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Míchel se marca la ambición de “hacer un gran año” para que “la afición se sienta orgullosa”

El técnico de la SD Huesca ha participado en un encuentro con medios de comunicación y tuiteros en el CDAN, donde ha mostrado las líneas maestras de su proyecto.

Míchel Sánchez, durante el encuentro que ha tenido lugar en el CDAN.
Míchel Sánchez, durante el encuentro que ha tenido lugar en el CDAN.
M. B.

Míchel Sánchez ha superado con nota su primer examen. No se trataba de un partido ni de la exigencia de un fichaje imposible, sino del encuentro que ha tenido este miércoles con medios de comunicación y tuiteros en el Centro de Arte y Naturaleza de Huesca (CDAN), donde hasta el 13 de octubre permanece abierta la muestra ‘Otros campos… Arte, Sociedad y Fútbol’, coordinada por este espacio y la Fundación Alcoraz. El técnico de la Sociedad Deportiva Huesca ha compartido café y más de una hora de su tiempo para desgranar algunos de los principios que le han llevado a ser el nuevo entrenador azulgrana: la ambición, la humildad y el trabajo para conseguir que el club siga creciendo.

El madrileño ha respondido las preguntas en un ambiente distendido, una charla en la que se han colado incluso cuestiones muy personales y no tan apegadas a la actualidad diaria del Huesca. Míchel cree firmemente en que “se pueden hacer bien las cosas si todos caminamos de la mano”. No se trataba de una afirmación gratuita sacada de un manual de autoayuda, sino de una definición que parte del convencimiento de que se ha integrado en “un proyecto para llegar lo más arriba posible, si bien no le gusta “hablar de ascenso a estas alturas”.

El Huesca es y debe seguir siendo, en su opinión, “un proyecto de ciudad” en el que resulta fundamental que “todos tengamos los mismos retos y objetivos”. Míchel no entiende que “una ciudad esté en contra de su equipo”, y la normalidad debe presidir el funcionamiento de la entidad “si las expectativas no son contrarias a la realidad”. El técnico es consciente de que “en el fútbol mandan los resultados, pero queremos que la afición se sienta orgullosa de nosotros”.

Sus dos primeras semanas en la capital oscense le han enseñado que se trata de un ambiente “en el que se puede trabajar desde la tranquilidad pero siempre con exigencia”. En ese sentido, Míchel se muestra a favor de la crítica siempre que sea “real y constructiva”. El técnico, que vivió su momento más difícil al ser destituido en el Rayo Vallecano la pasada campaña y comparte con el Huesca la característica común de un paso demasiado breve por Primera, admite que la falta de jugadores está siendo la principal dificultad de la pretemporada; a la vez, se avanza en la formación de “un equipo con alma” para el que se van a poner todos los medios al alcance. Míchel tiene una “confianza plena” en el director deportivo, Rubén García, y en Petón, con quienes mantiene una “comunicación constante”.

Ha dejado claro Míchel a la cúpula directiva que este año se produce un cambio de dinámica porque “por primera vez, el Huesca parte como favorito. Irá la primera jornada a Las Palmas como el equipo recién descendido de Primera División. De ahí esa ambición en el diseño de la plantilla: “Si tenemos los mimbres, vamos a hacer un gran año. La idea que tengo de fútbol ofensivo y atractivo se plasmará sobre el campo”. Y es que “no es lo mismo venir al Huesca ahora que hace tres años”.

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