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La SD Huesca se diluye en las dos áreas

Segunda derrota, de nuevo a balón parado, de un equipo que no ha encontrado respuestas a las preguntas que le ha planteado el Numancia y muy condicionado por la falta de remate.

Okazaki ha disputado su segundo encuentro como jugador de la SD Huesca.
Okazaki ha disputado su segundo encuentro como jugador de la SD Huesca.
Carlos Gil-Roig

La Sociedad Deportiva Huesca ha vuelto a sentirse extraviada fuera de casa. Ha caído en la trampa del Numancia como dos semanas atrás ya lo había hecho en la del Almería. El problema es que los azulgranas se encerraron ellos solos y tiraron la llave al río. El equipo de Míchel Sánchez se ha extraviado en las dos áreas. Víctima del balón parado, como en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, y clavado en una tendencia que empieza a ser constante: la falta de remate. El técnico ha interpretado bien al descanso que los oscenses necesitaban empaque ante la puerta contraria pero ha desnaturalizado a un bloque que da la sensación de ofrecer muchas más soluciones.

La plantilla más compensada de todas las que han sido en la historia del club infunde respeto allá donde juega, y el titular de Los Pajaritos la recibió consciente de que iba a resultar muy difícil arrebatar la pelota al Huesca y, más todavía, contestar a su dominio. Por eso, fiel a su esencia, el equipo soriano no ha descompuesto el gesto y esperó al minuto 79 para acertar en uno de sus poquísimos acercamientos y de una manera similar a la que sirvió al Almería para tumbar a los aragoneses. El Numancia ha sido el Numancia y el Huesca de Míchel, un esbozo prometedor en la primera mitad y un bloque desdibujado en la segunda.

El plan del madrileño se empezó a torcer con la lesión de Raba a los 15 minutos. El máximo goleador de los azulgranas sobresale cuando más protagonista de las acciones de ataque es, capaz de marcar diferencias aun desconectado del partido. Con su marcha se ha quebrado una sociedad prometedora junto Dani Escriche y Juan Carlos, titular y futbolista desequilibrante cerca del área rival. También, intermitente. Sergio Gómez atesora toneladas de talento pero carece por el momento del arrojo que le convierta en actor principal de este Huesca.

Así, los oscenses han tratado de ahogar al Numancia respirando con tres pulmones: Mosquera, Mikel Rico y el propio Juan Carlos. El gallego y el vasco se están echando el equipo a sus curtidas espaldas. Pocos clubes de la categoría cuentan entre sus futbolistas con dos piezas capaces de doblegar a voluntad a los pivotes rivales y encontrar vías de llegada a las inmediaciones del área. Pero los azulgranas se apagaron al acercarse a la portería de Dani Barrio; ya sea por la falta de efectivos, por la estatura de estos o por el empeño de poner centros sin rematador. El Huesca corre el riesgo de convertirse en un conjunto terriblemente previsible y fácil de neutralizar.

Convencido y ambicioso, Míchel miró al banquillo y vio en Cristo y Okazaki dos suplentes de lujo en quienes depositar buena parte de las esperanzas de hacer gol. El Huesca no había dejado crecer ni crecerse a un Numancia que confirmó sus temores y abrió el paraguas cuando vio calentar y prepararse para saltar al terreno de juego al delantero canario. Relevó a Juan Carlos y se situó lejos del área, como volante más que como mediapunta. En todo caso, con la portería numantina a desmano.

El desajuste ha sido doble porque, con este movimiento, el Huesca ha perdido orden y concierto en el centro del campo. Hasta Mosquera y Rico tienen límites. Agazapado, el Numancia ha visto por fin aparecer la ocasión de frecuentar más a Álvaro. Una falta que el riojano sacó con la capa de Superman representó el anticipo al 1-0. Escassi ha rematado solo, muy solo, dentro del área el saque de una falta lateral que ha premiado a la escuadra consciente de su inferioridad teórica y castigado al equipo desfigurado por el ansia de hacer gol a cualquier precio.

Poco antes del tanto, Okazaki había relevado a Dani Escriche, el mismo movimiento que ante el Sporting. El japonés no habla todavía la misma lengua que Míchel Sánchez, a la espera de que la calidad se abra camino y empiece a marcar diferencias. Lo necesitará un Huesca que debe encontrar elementos de ruptura, de sorpresa. Activar a futbolistas que rebasen las líneas del rival y no se apaguen ante la visión de los tres postes.

La siguiente oportunidad es súbita; el miércoles con el Albacete en El Alcoraz (19.00) en una semana que se cerrará el domingo en Almendralejo con el Extremadura (20.00). El Huesca ha de seguir definiéndose antes de otra triple y exigente prueba ante Girona (28 de septiembre), Cádiz (2 de octubre) y Málaga, el día 6.

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