Montilivi tomará la temperatura a una SD Huesca noqueada la semana pasada en Ponferrada (3-1) y que vuelve a examinarse este sábado a domicilio (16.00). Nada menos que ante un Girona que es tan irregular en la liga como poderoso en su estadio y que presenta la amenaza de Christian Stuani, con 20 goles. Tras unos días de diván y de lamerse las heridas, los azulgranas se encuentran ante la oportunidad de barrer las dudas que dejó el partido de El Toralín y el técnico Míchel Sánchez, de recomponer un bloque extraviado lejos de El Alcoraz, donde no vence desde el pasado 30 de noviembre.

Al traspié de Ponferrada ha acompañado un ruido de sables matizado desde el club azulgrana con las declaraciones del director deportivo, Rubén García, o de varios futbolistas. Realizan un llamamiento a la calma y al sentido común. La SD Huesca sigue aspirando al ascenso directo, una verdad tan irrebatible como la necesidad de hallar una línea regular de resultados y juego. Los problemas defensivos, pues los azulgranas acumulan ocho jornadas recibiendo goles, se suman a la lista de tareas que ha de afrontar el entrenador mientras da otra vuelta al once. En ese sentido, la vuelta de Pulido y el empuje de Rafa Mir representan una bendición.

Toni Datkovic es un problema añadido. El zaguero ha caído en el entrenamiento de este viernes a puerta cerrada y sufre una lesión muscular en el obturador interno de la cadera derecha que le ha impedido terminar la sesión y viajar a Gerona. Guardará reposo y de nuevo el lunes se valorará su estado. El periodo de recuperación dependerá de su evolución. Míchel ha llamado a 19 jugadores, por lo que habrá un descarte. Sí se ha subido al AVE Jordi Mboula, que empieza así a integrarse en la dinámica azulgrana a la espera de sus primeros minutos.

Sin Pulido, sancionado la pasada jornada, el equipo ha encajado seis tantos ante Fuenlabrada y Ponferradina. Con su regreso se compensa asimismo la ausencia por lesión de Josué Sá aunque Míchel solo cuenta con dos centrales. En un mes de febrero repleto de cimas, pues los siguiente rivales serán Almería y Rayo Vallecano, pide paso Pablo Insua, que acompañará al capitán. Regresa, un año después, al estadio donde se rompió y, con él, muchas de las esperanzas de salvación el curso pasado.

La llegada de Mir, mientras, ha aliviado los problemas crónicos de la SD Huesca con el gol. Ha marcado dos, ante Lugo y Ponferradina, sin olvidar el anulado en Oviedo. Su figura, asimismo, permite dotar al juego azulgrana de una velocidad más e invita a ser más directos en busca de la portería rival. Míchel puede armar su idea del fútbol alrededor de Pulido y de Rafa Mir, agarrado asimismo a Mosquera y Mikel Rico y a una portería que ha perdido eficacia en las últimas semanas. La columna vertebral se acompaña de una plantilla más corta tras el mercado invernal de fichajes con futbolistas a los que urge reactivar.

Dos de los principales son Dani Raba, que sumó buenos minutos en El Toralín, y Juan Carlos Real. Han perdido protagonismo en los onces de Míchel Sánchez desde el mes de diciembre y buena parte de las posibilidades de éxito pasan por una gestión eficiente de los recursos. Basta recordar los goles y asistencias de estos dos jugadores.

La plantilla es quizá la más brillante de la categoría de plata junto a la del rival de este fin de semana, un Girona que se hizo con los servicios de Christian Rivera, pretendido asimismo por la dirección deportiva. La SD Huesca se encuentra al acecho de Cádiz, Almería y Real Zaragoza mientras las piezas se van posicionando y se preparan para la batalla final por el ascenso.

Posibles onces

Girona FC: Asier Riesgo; Pablo Maffeo, Juanpe, Alcalá, Aday, Granell, Gumbau, Jairo, Borja García, Brandon y Stuani.

SD Huesca: Álvaro; Miguelón, Pulido, Insua, Luisinho, Mosquera, Mikel Rico, Eugeni, Raba, Okazaki y Rafa Mir.

Árbitro: Milla Alvendiz (comité andaluz).

Estadio: Montilivi (sábado, 16.00).