Mejores sensaciones y menos puntos
La SD Huesca de Francisco empeora algunos registros de Leo Franco, pero expone un mayor crecimiento después de ocho jornadas
Dos ideas nucleares suelen acompañar las comparecencias públicas del técnico de la Sociedad Deportiva Huesca, Francisco Rodríguez: que el equipo está ofreciendo todo lo que tiene y que no se viene abajo pese a los cuatro meses sin conocer la victoria. Que aún no ha ganado. En ocho jornadas, el entrenador andaluz no ha podido enderezar el rumbo de un equipo que se aferra a las tres jornadas que restan para el final de la primera vuelta y, sobre todo, a la mejoría que lleve consigo el inminente mercado invernal en el que el club va a reforzar todas las posiciones.
Francisco ha completado ya el mismo periodo que su predecesor, Leo Franco, en el banquillo aragonés y el balance es peor en el número de puntos sumados y similar en el resto de estadísticas. Sin embargo, las sensaciones son radicalmente distintas en uno y otro caso. El almeriense ha sumado tres puntos de 24 posibles y el argentino logró cinco. No obstante, se advierte una trayectoria divergente. Con Leo, el Huesca comenzó sumando cuatro puntos ante Eibar y Athletic antes de que este gran arranque se evaporase con el paso de las jornadas. El Huesca de Francisco ha sumado los tres puntos en casa ante Getafe, Levante y Villarreal, partidos en los que la victoria estuvo cerca. Pero las sensaciones no brindan la permanencia.
El conjunto azulgrana se encuentra sometido a sus propias limitaciones desde el arranque del campeonato. Si se aislan en dos ligas los tramos con el argentino y el almeriense al frente, los balances resultan muy parejos. Leo Franco dejó al Huesca colista con cinco puntos y a tres de la escuadra que marcaba entonces la permanencia, el Athletic de Bilbao (8). El Rayo Vallecano había obtenido seis, el Leganés siete y el Villarreal ocho. Con Francisco, se han sumado tres puntos y los rivales directos también han sumado menos: cuatro el Rayo, seis el Athletic y siete el Villarreal. Solo ha emergido el Leganés, que ha conseguido 11 para abandonar los puestos de descenso.
Lo que va de campaña en Primera División aísla a cuatro equipos en la zona baja: Huesca, Rayo, Athletic y Villarreal. Los cuatro no han conseguido zafarse hasta la fecha de una dinámica negativa que, salvo en el caso de Míchel con los vallecanos, se ha llevado por delante a sus respectivos entrenadores. Dos clubes sí han mejorado sus cifras notablemente, Leganés y Getafe, mientras que Espanyol, Valladolid y Real Sociedad han empeorado sus cifras. Los azulgranas se han mantenido con unos números muy pobres.
El Huesca de Leo Franco acumuló una victoria, dos empates y cinco derrotas, con siete goles a favor y 18 en contra para quedarse a tres puntos de la permanencia. El de Francisco, con tres empates y cinco derrotas y a siete puntos de la salvación, ha celebrado siete goles y recibido el doble, 14. Además, el conjunto altoaragonés fue colista por primera vez en la sexta jornada y de la octava en adelante.
Con el almeriense a los mandos, el Huesca ataca más y con mejor criterio, pero el trabajo de dos meses y medio no se ha visto reflejado en la puntería. Sobre todo en El Alcoraz. Ante el Espanyol efectuó diez disparos, 18 frente al Getafe, 32 ante el Levante, once al Real Madrid y 29 contra el Villarreal. Cien lanzamientos para anotar solo cinco goles, uno de cada veinte intentos. En cambio, se mantiene el promedio de un gol encajado de cada dos acercamientos peligrosos del rival y de dos dianas por partido. Estadísticas que urge corregir si se quiere que la reacción sea efectiva. Los azulgranas conceden poco en defensa pero cuando lo hacen lo pagan demasiado caro.
Con el debe de 15 jornadas sin vencer, el Huesca encuentra en el tiempo y en los márgenes que le van a brindar las reformas que realice en la plantilla sus mejores aliados. Con 22 jornadas por delante, se confía en cerrar la primera vuelta con un buen bagaje ante Valencia, Real Betis y Leganés. Y se respalda la labor de Francisco del mismo modo que se detectó que había resultado errónea desde el comienzo la apuesta por Leo Franco. Desde el momento en que se constató que ni la labor táctica ni la física eran las adecuadas se buscó un recambio y siguen convenciendo a los dirigentes los métodos del almeriense, quien saca fuerzas de flaqueza para tratar de evitar que un vestuario aún confiado en sus posibilidades se derrumbe.