En busca de un centro del campo sólido

Melero, al margen del grupo por su pubalgia, es duda para el Sánchez Pizjuán

Francisco tiene un gesto cariñoso con Moi Gómez durante el entrenamiento de este miércoles.
Francisco tiene un gesto cariñoso con Moi Gómez durante el entrenamiento de este miércoles.
Pablo Segura

Francisco Rodríguez deberá rearmar a la Sociedad Deportiva Huesca a partir del centro del campo, la línea en la que el pasado domingo apostó por un Musto que cumplirá partido de sanción en Sevilla y por un Moi Gómez que deberá encontrar nueva compañía en busca del equilibrio que persigue el entrenador azulgrana. Sobre todo, se trata de dar empaque a una línea clave que no lo ha tenido en las nueve primeras jornadas del campeonato.

En todo caso, Francisco deberá permanecer atento al estado físico de Melero y Lluís Sastre, dos jugadores que no se encuentran en plenitud y que ya la semana pasada se ejercitaron en buena medida al margen de sus compañeros. Ante el Espanyol, Melero solo disputó la segunda parte y el balear se quedó fuera de la convocatoria. Este miércoles se ha quedado en el gimnasio por la pubalgia que padece y que le obliga a disminuir la carga de trabajo esta semana, por lo que es duda.

Así, el almeriense dispone de alternativas para abrigar la zona medular del Huesca. El único puesto fijo parece tenerlo Moi Gómez, que se convirtió en el conductor del juego ofensivo, un rol que ya había adquirido en el último periodo de Leo Franco. Sin Musto, el jugador más similar al argentino es el propio Aguilera, que se encuentra trabajando con normalidad. Si Francisco decide ampliar el número de centrocampistas en liza cabe pensar en un trivote con Melero o Sastre. Una opción que ningún técnico ha explorado hasta el momento es la de adelantar a Semedo al eje del equipo.

El dibujo azulgrana comenzó como ha terminado hasta la fecha, con un 4-4-2 en Ipurua. En aquella ocasión, Leo Franco apostó por Musto y Melero con excelentes resultados, por lo que redobló la apuesta ante Athletic de Bilbao y FC Barcelona. La goleada en el Camp Nou puso de relevancia la necesidad de un giro de guión mientras la presencia de Moi Gómez en la banda derecha hacía que el fútbol del valenciano rayase en la irrelevancia. Sin embargo, Leo persistió en esta idea en el siguiente compromiso, el estreno en casa con el Rayo, saldado con una nueva derrota.

Una semana después, el argentino dio más libertad a Moi Gómez situándole por detrás del punta y con unas bandas más ‘naturales’, Gallar y David Ferreiro. La debacle del Wanda Metropolitano dio la alternativa en la segunda mitad a un Aguilera que todavía no se había estrenado en la Liga. El debate en torno a Melero y su posición lejos de la portería rival siguió vivo hasta el penúltimo giro del extécnico, frente al Girona: doble pivote con Musto y Aguilera y Melero más cerca del ariete. Al menos, se empató.

Leo se examinó en Valladolid con una idea similar pero sin Musto; la baja de Melero devolvió a Moi Gómez a la media punta, con Aguilera y Sastre en el medio. El parón por las selecciones y los problemas físicos llevaron a Francisco a construir un primer centro del campo de circunstancias que puede prolongarse en el tiempo o modificarse en profundidad en Sevilla.

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