SD Huesca

La SD Huesca, en busca de la fórmula de la victoria

Francisco no descarta darle una nueva vuelta al esquema táctico de cara a la trascendental visita al Rayo Vallecano.

Francisco, técnico de la SD Huesca, pensativo durante el partido contra el Barça.
Francisco, técnico de la SD Huesca, pensativo durante el partido contra el Barça.
Rafael Gobantes

“Tenemos que ir a por los partidos de alguna manera y estoy intentando dar con la tecla para ganar. No lo hemos logrado con cinco atrás, tampoco con cuatro y hay que buscar alternativas para llegar con opciones al final de la Liga”. Francisco Rodríguez lo avanzó tras el empate a cero con el Barcelona. El técnico de la SD Huesca no descarta presentar un nuevo planteamiento táctico de cara a la visita al Rayo Vallecano del próximo sábado, un partido contra el conjunto que se sitúa por delante de los azulgranas en la clasificación y por el que pasa un buen porcentaje de las opciones de salvación con las que aún cuentan toda vez que restan seis jornadas y la permanencia ha quedado situada a siete puntos.

De confirmarse las intenciones del técnico almeriense, supondría un nuevo cambio en el esquema con el que trata de vestir a su equipo. Desde su llegada al banquillo de El Alcoraz en octubre no ha parado de buscar en su laboratorio la fórmula con la que obtener resultados positivos.

Principalmente ha probado con cuatro dibujos en los 24 encuentros de Liga que ha dirigido y en los que presenta un balance de cuatro victorias, ocho empates y doce derrotas. Más allá de sus propias convicciones y preferencias, muchas veces la opción escogida ha llegado condicionada por los efectivos con los que contaba. Las lesiones han sido constantes y en el mercado de invierno se acometió una fuerte remodelación de la plantilla.

Aquejados por el clásico mal de la manta corta que afecta a los equipo situados en la zona baja de la tabla, la diatriba con la que se ha encontrado ha sido o guarnecer la portería propia o perforar la contraria; rara vez los altoaragoneses han podido combinar las dos facetas para alcanzar ese equilibrio que tanto ansía Francisco.

Las cinco últimas jornadas han sido un buen ejemplo de esto. Tanto frente al Alavés, como contra el Real Madrid, el Celta y el Levante, el Huesca trató de ser valiente y ambicioso en ataque, también es verdad que las lesiones y las sanciones asolaron la defensa. Llegaron los goles, se marcaron ocho, pero también tuvieron que sacar el balón en once ocasiones. Los partidos fueron trepidantes, hubo emoción, pero solo se sumaron dos puntos. Así, la consigna contra el Barça estuvo muy centrada en dejar la meta a cero. Por primera vez tras ocho jornadas se logró, pero en cambio apenas se generó peligro arriba.

Francisco recogió el testigo de Leo Franco de cara a la jornada 9, en la que el Espanyol se presentó en la capital oscense. Era su primera cita con los azulgranas y optó por respetar en cierta medida el trabajo realizado por el anterior cuerpo técnico, por lo que dispuso a los jugadores en un clásico 4-4-2. El marcador se apagó indicando un 0-2.

El ex de conjuntos como el Lugo y el Almería consideró que el primer paso era dar seguridad a sus jugadores atrás. Así que ya en el siguiente duelo, contra el Sevilla en el Sánchez Pizjuán, se decidió por un 5-4-1. El rival era de entidad y no se consiguió puntuar (2-1), sin embargo se apreció una mejoría en la cara del enfermo por lo que se optó por repetir contra el Getafe (1-1) y el Alavés (2-1).

Después del desplazamiento a Vitoria se produjo un parón en la Liga a causa de los compromisos internacionales de selecciones. Al Huesca le sirvió para recuperar efectivos, se decretó la puerta cerrada y se programó un amistoso con el Eibar en Tafalla. El técnico necesitaba encerrarse con sus jugadores y ensayar nuevas alternativas. El resultado fue el 4-1-4-1 con el que los oscenses recibieron al Levante en el primer choque para el que se empleó el calificativo de ‘final’ y que acabó con un 2-2 con polémica arbitral incluida. Con algunos ajustes como la posibilidad de transformarse en un 4-2-3-1, se mantuvo durante ocho jornadas en las que el botín tampoco dio para mucho, cinco puntos.

Ya con varias de las caras nuevas llegadas en enero, Francisco se convenció de que debía dar un nuevo golpe de timón aprovechando el cruce con la Real Sociedad en Anoeta. Dispuesto con un 5-3-2, por primera vez en todo el curso, el Huesca mantuvo su portería a cero (0-0). A continuación se festejaron dos victorias consecutivas con el Valladolid (4-0) y el Girona(0-2) y todo hizo indicar que se había dado con la forma ideal. El hecho de emplear dos carrileros hacía versátil el juego del equipo pudiendo proyectarse en ataque o acumular piezas en defensa según la necesidad. Si embargo, tras diez partidos en los que se lograron doce puntos se abandonó la idea. Ahora, tanto con el Levante como con el Barça se ha preferido un 4-3-3. No se ha perdido, pero tampoco se ha ganado que es a lo que la situación obliga.

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