La SD Huesca, un equipo en busca de sí mismo

Dos derrotas consecutivas y las dos, por primera vez en toda la temporada, por dos goles de diferencia. La SD Huesca no atraviesa precisamente por su mejor momento y, aunque el técnico Míchel Sánchez haya defendido que no hay dudas en el vestuario, sí que han surgido al menos fuera de él. Los tropiezos ante el Rayo Vallecano en casa y el sábado pasado en la visita al Mirandés han puesto en jaque algunas de las señas de identidad sobre las que se estaban sosteniendo los azulgranas que, paradójicamente, habían alcanzado una de sus versiones más redondas justo antes de esta mala racha, en el 0-2 en Alcorcón. De ahí que, entre los objetivos marcados de cara a una semana con Copa y derbi, el entrenador madrileño haya situado el volver a ser el equipo reconocible que se lleva manteniendo entre los primeros puestos de la tabla todo el curso.

Uno de los aspectos más llamativos en los dos marcadores adversos han sido los goles encajados. Si bien las derrotas con el Lugo y el Fuenlabrada fueron por 3-2, ambos casos habían aparecido como hechos aislados alejados de la tónica general de un conjunto ante el que era muy complicado celebrar una diana y que presumía de ser el que menos veces había recogido el balón de su red, algo que ya no es así.

A ello hay que añadir la falta de clarividencia de los altoaragoneses frente a la meta contraria. Son casi 200 minutos los que el Huesca lleva sin marcar, exactamente desde que Mikel Rico rubricó el 0-2 en el minuto 71 del cruce con el Alcorcón. Los azulgranas no se están distinguiendo por su facilidad para conseguir goles, acumulan 23 en 20 partidos, pero estos sí que iban llegando con cierta regularidad. Por ahora, la sequía más larga ha sido de 243 minutos, los transcurridos entre el tanto de Raba que supuso la victoria con el Sporting (1-0) y el de Juan Carlos, que valió el 0-1 en el campo del Extremadura. Entre uno y otro se sucedieron las derrotas con el Numancia y el Albacete.

Ese precedente de la situación actual llegó en una fase temprana de la competición, en las jornadas 5 y 6, y en esos partidos las claves fueron otras. Ahora, frente al Rayo y el Mirandés se ha sufrido con las transiciones mostrando problemas a la hora de sacar el balón jugado ante defensas muy presionantes. Ha faltado seguridad, contundencia y también carácter. No en vano, todavía está pendiente la primera remontada azulgrana.

“Los grandes equipos se levantan en los momentos duros”, afirmó Míchel en Miranda. Esta semana, con el Real Zaragoza en el horizonte, aparece como la ideal para ponerse de pie.