Todavía no había echado a rodar la pelota en el Camp Nou y algunos aficionados ya habían acudido a la puerta de las oficinas de la Sociedad Deportiva Huesca a esperar su turno para hacerse con uno de los preciados abonos de esta temporada. Por delante, una noche completa hasta la apertura, que ha tenido lugar a las 9.45; más de 200 personas aguardaban entonces su turno en la avenida Pirineos. Una estampa que confirma que con la fiebre azulgrana no puede ni el 8-2 encajado ante el FC Barcelona. Y los abonos para accionistas pueden agotarse esta misma tarde.

Unas cien personas han aguardado, en algunos casos, más de 16 horas hasta que se les ha entregado el carnet. Después de que el pasado viernes se cerrase el plazo para las algo más de 5.000 renovaciones, ahora llega el turno para las nuevas altas. Según estimó el club azulgrana en una primera valoración, habrá cabida para 800 o 900 socios más. Eso, pese a que El Alcoraz se amplía hasta las 7.900 localidades. El aforo que ha de reservarse obligatoriamente para la venta de entradas físicas y la afición visitante más los palcos VIP y los compromisos con la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y los patrocinadores limita a esas cifras los asientos disponibles.

Todos ellos, para las gradas de Gol Norte y Gol Sur, pues las Tribunas, General y Preferencia se encuentran ya cerradas. Los seguidores oscenses no reblan y ahora tiene la ocasión de que un accionista les ceda su título para conseguir un abono. Cada accionista tiene derecho a uno con independencia de las acciones que posea. Asimismo, cada persona podía acudir a las oficinas con un máximo de cuatro autorizaciones.

Con estos datos, el Huesca maneja la previsión de que hoy mismo puedan terminarse los carnets disponibles, sin que haya opción la próxima semana para el periodo abierto a las nuevas altas previsto entre el 10 y el viernes 14 de septiembre, fecha en la que los azulgranas reciben al Rayo Vallecano en el renovado Alcoraz (21.00). Los aficionados que han acudido en las últimas horas a las oficinas del club, que han abierto unos 15 minutos antes del horario previsto, se las han ingeniado para que la espera no fuese tan pesada.

Así, se han establecido entre ellos turnos para guardarse el puesto en la fila, ya que se atiende a los aficionados por riguroso orden de llegada. Además, se han coordinado y realizado una lista en la que, cuando se han abierto las puertas, había inscritas 220 personas que se ha ampliado a las 400. La primera persona, Lorenzo Villacampa, llegó las 18.00 del domingo y no vio el Barça-Huesca: “Nos enterábamos de los goles por los gritos del bar y seguíamos el resultado en el móvil”. Aparte de accionista, otros amigos le han prestado sus títulos y, de este modo, ha obtenido carnets para un amigo, su esposa y su hija.

La espera, “ha sido animada porque hemos ido preparando la lista para que la gente se colara. Cada hora hacíamos un seguimiento”. Lorenzo espera de este año “que la cosa siga como está, intentar disfrutar lo máximo de los equipos y del nuestro, que tiene muy buena pinta”. Otro de los primeros aficionados en acceder al interior de las oficinas señalaba que llegó “un poco antes de que terminara el partido del Huesca”. “Vengo con una acción para mí y otra para otra persona. La suerte es que esta noche hizo buena temperatura, y como había gente hemos estado animados”, ha explicado.

Equipados con hamacas y sacos de dormir, con tablets y barajas de cartas, los seguidores azulgranas han tratado de amenizar y agilizar la espera en una estampa sin precedentes en la capital oscense. “Nos hemos ido turnando desde las 20.00 de ayer, estamos cuatro y nos hemos ido alternando. Se lleva con tranquilidad, esto es Huesca, te conoces con todo el mundo y hay un buen ambiente”, ha añadido otro de los aficionados.

No han faltado las quejas entre aquellos que han apurado la hora y se han encontrado cientos de personas por delante. Algún seguidor ha reclamado con amargura “un sistema informático o por lo menos centralizado”, mientras que un representante del club explicaba a las puertas de las oficinas que tampoco esperaban unas filas tan largas. Los responsables de seguridad han repartido tickets numerados entre los que aguardaban su turno con el ánimo de organizar la recepción, de tres en tres aficionados, de la forma más racional posible. Así, han podido ir a sus casas y regresar cuando les tocara hacerse con uno de los ansiado carnets de socio.