El Oviedo de Anquela, primer desafío del 2018

Ingredientes no faltan para crear expectación en torno al partido que este domingo acogerá El Alcoraz, porque pocos pensaban al comienzo de la temporada que los Reyes Magos traerían un regalo así a territorio oscense. Ya no solo la visita del que fuera dueño del banquillo azulgrana en la que es –hasta el momento–, la mejor temporada de la historia del Huesca, sino todo un duelo en la cabeza de la clasificación a solo una jornada de finalizar la primera vuelta del calendario. Únicamente cuatro puntos separan a los de Rubi del Real Oviedo, y aunque el Huesca tenga ya la condición de campeón de invierno como algo asegurado, la ocasión se presenta propicia para poner cierta distancia con sus perseguidores, algo que el equipo oscense ha podido hacer en otras ocasiones en las últimas jornadas pero sin éxito. Porque si algo demuestra esta cabeza de la tabla es que nadie pierde el ritmo. La mejor prueba de ello la representa el Lugo, que en dos semanas ha pasado de colíder a séptimo.

La premisa no es sencilla para el Huesca en esta ocasión, ya que Anquela ha logrado poner en la senda correcta a un equipo que en algún momento durante el arranque de la competición amenaza con irse a la deriva. Le avalan sus últimas cinco victorias, que le han otorgado los 15 puntos necesarios para encaramarse a la parte alta y mirar de cerca el ascenso directo. De hecho, solo un punto separa a los asturianos, que ahora suman 35 en su casillero, del tercer clasificado el Cádiz –que se encuentra en una dinámica similar–, y que afronta este final de la primera vuelta con 36 puntos y en posición de subir de categoría de manera directa.

La intención de Rubi será, por tanto, frenar ese viento a favor que empuja a su rival de este domingo, e intentar contrarrestar ese conocimiento que se le presupone a Anquela de muchos de los jugadores que entrenó hasta el pasado mes de junio, y con los que logró meter al Huesca en un ‘play off’ de ascenso a Primera División de manera inédita hasta el momento en la historia del club. No obstante, aunque pueda mantenerse un bloque del equipo titular de entonces, parece que únicamente Brezancic, Jair, Aguilera y Sastre partirán también desde el comienzo en esta ocasión, ya que Melero se encuentra sancionado tras ver la quinta amarilla en el último encuentro, contra el Nástic, y Akapo se sigue recuperando de la operación de menisco a la que fue sometido el pasado mes. