El laboratorio de Francisco con la SD Huesca

El técnico ensayó en el amistoso con el Éibar alternativas tácticas a la defensa con tres centrales que viene empleando.

Francisco observa desde el banquillo en un partido.
Francisco observa desde el banquillo el amistoso de la Sociedad Deportiva Huesca con el Eibar.
Rafael Gobantes

Francisco medita, hace ya un tiempo que le viene dando vueltas y es posible que lo acabe aplicando. El técnico de la Sociedad Deportiva Huesca llegó a El Alcoraz dispuesto a revertir la situación, había estudiado al equipo, conocía a los jugadores y en su libreta y en su mente manejaba una serie de recetas con las que veía posible reanimar al paciente. Sin embargo, la realidad con la que se encontró en forma de bajas le obligó a pensar en alternativas. Hombre capaz de adaptarse al medio, a la vista de las piezas con las que contaba, optó por la defensa con tres centrales. La medida cuajó y si bien solo ha traído un punto en tres partidos, al menos ha cambiado la cara del equipo. Resultado positivo, pero insuficiente.

El técnico andaluz busca la fórmula que le permita ganar presencia en el campo contrario, pero sin arriesgar demasiado atrás. Lo viene diciendo en todas sus últimas manifestaciones, así lo dejó entrever, por ejemplo, en la previa del partido frente al Alavés. "El grupo se encuentra a gusto jugando con tres centrales, pero no queremos dejar de ser un equipo protagonista y ambicioso", dijo entonces. Al fin y al cabo, el Huesca, colista de Primera División, sufre del mal que suele aquejar todo equipo que se encuentra abajo en la tabla, el de la manta corta. Si estira arriba se destapa abajo y viceversa.

¿Cómo despejar la ‘X’? En el amistoso del jueves contra el Eibar en Tafalla empleó principalmente dos sistemas. Si bien el duelo hay que tomárselo como lo que era, un partido planteado para no perder la tensión competitiva en una semana sin jornada de Liga a causa de los compromisos internacionales de selecciones, al que los dos contendientes acudieron con numerosas bajas, sí que es cierto que Francisco llevó a cabo varias de las acciones que podría estar rumiando de cara al futuro. Así, por ejemplo, dio muchos minutos a Aguilera, Rivera y Sastre, tres centocampistas de los que espera más protagonismo en adelante del que han tenido desde su llegada.

El dibujo táctico que más mantuvo sobre el Municipal de San Francisco y que contó al completo con jugadores de la primera plantilla fue el 4-1-4-1. Miramón, Pulido, Semedo y Brezancic formaron la defensa, Aguilera se situó por delante de ellos, Sastre y Rivera se colocaron en paralelo en el centro del campo, sus flancos los ocuparon Camacho y Gallar, y la punta del ataque fue para Longo. La formación permitiría tener más dominio de la medular y asegurar el repliegue. Ya la empleó Leo Franco en su última jornada al frente del equipo, en Valladolid, y como se desprende del hecho de que acabase destituido, no funcionó bien. Entonces Aguilera también se colocó entre la zaga y aquellos que deben llevar el peso de la creación, en aquel momento Moi Gómez, que no viajó a Tafalla, y Sastre.

Lo visto ante los armeros, más allá de que el choque se perdiese 2-0, no resultó demasiado edificante. Apenas se generó peligro en el área vasca y las ocasiones se sucedieron en la portería de Werner, el mejor de la primera parte. Una de las alternativas con las que probó Francisco fue cambiar de banda a Camacho y Gallar, otro jugador a recuperar, pero la tónica no varió.

Al contrario de lo que hizo Mendilibar, el técnico del Eibar, que tras el descanso introdujo cuatro sustituciones, en el once de los oscenses la única novedad fue la de Santamaría por Werner. Antes del 45’ Miramón había dado su testigo a Almerge, pero no por decisión técnica sino por precaución a raíz de un golpe que había recibido el zaragozano. Es decir, Francisco quiso dar continuidad a su apuesta inicial durante una hora.

Hasta el minuto 62

En el minuto 62, Gallar, Camacho y Sastre dejaron su sitio a Ferreiro, Peñaloza y Cucho Hernández. Fue entonces cuando la morfología de los altoaragoneses se modificó hacia un 4-4-2, precisamente el dibujo por el que se apostó con mayor frecuencia durante la etapa de Leo Franco y con el que ya se había derrotado en dos ocasiones al Eibar; en pretemporada y en la primera jornada de Liga. Así Aguilera y Rivera, que desde su llegada al club aprovechando la baja de larga duración de Luisinho sólo se había vestido de corto en tres minutos del encuentro con el Getafe, se quedaron en medio y arriba actuaron Longo y Cucho. Cinco minutos después llegó el primer gol de Charles.

Ya para los últimos minutos entraron Javito y Uche por Longo y Semedo. Rivera adelantó su posición para acercarse a la delantera y por momentos el equipo pareció jugar un 4-2-3-1, el mismo que ya emplease en su paso por el Lugo Francisco, pero ya el choque, de color gris, entró en su tramo final y las valoraciones que se pudieron hacer fueron escasas. Más cuando Charles, de nuevo, festejó el segundo en un nuevo centro por la derecha de Hervías.

Desde su desembarco en El Alcoraz, Francisco ha empleado de inicio dos dibujos. En su debut frente al Espanyol dio continuidad al trabajo de su predecesor con el 4-4-2 y en las tres jornadas siguientes ha optado por el 5-4-1. Habrá que estar atentos a lo que ocurre en la visita del Levante la semana que viene.

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