La Primera División saluda al Huesca

El equipo altoaragonés va a debutar este domingo en Eibar en la máxima categoría del fútbol español. El técnico Leo Franco tiene a todos sus jugadores disponibles salvo el sancionado Akapo.

Futbolistas del Huesca este sábado en el arranque de su última sesión de entrenamiento, que se ha llevado a cabo a puerta cerrada desde las 9.00.
Futbolistas del Huesca este sábado en el arranque de su última sesión de entrenamiento, que se ha llevado a cabo a puerta cerrada desde las 9.00.
Rafael Gobantes

El recorrido de un club de fútbol guarda escenas que perduran en la retina de sus protagonistas y de sus simpatizantes. Algunas evocan grandiosas hazañas deportivas, si bien existen igual momentos lacónicos, porque nunca llueve al gusto de todos y menos en una actividad tan voluble e imprevisible como es el mundo del balompié. La euforia y la tragedia, a menudo, están separadas por un fino umbral. En ocasiones basta con unos minutos para derivar del éxito a al fracaso. Fútbol es fútbol, como esgrimió el mítico entrenador Vujadin Boskov. Esa frase que parece no decir nada y que en realidad lo dice todo. El conocido como deporte rey abriga pasiones a un vertiginoso ritmo y, por supuesto, contempla instantes históricos repletos de magia que, por muchos años que pasen, permanecerán inflexibles, estáticos en su pedestal celeste. Para la Sociedad Deportiva Huesca este domingo alumbra un trance de esas características, tan desconocido como maravilloso. Eibar y el estadio de Ipurúa acogen el debut de los azulgranas en Primera División y, por tanto, el tiempo se detendrá a partir de las 18.15 cuando la escuadra oscense se disponga a batirse en duelo frente al rocoso e intenso equipo vasco.

El presente de esplendor contempla un pasado marcado más por el sufrimiento que por la gloria. Fue en 1960 cuando Patricio Funes y un grupo de irreductibles cocinaron el origen. Entonces sembraron la semilla para que desde las cenizas de la extinta Unión Deportiva Huesca viera la luz un nuevo proyecto con los mismos colores e idéntico sentimiento. Surgió gracias a ello la actual Sociedad Deportiva Huesca. El sueño era volver a pasear las ilusiones oscenses por Segunda División, esa categoría de plata que en la década de los 50 había contado entre sus miembros con el bando azulgrana. Sin embargo, el camino de regreso se fue enmarañando cada vez más y el que es hoy día el referente del deporte rey en las tierras altas de Aragón hubo de completar una travesía en el desierto de las divisiones alejadas del profesionalismo.

La Segunda B fue durante muchos años el techo de la Sociedad Deportiva Huesca. Salvar el cuello en el tercer escalón nacional era un objetivo más que digno para un club al que, dentro de su territorio, hacían frente el Binéfar, el Fraga o el Barbastro. Presidentes como José María Mur, Néstor Gavín, Ángel Lumbierres o Jesús Viñuales y gente tan trascendente para la entidad como Carmelo Castanera, Tomás Félix, Aurelio Malo, Jesús Arnal, Miguel Avellanas y otros muchos de un perfil más anónimo impidieron que el club, languideciendo en diversas épocas, terminara falleciendo.

En el año 2006 se produjo un giro en los acontecimientos que, a tenor de lo que ha sucedido, es claramente el punto de inflexión del Huesca. Agustín Lasaosa y José Antonio Martín ‘Petón’, ex jugadores azulgranas y personalidades del fútbol vinculadas a una empresa de representación de futbolistas (Bahía Internacional) tomaron el bastón de mando y se prometieron a sí mismos y a los aficionados que el proyecto conduciría al club a unas cotas siquiera imaginables. Aglutinaron en una junta directiva a personas de la talla del añorado Armando Borraz, quien se convirtió en el presidente que el 15 de junio del 2008 comandó al Huesca en su ascenso a Segunda División. Ya en la anterior campaña, la 2006-2007, los altoaragoneses habían pugnado con el Córdoba en el ‘play off’ de forma infructuosa.

La conquista de la categoría de plata se configuraba en aquel período como un preciado bien. Pero tanto Petón como Lasaosa insistían en el mensaje: “Queremos al Huesca en Primera y lo vamos a ver”. No eran pocos a los que ese reto les parecía más una bravuconada que una misión accesible a las posibilidades de una humilde institución rodeada de gigantes. Todavía se acrecentó esa sensación con el descenso a Segunda B en 2013.

