En busca del equilibrio

La derrota ante el Rayo Vallecano delata que la SD Huesca sigue persiguiendo un esquema de juego para competir en Primera División

Chimy Ávila se lamenta de una ocasión fallada en el partido ante el Rayo.
Chimy Ávila se lamenta de una ocasión fallada en el partido ante el Rayo.
Pablo Segura

Dominador en Eibar y aprendiendo a sufrir para amarrar la victoria. Exhibiendo personalidad en Bilbao y remontando dos goles. Avasallado en Barcelona pese a un inicio prometedor. Y controlado por el Rayo Vallecano hasta una reacción final insuficiente (0-1). La Sociedad Deportiva Huesca evidenció en el estreno en El Alcoraz que sigue buscando un equilibrio y un estilo asentado para competir en Primera División.

En el partido inaugural como local mostró algunas carencias subsanadas cuando el técnico Leo Franco agitó el banquillo. Más allá del rendimiento individual, una idea colectiva en la que el entrenador argentino sigue confiando con el esquema 4-4-2 inamovible. En ese dibujo, algunos futbolistas todavía no han alcanzado su mejor versión y los equipos rivales comienzan a encontrar antídotos para neutralizar el juego de los oscenses.

En este sentido, el Rayo Vallecano se convirtió el viernes en el primero al que el Huesca de Leo Franco no marca un gol si se suman a los choques oficiales los amistosos de la pretemporada. Los altoaragoneses han sumado seis en lo que va de campeonato y realizaron los mismos remates a portería que los rayistas (14) aunque con una evidente falta de puntería.

El problema comenzó en el centro del campo. El equipo entrenado por Míchel Sánchez controló el partido durante 60 minutos gracias a su superioridad en esa parcela. El Rayo sometió al Huesca a una primera paradoja: le dio la pelota pero le quitó el dominio. Los azulgranas habían atesorado en las tres citas anteriores una posesión del balón que rondaba el 30 %. Y en ese escenario se habían sentido cómodos. El viernes, ese dato fue del 54 % y los de Leo Franco solo atisbaron el gol con el concurso de Cucho, Gallar y, sobre todo, Ferreiro la última media hora.

Gonzalo Melero y Damián Musto siguen componiendo el doble pivote azulgrana con el apoyo puntual de Moi Gómez, que aunque en la teoría se ha de emplear como interior izquierdo tiene a desplazarse cerca de sus dos compañeros. En este punto, el fútbol del Huesca no encuentra la claridad sino que el esquema se descompensa y eso abre grietas en el eje defensivo.

Un panorama que obliga a la zaga a adelantar la línea para apoyar a los centrocampistas y, a menudo, a iniciar el juego para conectar con los futbolistas de ataque. En ese sentido se reveló como un acierto la apuesta de Leo por Rubén Semedo, que debutó como titular. Pese a todo, el Rayo rebasó con demasiada facilidad la línea del centro del campo para armar sus veloces ataques en un infructuoso esfuerzo de contención por parte de Musto, Melero y, en menor medida, Moi Gómez. Convertido en la práctica en un 4-3-3, el ataque dependió de la inspiración de Gürler y Chimy, titulares por primera vez, junto a Longo.

El otomano, animoso en la banda derecha y después de haber jugado el pasado lunes 13 minutos del Suecia-Turquía, conformó una prometedora alianza junto lateral zaragozano Jorge Miramón. Y el argentino trató de encontrar su sitio por la izquierda para complementar la labor del italiano, en esta ocasión superado por los centrales del Rayo Vallecano y apenas activo en la búsqueda de la portería madrileña. El golazo de Imbula marcó la diferencia en la portería del anfitrión.

Noche sin gol

Leo Franco agitó el árbol en la segunda mitad dando entrada a Cucho y Gallar, autores de cuatro de los seis goles anotados hasta la fecha y que se habían quedado fuera tras una semana con problemas físicos de diferente envergadura. Los sacrificados fueron Gürler y Longo. No cambiaron ni el dibujo ni las sensaciones, con el mismo problema de falta de fluidez en el centro del campo y la poca participación ofensiva de Melero, asido a un rol de creación más que de llegada.

En el 67, el ingreso de David Ferreiro por Moi Gómez dio al Huesca un cierto equilibrio. Con el orensano situado en la izquierda, el esquema azulgrana ganó en armonía y llegada, con centros al área y un disparo cruzado marca de la casa con los que se acercó la posibilidad del empate. Leo Franco ya desarrolló esta variante en San Mamés en la segunda jornada. Ferreiro disputó la última media hora en lugar del valenciano y colaboró en la igualada. Con Gallar en la diestra y Cucho y Chimy como delanteros, los azulgranas acecharon un empate que no llegó y un equilibro que se sigue buscando.

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