Cinco días para reafirmar un año

El Huesca, que tras caer en el derbi aragonés de La Romareda acumula siete jornadas sin ganar, se mide el jueves en El Alcoraz al Albacete y el lunes recibe de nuevo en su estadio al Barcelona B.

La plantilla del Huesca, este domingo ya al completo con la vuelta de Rulo Prieto, corre sobre el césped del Instituto Montearagón.
La plantilla del Huesca, este domingo ya al completo con la vuelta de Rulo Prieto, corre sobre el césped del Instituto Montearagón.
Pablo Segura

La espada de los malos resultados continúa atravesando la caja torácica de la Sociedad Deportiva Huesca, que no pudo detener su caída en La Romareda y sigue viendo pasar las jornadas sin reconquistar una victoria extraviada desde el 11 de febrero. El 1-0 ante la Cultural Leonesa es el último servicio en grande para el equipo altoaragonés, ahora inmerso en un proceso de restablecimiento anímico que por la imperiosa acción del calendario tendrá que ser breve. Por suerte o por desgracia, eso ya se encargará de juzgarlo el césped y el balón. Porque el jueves la competición liguera regresa a El Alcoraz con el Huesca-Albacete aplazado (20.00), en el que será el primero de los cinco días en los que el conjunto azulgrana tratará de validar sus aspiraciones de llegar a Primera División por la entrada principal, por la directa. Pero sobre todo, los de Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’ pelearán por reafirmar un año entero de trabajo en dos encuentros consecutivos como local, puesto que el lunes será el Barcelona B el que acuda al estadio oscense (21.00). La oportunidad está ahí para el Huesca, surgiendo en su etapa más dubitativa y oscura dentro de una trayectoria que hasta hace bien poco era guiada desde la brillantez.

Los seis puntos que se van a discutir en El Alcoraz en solo cinco días son un termómetro para calibrar el estado de salud del Huesca. La fiebre ha subido en el vestuario con la derrota por 1-0 contra el Real Zaragoza, que liquidó el clima de esperanza nacido el lunes 26 de marzo en Cádiz (1-1). En el Ramón de Carranza los altoaragoneses echaron un punto a su casillero gracias a un partido que en muchas fases enseñó otra vez al Huesca que dominó la tabla clasificatoria durante 18 jornadas. De hecho, la igualada le permitió continuar en lo más alto, puesto que ha cambiado de manos ante la pujanza del Rayo Vallecano y el Sporting de Gijón.

El aplazamiento del compromiso frente al Albacete no le permitió al Huesca haberse instalado nuevamente en la senda triunfal, con el consiguiente impulso en la confianza. La victoria tenía que buscarla en La Romareda. Conseguirlo, para los oscenses, despejaría las dudas y levantaría el ánimo con un certero golpe; perder implicaba acrecentar la sensación de incertidumbre que ha potenciado el bache en los resultados. Y eso es lo que sucedió.

Después de una puesta en escena que mostró en Zaragoza un Huesca menos agresivo que de costumbre en la presión, la batalla se igualó para empezar a decantarse con el gol de Javi Ros. Los azulgranas quisieron reaccionar pero en ningún momento hallaron la perspicuidad suficiente, tanto por su propia falta de concreción y acierto en los metros finales como por la solidez que aportó su rival. El Huesca se marchó de vacío del derbi, apesadumbrado tras luchar con ímpetu pero sin demasiada lucidez por un encuentro que le ha devuelto al último punto de partida, al momento anterior a la visita de Cádiz.

Por eso, en la casa altoaragonesa el pensamiento ahora anda orientado a la redención de los pecados. No es que la lista se muy amplia, con el Huesca manteniendo intactas sus opciones para todo, si bien se impone la necesidad de poner coto a los dos meses sin celebraciones postpartido. Ganar para olvidar. Ganar para seguir creyendo. Ganar como antídoto para la crisis deportiva establecida desde hace siete jornadas. Al menos el fútbol le concede rápido la opción de desquitarse, con la llegada del Albacete y del Barcelona B a El Alcoraz.

El jueves, primera cita contra los castellano-manchegos, quienes se presentarán en El Alcoraz en situación cómoda, con 44 puntos en zona de indefinición clasificatoria; no se puede decir lo mismo del filial culé, que tras perder en casa contra la Cultural Leonesa se ha situado en el borde del abismo hacia Segunda B.

Como local, hasta la fecha los registros del Huesca son bastante poderosos, pese a perder la condición de imbatido en su último choque (0-2 contra el Sporting). Por ahora, en 16 partidos en El Alcoraz los anfitriones han logrado 11 victorias, han empatado en cuatro ocasiones y como única mancha en el expediente queda la derrota frente a los asturianos.

Desde el vestuario oscense se lanzaron este domingo a través de las redes sociales algunos mensajes para elevar el ánimo de una hinchada alicaída por los últimos tropiezos. Así, el extremo Álex Gallar apuntó en su Twitter: "Se escapó el derbi. Si alguien piensa que bajaremos los brazos ahora es que no conoce a este equipo. ¡Vamos @SDHuesca!". Para Cucho Hernández, "hay que dar la vuelta a la página y centrarnos en el próximo objetivo". El Albacete como punto de inflexión. La victoria ya como obligación. Cerrar la herida o perder más sangre. El Huesca, ante un momento clave.

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