SD Huesca

La SD Huesca, contra las cuerdas

Situada a siete puntos de la salvación cuando quedan nueve por disputarse, el empate con el Villarreal deja a los azulgranas la única salida de seguir peleando hasta donde las matemáticas lo permitan.

Juanpi Añor, de la SD Huesca, es obstaculizado por el defensa del Villarreal Quintillà.
Juanpi Añor, de la SD Huesca, es obstaculizado por el defensa del Villarreal Quintillà.
EFE

Del sueño de verse a solo tres puntos de la salvación a la pesadilla de que ésta quedase a ocho, para finalmente conformarse con que la distancia sea de unos, igualmente, casi definitivos siete puntos tras empatar con el Villarreal a uno. La SD Huesca se sabe un púgil arrinconado contra las cuerdas y al que todo se le ha puesto en contra, pero que se niega a besar la lona hasta que sus últimas fuerzas o los números digan basta. Esa es la grandeza que lleva mostrando a lo largo de la temporada y, especialmente, en la segunda vuelta, y la que le ha hecho llegar con vida hasta la jornada 35.

Eran conscientes los azulgranas de que a estas alturas de la película ya no solo valía con estar centrados en ellos mismos y en su oponente de turno como venían predicando, sino que un ojo tenía que estar puesto en lo otros campos en los que jugaban indirectamente. El sábado los resultados les sonrieron y así si el domingo el Girona, que actuaba antes, no ganaba al Sevilla, que pelea por entrar en la Liga de Campeones, y ellos se imponían al Villarreal, la permanencia en la élite se acercaría de cara a las tres últimas jornadas a tres puntos, una victoria. Nada de esto se dio.

Los catalanes, tras seis derrotas consecutivas, se impusieron a los hispalenses y pusieron a los azulgranas en la tesitura de que de no vencer la salvación sería una quimera. La primera parte fue de aprobado para los de Francisco, a pesar de acabar por detrás y en la segunda mejoraron la cara. El arreón, y no era ni mucho menos la primera ocasión en el presente curso en que pasaba algo así, se produjo cuando todo se ennegrecía.

Es esa actitud de arrojo ante la fatalidad la que ha hecho que los oscenses se hayan ganado el aplauso en la mayoría de los lugares por donde han pasado y en el Estadio de la Cerámica no fue menos. El partido se les puso en contra con una rabona de Fornals y aún así siguieron intentándolo. Chimy Ávila, con un nuevo gol de bella factura, esta vez de volea, estableció las insuficientes tablas.

Curiosamente, el Huesca conforma un selecto club junto al Barcelona y al Espanyol, el de los conjuntos que no han hincado la rodilla en ninguno de sus últimos seis duelos ligueros. Sin embargo, su racha esconde cinco empates que han lastrado el posible despegue. Especialmente porque, salvo con los culés, el resto se han firmado con rivales directos, lo que ha dificultado que se recortasen puntos.

Por delante quedan las visitas a El Alcoraz del Valencia y el Leganés y el desplazamiento en medio de ambas a Sevilla para cruzarse con el Betis. El margen de error no existe e incluso, dado que el domingo que viene su partido será el encargado de cerrar la jornada, en función de los marcadores que se den los altoaragoneses podrían estar ya descendidos matemáticamente antes de que suene el pitido inicial. La situación es así de dramática.

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