Míchel: "Es un partido que me gustaría jugar"

Míchel Sánchez fue cocinero antes que fraile en el mundo del fútbol y su etapa vestido de corto todavía la tiene muy presente. Se desabrochó las botas en 2012 tras 19 temporadas compitiendo entre Segunda B, Segunda y Primera y, aunque como técnico la actual ya es su cuarta campaña al frente de un banquillo profesional, la impronta de futbolista aún le aflora. Basta con observar los entrenamientos de la SD Huesca para darse cuenta de que, aunque disfruta dando órdenes tras la línea de cal, le bulle el deseo de estar dentro del cuadrilatero. “Es un partido que me gustaría jugar, no estar en el banquillo”, reconoció este viernes acerca del encuentro del sábado en El Alcoraz con el Girona (18.00), otro recién descendido que cuenta, además, con una de las plantillas más destacadas de la categoría. “Yo les digo que actuar en El Alcoraz tiene que ser un gusanillo que debemos notar desde que llegamos al campo porque lo hacemos por nuestra gente, para que se sienta identificada con nosotros y que tenga esa sensación de que el equipo está comprometido con la ciudad, el club y los aficionados”, expuso sobre el discurso que mantiene hacia sus jugadores.

“A priori, Huesca y Girona son dos equipos que han bajado de Primera y que tienen mucho potencial, pero eso hay que demostrarlo en el campo”, analizó el técnico quien no espera un rival “muchísimo más complicado que con los que ha habido que enfrentarse hasta ahora”. El duelo tendrá la peculiaridad para los azulgranas de que enfrente se verán las caras con un conjunto que se espera que trate de disputarle la posesión del balón, algo con lo que apenas se ha encontrado en las siete jornadas que se llevan disputadas. “Tiene jugadores con mucho talento e intentaremos que se sientan incómodos en el terreno de juego”, expuso sobre el conjunto catalán, poniendo el acento en que “habrá que cortar las comunicaciones que generan, sobre todo por dentro”.

“Nuestra intención es imponernos al rival, tenga el estilo que tenga y venga como venga a jugarnos”, zanjó el asunto. A este respecto está tranquilo porque “los jugadores están llevando los conceptos a la práctica en la competición”. Así, las líneas maestras para imponerse pasan por “recuperar la pelota lo más rápido posible, tener la posesión, sobre todo en el campo rival, y ser un equipo muy intenso en la presión”. De hecho, Míchel ha preparado la cita “como todas las demás”, teniendo “máxima atención al rival y a lo que hacemos nosotros”.

Entre los vídeos que se han repasado figura el del amistoso disputado en Montilivi entre los dos conjuntos una semana antes del inicio de la liga que se saldó con un 0-2. “Desde entonces hemos cambiado los dos equipos, más ellos que nosotros, pero sí que le hemos dado una vuelta a aquel partido porque hubo cosas que hicimos muy bien, sobre todo en la segunda parte en la que fuimos muy superiores”, reconoció.

En la plantilla del Girona aparecen nombres como los ex del Huesca, Gallar y Samu Saiz, a los que Míchel les agradece lo hecho con la camiseta azulgrana “porque ha sido mucho y muy bueno”, y un ariete, Stuani, que ha conseguido ya cinco goles. “Es uno de los referentes de la categoría e intentaremos que no esté cómodo”, expuso sobre el uruguayo.

El Girona marcha décimo con diez puntos, dos menos que los altoaragoneses que son quintos, tras haberse enfrentado en las cuatro últimas jornadas al Rayo, el Cádiz, el Almería y Las Palmas. Aunque aún no ha cogido su velocidad de crucero, se espera que acabe siendo uno de los conjuntos que pelee por los puestos altos. Por ello Míchel cree que el choque puede servir de piedra de toque."Imponer tu estilo ante un rival de cierta entidad refuerza mucho al jugador", reconoció el preparador, que tiene un sueño, "que cuando acabe la temporada los jugadores digan que han mejorado conmigo". Según él, eso significará que el Huesca está "muy arriba".

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