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El embrujo de Joaquín derriba a un dignísimo Huesca

El estandarte del Betis, autor de los dos goles sevillanos, derrota al cuadro aragonés con un tanto en el minuto 97.

Tello disputa el balón con Herrera y Pulido.

El embrujo de Joaquín derrotó al Huesca cuando se extinguía el interminable alargue que le concedió al Betis el colegiado Cordero Vega. Después de haber consumado el descenso la semana pasada, el cuadro de Francisco aguantó con una hombría encomiable en el estadio Villamarín. Solo cayó en el minuto 97 después de jugar en inferioridad numérica el último cuarto de hora más el añadido. Perdió el partido el conjunto altoaragonés, ha perdido la Primera División; pero este domingo demostró una vez más que la dignidad no la perderá jamás.

[Así hemos contado el partido entre el Betis y la SD Huesca]

Sin el Cucho Hernández, desde hace días al otro lado del charco con su selección sub 20 colombiana; sin el Chimi Ávila, sancionado; sin Miramón ni Akapo, lesionados; sin Gallar... Cuando una alineación se construye con el nexo con, Francisco volvió a tener que edificarla con la preposición contraria: sin. Sin esos materiales esenciales, intentó dotar el técnico de solidez estructural a un equipo ya de por sí erosionado por el reciente descenso de categoría. El míster dispuso un sistema 1-4-2-3-1. Volvía Jovanovic al portal 20 jornadas después de que cogiera la guitarra ante el Villarreal en la jornada 26. Atrás, Pulido cerró por la derecha, Etxeita y Diéguez intentaron tapar el centro, con Galán caído a la izquierda. En el medio, Moi Gómez y Yangel como soportes. Más adelantados, Melero, en el balcón del área, y Juanpi y Ferreiro más abiertos. Enric Gallego quedó como referencia ofensiva.

El Betis compareció con el mismo esquema que el Huesca. El prospecto prometía. También, el contexto: un césped a 22 milímetros de altura, 33 grados de temperatura atenuados por el ligero vientecillo del este que destilaba una sensación térmica de 23... Heliópolis, el paraíso. Si además el equipo llega a hombros al campo desde su concentración en el anejo hotel Al Andalus, todo resulta mucho más sencillo para el Betis. Aunque hubiera sumado solo uno de los últimos 15 puntos, aunque sus opciones europeas sean tan remotas que no caben en esta página, aunque pongan a parir a su entrenador, Quique Setién, como reza su himno, aunque el último estuviera, Betis, siempre te ven campeón...

No estaba Canales, uno de esos futbolistas por los que sigue mereciendo la pena pagar una entrada para contemplar este precioso deporte. Sin él en el prado, Guardado decidió tomar el timón. Fútbol bien cosido el bético, con una defensa que no se complica la vida. Guardado, bien respaldado por Kaptoum, como sostenes. No es Julio Cardeñosa, pero la zurda de Guardado también lleva la pelota pegada al pie con Loctite. Desde aquí para adelante, calidad. Por la derecha, Joaquín. Por la izquierda, Tello. En todas las partes, Lo Celso. Y Loren como amenaza. El primero en avisar fue Lo Celso, que le pegó con intención a la salida de un corner. Después, Loren, intimidador de cabeza. Se mascaba el gol, consumado con la testa por Joaquín tras una gran asistencia de Junior desde el costado izquierdo. No es Rafa Gordillo, pero Junior también la sabe poner. A Joaquín le da tiempo para todo. Igual baila en la feria que golea en el Villamarín. Además, el estandarte verdiblanco cuenta con el respaldo de su gente. Más que respaldo, adoración, como vimos después.

Peor le van las cosas por Heliópolis a Quique Setién. Pese a habar logrado una permanencia holgada, la afición le invitó a marcharse voz en grito inmediatamente antes del primer gol. Curioso el caso de Quique. No acaba bien en ningún sitio. Y, más curioso todavía, se suele marchar después de haber alcanzado los objetivos en los clubes que entrena. Ya le pasó antes en Las Palmas. Y antes también como futbolista. Centrocampista de nivelazo, pelotero de flipar, jugaba bien hasta en el Racing de Santander en que Maguregui ponía el autobús en su área. No pasó del Atlético de Madrid de los ochenta. Otros con muchísimo menos fútbol en sus botas militaron en el Barça y en el Real Madrid.

Tras el gol, el Betis se paró. Quizá fuera cosa del calor, que apretaba. Por eso concedió un minutillo de refrigerio el árbitro a la media hora. El aguador del Huesca realizó perfectamente su labor. Refrigerado. el cuadro azulgrana avanzó líneas. Así llegaron dos ocasiones. En la primera, Diéguez acarició el gol. En la segunda, Melero, totalmente solo en el área pequeña, le pegó al palo izquierdo que custodiaba Joel. Como el no gol de Cardeñosa ante Brasil en el Mundial de Argentina... Bueno, peor, Cardeñosa le pegó a puerta, no al palo, y la sacó Amaral. Aclaración: además de apellido de cantante top zaragozana, Amaral era el defensa central de Brasil.

No se entregó el Huesca, que salió en quinta en la reanudación. En su primera llegaba, Juanpi fue objeto de penalti por Bartra. El propio Juanpi, con su zurda de seda, ejecutó la pena máxima tras enviar al lado contrario a Joel. Tras la igualdad en el marcador, el Betis se rasgó la camiseta y se fue a por el partido. Le allanó el camino el árbitro, que expulsó a Pulido cuando todavía restaba un cuarto de hora. Hubo VAR y, como siempre, perjudicó al Huesca. La amarilla pasó a roja. Con uno menos, con 10 hombres como diez castillos, aguantó en pie hasta el final el conjunto aragonés. Pudo desnivelar Loren, tras una jugada de Joaquín por la derecha para retener en la memoria. También fue para retener en la memoria los ocho minutos con que les obsequió el trencilla. También merece ser recordado el golazo de Joaquín, con un disparo desde la frontal en el minuto 97. Sí, sí, en el 97... Y sobre todo es obligatorio recordar por siempre la dignidad del Huesca.

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