades, éstas van desde su complexión física hasta las características de su domicilio o su situación familiar, y, de hecho, al margen de que en los días venideros se tratará de completar alguna jornada con trabajo por la mañana y por la tarde, en la que incluso se estudia reunir a toda la plantilla mediante herramientas telemáticas, ya la semana pasada hubo futbolistas que realizaron sesiones dobles.

Las peculiaridades a las que obliga el hecho de tener que entrenarse en casa a causa de las medidas de confinamiento hacen que sea complicado trabajar aspectos como el toque del balón y las carreras de larga distancia, algo para lo que Porcel y Carracedo están buscando soluciones. En este sentido, algún jugador con terraza larga o parcela de terreno ha tratado ya de correr, aunque sea en un espacio reducido.

El que presenta más diferencias es Cheick Doukouré, del que está mucho más pendiente Carracedo. El centrocampista, antes de producirse el parón, se encontraba en la recta final de la recuperación del calvario de lesiones que viene arrastrando desde hace más de un año y necesita ejercitarse de otro modo. Su regreso a los terrenos de juego es considerado en el equipo como todo un refuerzo de primavera.

Míchel también se mantiene en contacto con sus hombres. En su caso, mediante charlas personalizadas por videoconferencia en las que la táctica es protagonista.

La circunstancias que rodean a la SD Huesca son similares a la del resto de conjuntos de Segunda División, con los que el cuerpo técnico mantiene contactos. En un principio, el plan actual de trabajo se instauró con un horizonte de tres semanas, aunque éste va a tener que ser actualizado ante la ampliación de estado de alarma y el endurecimiento de las medidas de confinamiento.

La última vez que el equipo pudo entrenar en grupo fue el pasado 13 de marzo. Entonces, al conocerse la suspensión de la competición, se optó por dar a la plantilla cuatro días de descanso y se la citó para el miércoles siguiente. Sin embargo, la evolución de la crisis generada por el coronavirus hizo que tuviese que replantearse todo. Así, finalmente, tras una semana de descanso activo, el lunes pasado los azulgranas comenzaron el lunes pasado a ejercitarse por su cuenta en sus casas de forma reglada.

La principal incógnita que afrontar los técnicos a la hora de planificar el trabajo de los jugadores reside en no saber tanto la fecha de vuelta a los entrenamientos en grupo como la del regreso a la competición. A este respecto, el escenario más próximo que se maneja en el seno del club sitúa el próximo partido oficial entorno a mediados de mayo.