Adrián Diéguez está cogiendo planta de futbolista de Primera División en la Sociedad Deportiva Huesca. El defensa madrileño de 23 años, cedido por un Alavés que visita este sábado El Alcoraz (13.00), disputará ante los vitorianos su sexto partido con los azulgranas. Los mismos que ya disputó la pasada campaña en Mendizorroza, donde este curso solo se había mostrado en la Copa del Rey. Con el objetivo de sumar minutos y temple viajó a la capital oscense y, de momento, este anhelo se está cumpliendo paso por paso. Con un rendimiento creciente, ha logrado paliar la baja de Pablo Insua a la espera del fichaje de Martín Mantovani.

Diéguez debutó en Montilivi el pasado 9 de febrero. Sustituyó a Insua, que se había roto, y desde entonces ha sido titular siempre. El único partido que no ha jugado completo, además del citado, fue la derrota con el Athletic (0-1), en la que a los 68 minutos dio el relevo a Ferreiro. No fue un estreno feliz. Cometió el penalti sobre Iñigo Martínez, inocente y precedido de un error en la marca, que propició la victoria visitante.

Desde entonces, el zaguero ha ido asentándose en un contexto difícil para el Huesca. Sobre todo, por las lesiones que asolaron a los azulgranas durante todo el mes de febrero. Diéguez se ha sometido a la exigencia de ser imprescindible para Francisco por el menguante número de efectivos posibles en un esquema con tres centrales y dos carrileros. Esto, unido a su inactividad en el Alavés, le abocó a una adaptación inmediata para el puesto sin apenas margen para más equívocos puesto que la misión de los aragoneses no admite pusilánimes.

El madrileño se ha referido tras el entrenamiento de este martes en el Instituto Montearagón a las heridas todavía abiertas de la derrota en Getafe: “Merecimos más y no nos llevamos el resultado que queríamos. El equipo está tranquilo. Sabemos que el sábado llega otro partido importante y vamos a trabajar para sumar los tres puntos”. Con el propio Diéguez sobre el terreno de juego, quien sabe muy de cerca que “será un rival complicado, está haciendo bien las cosas para estar arriba”.

Lo podrá hacer puesto que no hay cláusula del miedo en el contrato de cesión entre Alavés y Huesca. “En Primera todos nos conocemos y tendremos que llegar lo mejor posible. Es una motivación extra, pero no tengo que demostrar nada. Pienso en ayudar al equipo lo máximo posible para ganar”. Con humildad, trabaja “todos los días al cien por cien para dar lo que tengo”. Diéguez admite que “no se tiene suerte” con las lesiones y sanciones pero “vamos a tope para ganar al Alavés”.

Los azulgranas se lo han puesto “más fácil”. “Hemos competido en todos los partidos y queremos seguir haciéndolo”, ha añadido antes de recordar que “es importante hacernos fuertes en casa, la gente nos empuja para ir arriba. Será un encuentro disputado y reñido como todos y no tenemos que pensar en otros marcadores. Hay tiempo y dependemos de nosotros”. En el caso de que Galán esté sancionado, se muestra dispuesto a ejercer de lateral izquierdo, un puesto en el que ya rindió el curso pasado con los vitorianos.