La culminación de un proyecto

En el curso 2005/06 la directiva actual tomó el control del Huesca. Petón y Lasaosa fueron los impulsores de una idea de club que aglutinó a más gente de fútbol.

Petón el martes en el balcón del Casino, junto a José Luis Ortas y Agustín Lasaosa.
Petón el martes en el balcón del Casino, junto a José Luis Ortas y Agustín Lasaosa.
Rafael Gobantes

Siempre estaban pendientes de lo que aconteciera en la Sociedad Deportiva Huesca, pese a que su día a día estuviera condicionado por las obligaciones en la empresa de representación de jugadores Bahía Internacional. José Antonio Martín Otín ‘Petón’ y Agustín Lasaosa Laliena, altoaragoneses con la médula espinal teñida de azulgrana, nunca se olvidaron de su Huesca. Desde muy cerca o desde más lejos, durante años los dos ex jugadores transformados en ejecutivos del fútbol prestaron atención a lo que sucedía en el club. En la antesala de la temporada 2006/07, tras una agónica permanencia en Segunda B en la promoción de descenso (contra el Castillo) decidieron que había llegado el momento de dar un paso al frente y asumir las riendas. Ambos cogieron el testigo de Jesús Viñuales, quien había hecho un titánico esfuerzo por sostener a la entidad desde una labor entusiasta pero no con el mismo grado de profesionalidad que alcanzaban sus sucesores en el cargo. Fue entonces, en aquel mes de junio del 2006 cuando dio inicio una etapa brillante, desconocida para una SD Huesca habituada a portar su escudo lejos de los focos de las categorías principales y que, poco a poco, fue labrando un prometedor mañana.

En la persecución del éxito, el dúo involucró rápidamente a personas muy vinculadas al deporte rey y al Huesca. Desde que Petón les empezó a hablar de que era viable un Huesca de Primera, que era posible intentarlo y materializarlo, no tardaron en unirse al proyecto, entre otros, Fernando Losfablos, Fernando Sarasa, Pedro Ibaibarriaga, Carmelo Bosque, Ana Acín, el cerebro de los números Carlos Laguna o el querido y recordado Armando Borraz. El de Lanaja se convirtió en el primer presidente en Segunda División, tras el ascenso de los azulgranas en Écija en la temporada 2007/08.

En el ejercicio anterior, el del estreno del proyecto, solo el Córdoba evitó que la nave oscense fondeará antes en la categoría de plata. Pero la semilla ya se había plantado y el enraizamiento era fuerte.

Una vez dentro de la Segunda División, el Huesca fue solidificando su estructura y continuó aplicando escrupulosamente su política económica. Se puede resumir así: "Si tienes cinco, te gastas cuatro y guardas una". Dicho de ese modo no será muy académico, si bien el modelo ha resultado muy productivo y, a la par del buen rendimiento deportivo, ha hecho que el club se pusiera como ejemplo de gestión por parte de la Liga de Fútbol Profesional en numerosas ocasiones.

La llegada a la élite planteó a los rectores del Huesca una dificultad añadida a la de oponerse sobre el verde y en los despachos a equipos de tanto caché; el club debía convertirse en sociedad anónima deportiva. Lo logró conservando la Fundación Alcoraz la mayoría accionarial para que la entidad quedara en manos locales, evitando así el posible interés de inversores y especuladores nacionales y extranjeros.

Porque el Huesca, además de sus cuentas en verde, tiene el estadio de El Alcoraz en propiedad. Un gran activo, aunque haya requerido mucha inversión por parte de los rectores del club; hasta la fecha unos 5 millones de euros, más lo que deberá abonar este verano para adecuarse a las necesidades de aforo y servicios, así como a los requerimientos de la patronal de clubes.

El proyecto de la Sociedad Deportiva Huesca ha conseguido en doce años establecer sus camisetas en Primera División. Eso sí, antes tuvo que caer a Segunda B en la temporada 2012/13 para aprender de sus errores y perfeccionar el proceso en la búsqueda del olimpo futbolístico. Dos campañas en la categoría de bronce abrieron una segunda época de plata que, en su tercer ejercicio, ha culminado con tan histórico ascenso a la máxima instancia nacional. Objetivo cumplido y bien cumplido. Ahora el reto está servido, sin duda un precioso desafío para un consejo de administración que está disfrutando de su loable triunfo.

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