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"¡Que bote El Alcoraz!"

La SD Huesca ha encontrado en Alcorcón su mejor versión visitante, en un ejercicio de paciencia, acierto y madurez para ganar a domicilio dos meses después (0-2).

Juan Carlos se ha convertido en el máximo goleador.
Juan Carlos se ha convertido en el máximo goleador.
Enrique Cidoncha

Frente a la versión pálida y desmadejada de Fuenlabrada, una SD Huesca sólida y mandona. Los azulgranas, por fin, se sintieron como en casa lejos de El Alcoraz. Pacientes para sentenciar el partido con dos zarpazos sin respuesta. Maduros. El de Alcorcón fue el triunfo tantas veces perseguido. La anterior victoria a domicilio databa del 22 de septiembre, la séptima jornada. Míchel Sánchez ya había lanzado la profecía en la previa y esta se cumplió punto por punto. Aseguró que no distingue dos versiones de un equipo que este sábado ha sometido a los alfareros de principio a fin.

La actuación más completa como visitante esquivó los pecados capitales de otras ocasiones. No se entró frío al encuentro, ni se recibió un gol tempranero ni se sufrió a balón parado. No se perdió la perspectiva tras el primer golpe; esta vez, el tanto bien anulado a Datkovic. El Huesca fue fiel a sus principios. Tuvo la pelota, la atesoró en la fase inicial de espesura y con ella sometió a los alfareros. Virtudes para que el Alcorcón no pudiese presentar batalla, y eso que llegaba de siete jornadas sin perder y blindó su centro del campo para tratar de minimizar a los de Míchel.

Este impulsó un nuevo giro en el once. No se puede hablar titulares o suplentes; salvo en casos muy concretos de futbolistas con escaso protagonismo hasta la fecha, la amplitud de plantilla se ha de señalar siempre como un factor elemental para explicar que los azulgranas atesoren 32 puntos. Este sábado les ha tocado a Escriche y Sergio Gómez en lugar de los delanteros Okazaki y Cristo. Juegue quien juegue Míchel no traiciona su estilo. Y pocos equipos de la categoría, por no decir ninguno, pueden congregar tanto talento entre el centro del campo y la media punta.

Juan Carlos y Mikel Rico culminaron el ejercicio de sincronía y autoridad en Santo Domingo. El equipo primó sobre las individualidades. Fue una victoria también simbólica: noveno partido con la portería a cero y cada vez con mejores cifras goleadoras. Asaltar el ascenso directo exige mantener esta hoja de ruta en El Alcoraz y a domicilio. Para que las diferencias entre el Huesca local y el visitante se difuminen del todo será necesario también el papel de los aficionados, los mismos que cantaron "¡Que bote El Alcoraz!". Como en casa.

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