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La quinta misión cumplida del comandante Chimy Ávila

El argentino, autor del gol de la victoria ante el Sevilla en el minuto 97, destaca en la tabla de anotadores de Primera en la segunda vuelta.

Ferreiro corre a abrazar a Chimy tras su gol al Sevilla en el partido del sábado.
Ferreiro corre a abrazar a Chimy tras su gol al Sevilla en el partido del sábado.
Verónica Lacasa

Convertir los milagros en algo cotidiano. Levantar a El Alcoraz y guiar a la Sociedad Deportiva Huesca en su esperanzador avance hacia la permanencia. Todos estos mandatos los asume con naturalidad Chimy Ávila, convertido en el referente ofensivo de una segunda vuelta en la que ha marcado cuatro de los nueve goles de su equipo. Ha ayudado a sumar 11 puntos de los 18 últimos en juego al cerrar la goleada al Valladolid, marcar un doblete en Gerona y marcar el tanto de la victoria al Sevilla el en el minuto 97.

Y eso que la distancia entre el primero y el segundo de la temporada fue amplia, de la segunda jornada en San Mamés al duelo con los pucelanos en la 22. Desde entonces, el delantero argentino se ha subido al cohete de los elegidos y es uno de los máximos anotadores de Primera División si se toma como referencia la segunda vuelta. La lista está comandada por Leo Messi (FC Barcelona) con ocho dianas, Charles (Eibar) suma 6, los mismos que Mata (Getafe) y En-Nesyri (Leganés) y con ellos se sitúan otros como Chimy, Jorge Molina (Getafe), Griezmann (Atlético de Madrid). Presentan peores números Stuani (3), Borja Iglesias, Ben Yedder o Raúl de Tomás (2).

El derechazo que entró por la escuadra de Vaclik también constató el oportunismo del ‘comandante’, especialista en golpear al rival en momentos clave y en aprovechar los minutos que le ofrece el técnico Francisco Rodríguez. Sin ir más lejos, fue suplente ante el Sevilla y accedió al terreno de juego a los 36 minutos por la lesión de Miramón. En Bilbao anotó el 2-2 definitivo en el 87, solo diez minutos después de haber entrado al campo. Con el Valladolid acertó apenas un minuto después de incorporarse al partido y en Montilivi, donde fue titular, sus dos aciertos llegaron en un intervalo de cinco minutos.

Chimy Ávila promedia un gol cada 212 minutos. Enric Gallego ha sumado uno en los 624 que ha disputado y Cucho Hernández ha logrado tres en 1.703 minutos. El argentino ha jugado menos que el colombiano (1.064 minutos) y contribuido a la suma de diez de los 22 puntos que atesora la Sociedad Deportiva Huesca. Su impacto es, asimismo, anímico. Favorito de la grada ya desde el curso pasado, es un futbolista que emerge en las segundas vueltas. En la campaña 2017-18 logró cinco de sus siete goles en el segundo tramo del campeonato que llevó a los azulgranas a Primera.

Lejos de embargarse con los efluvios de sus actuaciones, que poco a poco le están situando como una referencia más allá de los muros de El Alcoraz, mantiene Chimy un sana normalidad que también ha transmitido este domingo tras el entrenamiento de recuperación que ha tenido lugar en el IES Pirámide. Y ha apuntado a otro de los cimientos de este club, la misma grada que estalló de júbilo con la victoria: "La gente se lo merecía porque nunca ha dejado de creer en nosotros. Es hora de que empiecen a disfrutar y se den cuenta de que la permanencia está latiendo".

Para el argentino resultaba “injusto” que las acciones con la polémica del VAR siempre presente hubiesen mermado las opciones de conseguir ante el Sevilla tres puntos insoslayables. "Antes del partido sabíamos que solo nos valían los tres puntos y gracias a Dios pudimos ganar, salió todo como esperábamos. El Sevilla fue un rival muy duro, que nos complicó, pero fuimos a buscar la victoria al final y conseguimos el gol", ha añadido.

Celebra el ‘comandante’ ese idilio permanente con el gol, "contento porque últimamente se me está abriendo la portería y más todavía por ser en partidos importantes. Pero uno marca por el trabajo que hacen los compañeros para crear oportunidades". Tan cerca de la permanencia, prefiere sin embargo mirar hacia dentro para seguir mejorando y no desviarse de la buena línea: "No pensamos en los demás, no nos volvemos locos. Tratamos de seguir nuestro camino y corregir errores".

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