Vallecas y un horizonte de Primera

El Huesca, con bajas, se dispararía nuevamente en cabeza si gana. El Rayo, segundo clasificado, busca reducir la distancia con el líder hasta los 5 puntos.

Joan Francesc Ferrer 'Rubi' imparte instrucciones a sus jugadores durante el entrenamiento del martes en el IES Pirámide.
Joan Francesc Ferrer 'Rubi' imparte instrucciones a sus jugadores durante el entrenamiento del martes en el IES Pirámide.
Rafael Gobantes

El estadio de Vallecas puede significar un antes y un después en el trayecto que, hasta el momento, está recorriendo la Sociedad Deportiva Huesca en la persecución del más entusiasta de todos sus sueños: el ascenso a Primera División. Ese añejo dicho que reza que ‘de Madrid, al cielo’ casaría como anillo al dedo azulgrana si los de Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’ son capaces de sobreponerse a las bajas y a la fortaleza del Rayo Vallecano en un duelo que este sábado (18.00) va a cruzar al líder y al segundo clasificado de la categoría de plata. Si la victoria se marcha en la bodega del autobús en dirección a las tierras aragonesas, el Huesca se dispararía nuevamente en cabeza.

Escapar triunfante de su enfrentamiento en Vallecas dejaría a los azulgranas 11 puntos por encima del que ahora es su más inmediato perseguidor. "Eso es una barbaridad", dijo Rubi en su comparencia pública. Los franjirrojos caminan firmes con 47 puntos, los mismos que el Cádiz, al que han ido limando diferencias hasta darle alcance. Con 55 el Huesca se mantiene en poder del bastón de mando de Segunda, cosa que se ha repetido durante 14 jornadas de forma consecutiva.

Esa cifra no creció en Valladolid después de diez partidos sin conocer la derrota. Llegó en un choque de dos caras (3-2). La buena apareció tras el descanso. Pese a la inferioridad numérica por la expulsión de Chimy Ávila, los altoaragoneses desarrollaron un fútbol de velocidad y precisión que desarboló a los castellanos. Sin embargo, una acción aislada en la recta final terminó condenando al Huesca.

Importó en el vestuario, claro que sí. Importa, de hecho, el haber vuelto a perder. Pero para máxima importancia la que concedió Rubi a lo sucedido en la segunda parte en el José Zorrilla. "Este equipo viene de dar una lección de competir", aseveró el de Vilassar de Mar.

Ausencias sensibles

Bajo esas directrices desea aplicarse este sábado el Huesca, que como en la pasada jornada acumula ausencias sensibles. Sigue fuera por lesión Cucho Hernández, delantero colombiano que había dejado el trabajo al argentino Ávila, castigado por su roja en Pucela. En la vanguardia, por tanto, radica la gran incógnita en la alineación azulgrana. Lo natural sería que Rubi colocara al único delantero disponible, Rescaldani, aunque la poca bola que está recibiendo el argentino en las últimas fechas abre la posibilidad a otra configuración distinta en la que Álex Gallar desempeñaría las funciones de ese ‘nueve’ mentiroso que se mueve como un fantasma por toda la línea de ataque.

Si los problemas por las bajas son grandes en lo ofensivo, todavía es peor el panorama en el capítulo defensivo. Tanto que el técnico del Huesca situará una zaga inédita hasta el momento: Alexander González y Rulo en los laterales y en el eje Carlos David con Jair Amador, único de los etiquetados como titulares en esa zona del campo. Pulido no está disponible por sanción y Brezancic por lesión, mientras que Akapo no termina de recuperarse tras su operación de menisco. Al menos, Vadillo y Kilian han podido entrenar con el grupo y alivian esa nómina de cinco bajas.

También las tiene Míchel, director de orquesta del Rayo. En su caso son menos relevantes: solo el central Amaya había sido titular el domingo en León. Velázquez cubrirá su hueco, con la duda arriba entre Javi Guerra o Trejo.

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