El Huesca arrancará hoy una de esas semanas de borrón y cuenta nueva con la vista puesta en la transición entre el mes de julio y el de agosto, cuando las horas que resten para el debut en la Primera División sean una cuenta atrás. Superado el ecuador de la preparación, y a 20 días del partido en Ipurúa frente al Eibar, los azulgranas estrecharán lazos con la competición oficial con la disputa de tres amistosos más ante Eibar, Oviedo y Alavés los días 4, 8 y 11, respectivamente.

Además, la primera de estas citas tendrá como contrincante al mismo Eibar. Será el sábado 4 de agosto a las 19.00 en la localidad navarra de Tudela, y al carácter de prueba ante un Primera que muy pronto volverá a cruzarse en el camino se suma el rango de reválida tras las malas sensaciones mostradas ante Osasuna y Numancia. El técnico Leo Franco se encuentra a la espera de recuperar a Álex Gallar, que se ha perdido las dos últimas citas por molestias en los abductores.

El catalán, que sí actuó ante Monzón y Lleida, es uno de los dos extremos puros de la plantilla al tiempo que el club busca dos futbolistas más para completar estas posiciones. Y, como demostró Ferreiro ante los sorianos, el esquema del argentino se beneficia de jugadores rápidos que estiren el equipo por los lados y abran al mismo tiempo las líneas defensivas de los rivales. Eugeni y Moi Gómez carecen de esta profundidad y se puede manejar al Chimy Ávila como otra alternativa con más remate que desborde.

Una pretemporada marcada por la paulatina llegada de jugadores con un pasado deportivo reciente que les ha obligado en algunas casos a atravesar un periodo de aclimatación se compensa con un panorama de lesiones de muy poca importancia. Las molestias de Gallar se han sumado a otras dolencias de carácter menor de Ferreiro de las que ya se encuentra totalmente restablecido. Así, el trabajo para los readaptadores y preparadores físicos se ha centrado en Longo, Semedo, Insua o Etxeita.

El delantero italiano se fracturó el hombro en abril, mientras militaba en el Club Deportivo Tenerife, y no regresó a un terreno de juego hasta el sábado pasado. Han sido más de tres meses tras los que Longo ya puede respirar. Su reaparición en El Burgo de Osma fue una de las pocas notas positivas que arrojó el amistoso. Al término del choque, el jugador nacido en Valdobbiadene realizó un diagnóstico realista y aseguró que tanto él como el equipo debían seguir trabajando para mejorar.

Su evolución pasa por sumar minutos ante Eibar, Oviedo y Alavés del mismo modo que sucederá con el otro debutante del fin de semana, Xabier Etxeita. El central vasco, el último en llegar al Huesca por el momento, contó poco para el Cuco Ziganda en el Athletic de Bilbao la pasada Liga pero fue de mucha más relevancia en competiciones europeas. Ante el Numancia sumó sus primeros 62 minutos después de haberse incorporado al plantel el martes anterior.

Pablo Insua y Semedo, otros dos centrales, se han repartido 108 y 56 minutos respectivamente. El gallego se ha aclimatado con mucha celeridad a su nuevo destino y el portugués, tras un periodo de cinco meses en la prisión de Picassent, también ha sorprendido gratamente al club por su estimable condición física dadas las circunstancias, al margen de que su actitud y implicación en el día a día están resultando satisfactorias.

El cuerpo técnico también ha celebrado el papel desempeñado por los canteranos que se añadieron a los ejercicios desde el primer día, el ya lejano 5 de julio, y que han sumado efectivos y aire fresco a los trabajos de las cuatro primeras semanas. Gustavo Abizanda, Javier Almerge, Dani Arnedillo, Carlos Kevin Omoruyi y Jorge Gasca han ocupado un lugar privilegiado como prometedoras alternativas en un futuro más o menos cercano. Ahora, y con las cercanas salidas de Bardají y Toro, Leo Franco dispone de los 22 jugadores de la plantilla con los que seguir buscando el punto exacto de cocción para la mejor liga del mundo.