Los principales mandatarios del Huesca no decayeron en su intenciones pese al retorno a la división de bronce. El tiempo ha demostrado que fue un paso atrás para poder coger impulso y volver a caminar con firmeza hacia el frente. La vuelta del conjunto oscense dejó una primera campaña de sufrimiento y a la vez de motivación. En la segunda, con Anquela de director de orquesta desde el comienzo, los azulgranas ya dieron muestras de su crecimiento deportivo y espiritual plantándose en la disputa del ‘play off’ de ascenso. El Getafe apagó la llama, que el entrenador Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’ se encargó de volver a encender en el pasado ejercicio.

Con el técnico catalán y un grupo de futbolistas de alta calidad futbolística y humana, la Sociedad Deportiva Huesca destrozó cualquier pronóstico impuesto desde la lógica económica y social y terminó estableciéndose como un equipo legendario que el 21 de mayo se elevó hasta el cielo en Lugo. El 0-2 en el estadio Anxo Carro catapultó a los azulgranas directamente hasta Primera División y la ciudad y la provincia lloraron de felicidad por el insuperable logro. Los aficionados y los ciudadanos anegaron las calles de Huesca en unas jornadas de júbilo en las que despertó el orgullo altoaragonés.

Rubi se marchó al Espanyol y los responsables tomaron una arriesgada decisión: concederle la dirección técnica a Leo Franco, un hombre de la casa que colgó los guantes en el Huesca y que con el título recién estrenado y sin experiencia previa en equipos sénior es quien maneja ahora los hilos en tan ansiado curso 2018-19. Se ha rodeado el argentino, eso sí, de profesionales de comprobada experiencia, como Eduardo Basigalup y Juan Manuel Alfano.

La espera se ha terminado. La pretemporada ha ido quemando etapas y el día señalado por todos en el calendario es una realidad. Eibar abrirá este domingo un ciclo que el club desea poder estirar. Con el único objetivo de acercarse a la permanencia desde la humildad, los altoaragoneses ya no necesitan frotarse los ojos. Huesca y el Huesca son de Primera División y ha llegado la hora de disfrutarlo.

Un once definido

En el capítulo estrictamente deportivo, Leo Franco ha ido definiendo tanto su modelo de juego como su primer once inicial durante el proceso preparatorio. Este culminó el fin de semana anterior con una victoria por 1-2 ante el Alavés en la localidad vitoriana de Alegría que resultó capital por el nivel ofrecido y que ha supuesto un gran acicate para el vestuario, que se muere de ganas por entrar en competición.

El entrenador argentino dispone de la práctica totalidad de su material, hoy día configurado en los 23 nombres de su primera plantilla. Solo el lateral Carlos Akapo se quedará en casa por obligación, al arrastrar un castigo disciplinario de dos partidos. La formación titular alberga una única interrogante clara: si el mediocentro Damián Musto entra de inicio después de haber cumplido este jueves su sanción por dopaje. Werner es fijo en portería, como la defensa formada por Miramón y Luisinho en los laterales y Pulido y Exteita de centrales. Para la medular, dentro de un esquema 4-4-2, Melero será de la partida seguro, bien con Musto o bien con Semedo. En los interiores actuarán Moi Gómez y Álex Gallar y arriba la dupla Cucho Hernández-Samuele Longo.

El Eibar, de nuevo con el veterano José Luis Mendilíbar en el banquillo, cuenta con las importantes bajas del medio Pedro León y el defensa Ramis. Aunque los armeros se han reforzado poco pero bien durante este verano y, aparte de mantener el bloque, cuentan con una plantilla muy asentada en la que es su quinta campaña en la máxima categoría. Un espejo en el que el Huesca se mira y que hoy pretende hacer pedazos con sus primeros puntos.

Alineaciones probables:

Eibar: Dmitrovic; Calavera, Paulo, Arbilla, Cote; Escalante, Diop; Orellana, Enrich, Bebé y Kike García .

Huesca: Werner; Miramón, Pulido, Etxeita, Luisinho; Musto o Semedo, Melero, Gallar, Moi Gómez; Cucho Hernández y Longo.

Árbitro: Prieto Iglesias (Colegio Navarro)

Campo: Ipurúa.

Hora: 18.15.

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