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Naufragio antes del derbi

La SD Huesca se ha rendido al Mirandés sin condiciones y entrado en una vía muerta. Echa de menos el carácter que mejore su fútbol y le haga reponerse de las dificultades.

Jugadores difusos y afición que no rebla, la imagen en Anduva.
Jugadores difusos y afición que no rebla, la imagen en Anduva.
Agencia LOF

Cautiva y desarmada en Anduva, la Sociedad Deportiva Huesca entregó una rendición fácil al Mirandés, apuntada en la primera mitad y confirmada en la segunda, un desatino y dos goles encajados casi idénticos. Los azulgranas volvieron a emitir señales preocupantes, como el día del Rayo; da la sensación de que el equipo de Míchel Sánchez ha entrado en un punto muerto, en una vía ciega en la que todas las decisiones, del técnico y de los futbolistas, empeoran a un gran equipo. Por eso se han de corregir aspectos que se han venido atisbando durante todo el campeonato y que han explotado justo ahora, al cierre de la primera vuelta y a las puertas del derbi con el Real Zaragoza.

Las dos derrotas con Rayo y Mirandés arrojan un balance de cuatro goles en contra y ninguno a favor. Ambos equipos han sabido anular a los de Míchel. Los franjirrojos porque tienen una calidad enorme, y los burgaleses porque explotan al máximo sus virtudes con una fe y una determinación a prueba de candidatos al ascenso. A la SD Huesca se le presupone lo primero, es una evidencia. Pero el carácter con que se ha de acompañar el buen fútbol va más allá de una entrada a destiempo como la de Miguelón, que le impedirá enfrentarse a los blanquillos. Va de sobreponerse a las dificultades aunque falte el mejor centrocampista de la plantilla, Pedro Mosquera.

Míchel desarrolló alguna idea sorprendente, por inesperada, como la vuelta de Josué Sá a la defensa o de Galán al lateral zurdo cuando lo habitual es que sea Luisinho quien se exponga a domicilio. No termina de encontrar soluciones concretas a los problemas que se le plantean cada fin de semana y es probable que desoriente a los futbolistas que entran y salen o viajan de la grada al once sin solución de continuidad. En ataque, Cristo y Escriche abonaron la tercera suplencia consecutiva de Okazaki, que sigue dando más sensación de peligro con dos arrancadas que sus compañeros de puesto en un partido completo.

Se extraña a aquel futbolista que dé un grito para reactivar a sus compañeros. Un hilo conductor que encauce a una plantilla buenísima aun en las peores circunstancias. La semana que se abre es tal vez la mejor posible, con el Real Zaragoza a las puertas y la deuda pendiente contraída con los aficionados que viajaron a Anduva.

Pulido: "Hay que levantar la cabeza"

El capitán de la SD Huesca, Jorge Pulido, se ha erigido tras el partido en portavoz del vestuario para transmitir el pesar por la derrota. "Hay que levantarse y animar a la gente joven e inculcarles lo que significa el partido del próximo domingo. Corregir los errores y levantar la cabeza. El campo estaba complicado y debíamos jugar más directos. Era un partido para luchar los duelos y ellos se han llevado los puntos". En este momento, "parecía que nadie nos podía ganar y ahora sucede todo lo contrario. Me voy a casa destrozado por el 2-0 y toda la gente que ha venido a vernos".

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