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La SD Huesca, un equipo que engancha

Los azulgranas han conseguido por primera vez en Segunda División imponerse en las dos primeras jornadas y lo han hecho con un juego que convence a la grada.

SD Huesca - Deportivo.
SD Huesca - Deportivo.
Pablo Segura

Un serio triunfo a domicilio frente a la UD Las Palmas (0-1) y toda una exhibición contra el Deportivo para presentarse ante su afición en El Alcoraz (3-1). Hasta el momento, a la SD Huesca todo le está saliendo a pedir de boca. Ha arrancado el curso sumando los seis primeros puntos puestos en juego, marcha tercera empatada con el Cádiz y el Fuenlabrada y las dudas que podía haber acerca de la tardía composición del equipo se han transformado en piropos y admiración. Tras el descenso y el golpe del caso Oikos, la entidad azulgrana ve sobre el terreno de juego la luz al final del túnel. Sin embargo, sabe que no puede dormirse en los laureles. "Los halagos no nos van a hacer fuertes, sino a debilitar", manifestó tras el encuentro con los gallegos Míchel Sánchez, consciente de que el camino para volver a Primera es muy largo y de que por delante quedan nada más y nada menos que cuarenta jornadas.

El calendario inicial y el hecho de que el grupo iba a llegar a los primeros compromisos oficiales con muy pocos entrenamientos junto suponía de por si un llamamiento a la cautela. Sin embargo, el técnico madrileño ha sabido jugar bien sus cartas hasta conseguir un éxito sin precedentes en la historia del club. Nunca durante sus ocho campañas anteriores en Segunda División se habían transformado los dos primeros compromisos en marcadores favorables. Lo máximo alcanzado habían sido cuatro puntos. Los sumó en la 2012-13 y en la 2009-10. En el primer caso el equipo acabó perdiendo la categoría y en el segundo no logró la permanencia hasta el final.

En el último precedente en la categoría de plata, la 2017-18, que acabó en ascenso, Rubi se estrenó en el banquillo con una derrota con el Numancia (1-0) y fue ya en la segunda jornada, en la visita del Lorca a la capital oscense, cuando pudo festejar su primer triunfo (2-0). El siguiente no se volvería a producir hasta cinco compromisos después.

Desde que arrancó la pretemporada, allá por el 8 de julio, Míchel ha insistido en un estilo y una forma de juego independientemente de los jugadores con los que contase y del rival que tuviese enfrente. Sabía que para que su forma de entender el juego se plasme sobre el césped es necesaria la repetición y en ello ha insistido.

Por eso no es casualidad que de los once jugadores que alineó el domingo frente al Deportivo, nueve estuviesen ya presentes en la concentración de Benasque y que los otros dos, Raba y Mosquera, llegasen al segundo ‘stage’ de pretemporada en La Garrocha. De los siete incorporados a partir de entonces, es decir, durante la semana previa al inicio de la liga y en la posterior, solo Sergio Gómez ha participado en las dos jornadas, aunque saliendo desde el banquillo, mientras que Cristo disfrutó de algo más de media hora de juego frente al Deportivo.

A la vista de los tiempos que marcaba el mercado, Míchel optó por centrarse en preparar las primeras citas, sin mirar más allá y entendiendo que el fin del periodo hábil para realizar fichajes, fijado para el 2 de septiembre, marcaría una nueva etapa con la plantilla ya fijada con su forma definitiva.

En el amistoso con el Girona, último de la preparación y el único contra un rival de Segunda, ya fueron de la partida diez jugadores que después han sido titulares. De todos modos, los futbolistas con los que está contando ahora no tienen que ser necesariamente los que acaben conformando su once tipo, lo ha advertido en varias ocasiones, aunque sí que promete que habrá protagonismo para todos.

Esa labor psicológica para mantener motivado al vestuario y hacer entender a cada uno de sus hombres que son piezas importantes es una de las tareas que tiene por delante. Por lo pronto, tiene claro que apuesta por cuatro defensas, un trivote, dos extremos y un punta. Bajo los palos, Álvaro Fernández está dando seguridad, Miguelón y Pedro López han ofrecido notables actuaciones en el lateral derecho, en eje de la zaga Pulido es inamovible y existe la duda de lo que ocurra con Kike Hermoso. En el lateral izquierdo Luisinho está siendo la primera preferencia y para ejercer como ancla Mosquera es la opción principal desde su llegada (debutó en el amistoso con el Castellón prácticamente nada más conocer a sus compañeros). Mikel Rico también cuenta con la confianza de Míchel, mientras que Eugeni y Juan Carlos pugnan por un sitio en la medular. Raba y Ferreiro se han hecho con las alas y en la punta Dani Escriche resiste el envite de Cristo.

Son varias las dudas que rondan por la cabeza del entrenador a la hora de escoger quién jugará, pero como el propio Míchel dice "bienvenidas sean".

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