El Huesca se condena en Leganés

Un gol de En Nesyri castiga la pésima segunda mitad aragonesa en Butarque

Cucho Hernández busca una chilena frente al Leganés.
Cucho Hernández busca una chilena frente al Leganés.
EFE/Emilio Naranjo

Un gol de En Nesyri derrotó al Huesca en Butarque, castigando una pésima segunda mitad del conjunto aragonés. Después de un primer acto muy digno, el equipo azulgrana se desvaneció en la reanudación. Solo el desacierto de un limitadísimo Leganés demoró el desenlace hasta el tramo final. El marcador detiene la esperanza de un Huesca que venía de ganarle al Betis en El Alcoraz. Fuera, a domicilio, la historia fue bien distinta, con un revés que, unido a los avances en esta jornada del Rayo Vallecano y del propio Leganés, condena al cuadro azulgrana a una segunda vuelta heroica para intentar la permanencia en Primera División.

Pese a no haber capturado ningún punto a domicilio, a Francisco le gustó lo que vio en Valencia. Por eso repitió esa alineación en el cierre de la primera vuelta, con la única novedad de la entrada de Pulido, obligado por la sanción de Etxeita. Tampoco tenía mucho más para elegir el técnico andaluz, con un plantel en cuadro en el que incluso tuvo que incorporar al chaval de filial Uche para rellenar el acta arbitral. Ya saben que Sastre y Gurler se han marchado, que Brezancic está lesionado y que Semedo debe estar por Castellón a la espera de tantas cosas… Pese a que durante la semana se habló de fichajes y más fichajes, Francisco compareció con los mismos hombres que acabó 2018. Propuso un partido muy controlado, moviendo pero asumiendo escasos riesgos, intentando llegar con energías a la última meta volante y resolver en el tramo final. Con Santamaría al cuidado de la gatera, dispuso a Insua y Pulido en el centro de la defensa, con Miramón y Akapo en los laterales. En el medio, Musto intentó ejercer de asidero en un andamiaje táctico 1-4-1-4-1. Rivera y Melero para edificar en la parcela central, con Moi y Ferreiro caídos a la bandas, intentando conectar con Cucho Hernández, de nuevo llanero solitario en el lejano suroeste de Madrid.

El riesgo controlado altoaragonés partía del conocimiento que de las fortalezas y carencias propias tiene Francisco, pero también había un exhaustivo escrutinio del rival. Porque el Leganés sabe replicar, pero no proponer. Por eso los pepineros han obtenido grandes resultados ante equipos que asumen la iniciativa (le ganaron al Barça y empataron con el Sevilla), y sin embargo apenas rascan ante rivales que ceden la pelota y el campo. Es decir, que, entre el fútbol parasitario del Leganés y la mesura aragonesa, se guisó un partido solo apto para muy hambrientos de fútbol, para aficionados que quieran un montón al Leganés o al Huesca. Lo dicho, fútbol, más bien poco.

Planteado un careo resultadista, basado más en el error del rival que en el acierto propio, el primero en desmarcarse del tedio fue Miramón, imponente en su regreso a Butarque. Dos balones colgados al área desde el flanco que atacaba el lateral zaragozano evidenciaban que era el Huesca el que hilaba, el que hacía. Quizá también porque el Leganés dejaba hacer, bunquerizado atrás por tres centrales (Siovas, Bustinza y Omerou), hasta sumar cinco defensas con Nyom y Silva. En el medio, Rubén Pérez manejaba el cotarro, con Óscar y Vesga abrochando las mangas, a la espera de que Carrillo y En Nesyri levantaran los brazos y saludaran con alguna buena noticia.

El Huesca tocaba más. El Leganés llegaba en disparos desde fuera del área. Las ocasiones escaseaban. Para más inri, las más claras en el primer periodo llegaron en dos despejes de jugadores sobre su propia portería. En el primero, Omerou sacó de quicio a su portero, Cuéllar, al intentar despejar un envío ¡del portero Santamaría! En el área aragonesa, sería Akapo el que metería en un buen lío al propio Santamaría. Avanzaba el reloj pero apenas pasaba nada. El fútbol (aquí, en Leganés) es así… Solo al final del primer tiempo se animó el percal, con un balón que sacó Pulido bajo palos.

En la segunda mitad, además de cambiar de campo, los equipos también cambiaron de actitud. Sobre todo, el Leganés, que se rasgó la camisa y se fue a por la victoria a pecho descubierto. A los tres minutos, Silva y Óscar, con todo a favor desde dentro del área, estrellaron la pelota en el cuerpo de un Santamaría soberbio. Dos minutos después, En Nesyri lanzaría un balón al palo. Un disparo cruzado de Silva, otro cabezazo de En Nesyri, un remate en el área pequeña de Bustinza… Cualquier otro equipo con delanteros de entidad ya habría tenido resuelto el partido. Pero el Leganés le estaba perdonando la vida a un Huesca condenado por la actitud contemplativa de su centro del campo. El que no se anduvo con contemplaciones fue Francisco, que retiró a Melero, espectador privilegiado de la iniciativa del Leganés. Saltó al prado Gallar para afilar un Huesca sin mordiente. Lo agradeció Cucho, que por fin amenazó con un peligroso disparo desde fuera del área. También apareció Chimy Ávila por Ferreiro.

Quedaba el último tercio y el plan de Francisco había funcionado. Con una pizca de suerte y con mucho desacierto rival, pero había funcionado, llegando con energías al tramo final. Pero llegados aquí, al momento procesal de la reunión, emergió En Nesyri para decidir en favor del Leganés. En verdad, el gol hacía justicia al mayor esfuerzo creador local ante un Huesca que a fecha de hoy da para muy poco más. Al menos, fuera de casa. Cuéllar no pasó por ningún apuro hasta el pitido final, salvo un intento postrero del Chimy Ávila. Mientras, El Zhar desperdició un mano a mano clarísimo, bien abortado por Santamaría. Sí, el portero reserva de la pasada temporada en Segunda fue el hombre más destacado de un Huesca que solo es competitivo en El Alcoraz. A domicilio, en Leganés sumó la séptima derrota consecutiva, marcador seguro cuando no se marca gol y se encaja por decimonoveno partido seguido. Una condena que plasma la realidad de su fútbol, la realidad de un Huesca que necesita fichajes con régimen de urgencia para no considerarse condenado definitivamente. Y no solo condenado al descenso, sino a algo mucho peor: a una segunda vuelta durísima para quien ame y sienta a la entidad altoaragonesa.

Leganés: Cuéllar; Nyom, Bustinza, Omeruo, Siovas, Jonathan Silva; Rubén Pérez, Vesga, Óscar Rodríguez (El Zhar, 76); En Nesyri (Recio, 93) y Carrillo (Braithwaite, 62).

Huesca: Santamaría; Miramón, Pulido, Insua, Akapo; Musto, Rivera, Melero (Álex Gallar, 61); Moi Gómez (Longo, 78), Ferreiro (Chimmy Ávila, 69) y Cucho Hernández.

Goles: 1-0, min.73: En Nesyri.

Árbitro: Melero López (comité andaluz). Mostró cartulina amarilla a Melero (min.30), Siovas (min.35), Bustinza (min.57), Santamaría (min.64), Pulido (min.67).

Incidencias: encuentro correspondiente a la jornada decimonovena de Primera División disputado en el estadio de Butarque. 10.341 espectadores.

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