La salvación sigue esperando

El camino es largo, la SD Huesca está concienciada de ello y quizá sea esa su ventaja en la carrera por la salvación sobre algunos rivales más atacados por las urgencias. De todos modos, empezó a correr más tarde que los demás y cualquier parón en su evolución en la tabla inclina más su pendiente. El de ayer no fue el mejor partido de los azulgranas, especialmente la segunda parte, pero aún así la sensación fue de que se podía haber puntuado frente a un oponente encaramado a los puestos de Champions League, el Getafe. Para ello, el equipo debería haber sido más contundente y listo atrás, y a ver contado con un poco más de fortuna con el VAR, de nuevo protagonista, principalmente al descartar un penalti a Musto en el minuto 88.

Hasta el momento, el crecimiento de los de Francisco había sido en lo numérico, en ver como la cola del pelotón se iba acercando. En el Alfonso Pérez se podría haber traducido en un cambio en el puesto de la clasificación solo con empatar. Pero lo que se cosechó fue un 2-1, un marcador adverso, y por tanto los altoaragoneses continúan siendo, como se repite desde la jornada ocho, los colistas. A falta de que hoy jueguen el Villarreal, que visita al Levante, y el Celta, que recibe al Betis, la salvación continúa a tres puntos.

Caer con el bloque sólido que es el de Bordalás entraba dentro de lo posible. Sin embargo, el hecho de que Enric Gallego marcase primero hizo soñar a los azulgranas, que llegaban con el viento a favor tras su buena racha de los últimos partidos culminada con la victoria frente al Sevilla (2-1) una semana atrás. Después, una segunda parte mejorable, el acierto de un depredador en plena forma como Mata y las decisiones del VAR imposibilitaron emprender el viaje de regreso con al menos un punto.

Francisco acabó siendo expulsado por reclamar un mayor tiempo de prolongación cuando instantes antes había hecho más aspavientos solicitando la ya mencionada pena máxima. Corría el minuto 88, Musto pugnó dentro del área en un salto por un balón alto con el local Arambarri, que le agarró, pero el complejo sistema de cámaras, en esta ocasión coordinado por Cordero Vega, no lo vio así y tampoco el colegiado Prieto Iglesias, que ni siquiera se acercó a revisar la acción en su monitor. Se podrá esgrimir que es una jugada interpretable, que los dos jugadores forcejearon, pero las imágenes muestras el contacto, por no decir abrazo. Anteriormente el VAR ya había entrado en acción para asegurar el primer gol de los azulones y el penalti de Galán.

Más allá de eso, el equipo se vio lastrado por las bajas. Se viajó sin los lesionados Luisinho, Insua, Melero, Rivera y Miramón, y sin el sancionado Pulido, y en el trayecto se perdió también a Akapo. Conclusión, un equipo que viene jugando con cinco defensas se quedó con tan solo tres disponibles, Etxeita, Diéguez y Galán. Había dos soluciones o modificar el dibujo o recolocar atrás piezas que no son zagueros específicos. Se optó por esto último y Ferreiro acabó de la teral derecho, rol que ya había interpretado con el Sevilla, y Musto como central. El segundo estuvo mejor que el primero, con tendencia a abandonar su posición, como se vio en el gol del empate.

La raquítica nómina de nombres también se dejó notar en el banquillo. Junto a dos canteranos, Uche y Javito, se sentaron, además de Jovanovic, el meta suplente, Cucho Hernández, Gallar y dos jugadores que cuentan tan poco para Francisco, Aguilera y Camacho, que ni siquiera agotó los cambios dándoles entrada.

Lo positivo del choque, que el Huesca se sigue mostrando como un conjunto competitivo. Lo negativo, resultado al margen, la sensación de injusticia. Hay que seguir remando.