Mientras que en el plano deportivo la SD Huesca y el Extremadura se miden en El Alcoraz el sábado a partir de las 16.00 por segunda vez esta temporada, en los ámbitos jurídico y económico el choque que dilucidan en los despachos ambos clubes lleva desde el verano a la espera de que la Liga, el órgano que debe decidir, se pronuncie. La causa, la salida de Enric Gallego al Getafe y el 10% del dinero que generó el movimiento que los de Almendralejo reclaman y que los altoaragoneses, que continúan firmes en su convencimiento de que se les dará la razón, defienden que no les corresponde.

Gallego llegó a El Alcoraz desde el Francisco de la Hera en el mercado de invierno del año pasado mediante un acuerdo entre ambos clubes. En el contrato de compra se incluyó una cláusula por la que el Extremadura percibiría un 10% del total de los ingresos si se producía un futuro traspaso por parte del Huesca. En julio, tras el descenso a Segunda División, el delantero catalán acabó recalando en el Getafe, que abonó los seis millones de euros de su cláusula de rescisión.

A este respecto, el Extremadura considera que los altoaragoneses deberían entregarles 600.000 euros en concepto del 10% estipulado en caso de venta. Sin embargo, los oscenses esgrimen que lo que ocurrió no fue un traspaso, sino que los madrileños se limitaron a abonar el montante de la rescisión y que por lo tanto la cláusula a la que aluden los también azulgranas no es aplicable.

Gallego, por su parte, no está cuajando una buena campaña en la que supone su segunda temporada en Primera División. Después de participar con el Getafe durante la primera vuelta en solo cinco partidos de Liga y tres de Europa League, en enero fue cedido a Osasuna, con el que se ha vestido de corto en las últimas cuatro jornadas, aunque todavía no se ha estrenado como goleador.