Francisco ya sabe cómo rescatar a un colista

El técnico de la SD Huesca vivió una situación similar con el Almería, al que salvó tras un pésimo arranque

Francisco, durante un entrenamiento en el Instituto Montearagón.
Francisco, durante un entrenamiento en el Instituto Montearagón.
Rafael Gobantes

La condición de colista de la Sociedad Deportiva Huesca invita a redoblar esfuerzos y a no perder el ánimo con 29 jornadas por delante para enderezar el rumbo. Lo sabe bien Francisco Rodríguez, que se enfrentó a una situación similar con el Almería en la temporada 2013-14, la de su estreno en la máxima categoría, y logró que el equipo de su ciudad salvase la categoría en Primera División. De hecho, el inicio del club andaluz empeora el de los aragoneses, pues tras nueve jornadas eran también últimos pero con solo tres puntos sumados.

La directiva almeriense mantuvo en el cargo a Francisco, que procedía del filial, pese a que en el inicio de curso arreciaron las críticas y no logró ni una sola victoria en los diez primeros compromisos. El conjunto rojiblanco perdió cinco choques de manera consecutiva y la afición bajó los brazos. El primer triunfo llegó casi sin esperarse, en Mestalla ante el Valencia (1-2), el 30 de octubre de aquel 2013 y marcó un punto de inflexión para Francisco.

De los tres puntos de 30 posibles pasó a alcanzar 37 en los 28 encuentros posteriores, casi la mitad de los que había en juego, para terminar agarrándose a la permanencia con 40, uno por encima de Osasuna, tres del Valladolid y 15 de un Betis que fue colista con 25 puntos. El primer Almería de Francisco Rodríguez se agarró a la vida a partir de Mestalla; encadenó tres triunfos ante Valencia y dos de los equipos que bajaron, Valladolid y Osasuna, y acabaría obteniendo nueve victorias más.

Después de otro tramo crítico al final del campeonato, con cuatro derrotas seguidas, se impuso de manera consecutiva a Espanyol, Betis y Granada y el empate a cero de la última jornada ante el Athletic de Bilbao en el Estadio de los Juegos Mediterráneos le dio una permanencia agónica. Además, en aquel mercado de invierno solo realizó tres fichajes, ninguno con un peso relevante en la salvación.

También la estadística da esperanzas de redención a la Sociedad Deportiva Huesca, que como última clasificada persigue un doble objetivo: aumentar la famélica cifra de los cinco puntos y evitar que los rivales directos vayan incrementando sus respectivas ventajas. En este sentido, el margen de maniobra es muy amplio. Lo saben aquellos clubes que salvaron la categoría pese a su paso, más o menos prolongado, por la última posición. Desde que la Primera División otorga tres puntos por victoria, la temporada 1995-1996, de los 23 colistas tras la novena jornada bajaron a Segunda División nueve de ellos, lo que representa el 39,13 %.

El resto, catorce casos, lograrían la permanencia. Algunos, protagonizando incluso peores inicios de curso que el Huesca. Así, el Extremadura en la 96-97 y el Almería de Francisco en la 13-14 habían obtenido tres puntos y pese a todo lograron el objetivo. También lo consiguieron con los mismos cinco puntos que ahora suma el Huesca el propio Extremadura (98-99), Espanyol (03-04), Athletic (05-06), Osasuna (12-13) y Levante (14-15).

Mención especial merece el conjunto navarro, pues amarró la permanencia en tres ocasiones en las que era el último a estas alturas del campeonato con cuatro, cinco y siete puntos, respectivamente. Todo un experto en supervivencia. Frente a estas notas positivas, las negativas de los nueve casos que no salieron adelante. Los tres últimos colistas (Málaga, Granada y Levante) perdieron la categoría como antes les sucedió a Racing de Santander (cuatro puntos), Levante (1), Real Sociedad (2), Numancia (5), Recreativo (5) y Sporting (1).

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