Pasaje final para un año irrepetible

El Huesca quiere ganar en Oviedo para apurar sus opciones de ser campeón de liga. Los locales necesitan un milagro para entrar en el ‘play off’.

El centrocampista gallego David Ferreiro saluda ayer antes de subir al autobús con destino a Oviedo.
El centrocampista gallego David Ferreiro saluda ayer antes de subir al autobús con destino a Oviedo.
RAFAEL GOBANTES

Puede provocar cierta sensación de pesadumbre el encuentro de hoy en Oviedo para la Sociedad Deportiva Huesca. Y es que el equipo altoaragonés va a completar el pasaje final de un relato que ya conoce su término, el epílogo más feliz con el ascenso a Primera División conseguido y hasta celebrado. Por eso, si alguien experimenta en sus carnes la tristeza por cerrar una temporada sin igual seguro que se le pasa pronto, puesto que lo que está por llegar, para el Huesca, es un mundo por descubrir repleto de ilusión y de nuevos sueños a conquistar. La máxima categoría espera a los azulgranas, quienes tratarán de subir al firmamento futbolístico español como campeones de liga de Segunda División. Este aliciente le otorga al partido de Oviedo un plus de relevancia para el bando visitante, mientras que la formación local aguarda un milagro en sus aspiraciones de colarse en el ‘play off’ de ascenso. Apenas un 2% de posibilidades defienden esa opción, con pocos visos de realidad, por tanto, en los momentos previos al choque.

No depende de sí mismo el Huesca para sellar la cátedra en un año irrepetible. Añadir un trofeo a las vitrinas del club pasa inexorablemente por la victoria en Oviedo. A partir de ahí sería el resultado del Rayo Vallecano en Tarragona el que decidiera el primer clasificado. Los madrileños, con el ‘golaverage’ particular favorable respecto a los oscenses, cuentan con un punto de ventaja (76 por 75). De esta forma, si el Nàstic gana o araña un empate, el triunfo del Huesca en el Tartiere llegaría acompañado de otro éxito para la colección de hitos de la temporada: el campeonato de liga.

Cuatro bajas azulgranas

El técnico Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’ está empeñado en tomar la puerta de salida del Huesca todavía con un mayor poso de grandeza. "Quiero ser campeón", reiteró el jueves, al igual que había dicho la pasada semana antes de recibir al Nàstic (0-1). La derrota incluso le ha cambiado el semblante, invadido de alegría después de coger la rampa de subida a Primera en Lugo. "Casi ni se me he quitado la cara del domingo", apuntó el entrenador barcelonés, quien afirmó que la del título "es una posibilidad que no podemos perder de vista. Creo que estamos convenciendo al jugador en ese sentido".

Podrán estar convencidos el portero Álex Remiro, el lateral Carlos Akapo, el centrocampista Gonzalo Melero o el delantero Chimy Ávila, pero ninguno de ellos tendrá la opción de demostrarlo sobre el verde del Carlos Tartiere. Los dos primeros han quedado fuera del partido por sanción, mientras que el centrocampista madrileño acusaba problemas musculares y el argentino tuvo que ser intervenido ayer por la infección de una muela, que le acarreó un cuadro febril importante.

Pese a las ausencias, el once inicial configurado por Rubi va a ser, como él mismo confirmó, "bastante similar al que acabó con el peso específico en el final de liga". Aguilera, Ferreiro y Alexander González, junto a Santamaría de defensor del arco, apuntan a ser novedades en el equipo titular del Huesca.

El Oviedo, por su parte, tiene las bajas por sanción del zaguero Carlos Hernández y el medio Saúl Berjón. Vuelve el exazulgrana Christian Fernández. La duda es si Anquela recuperará la defensa de cuatro o insistirá con los tres centrales y dos carrileros.

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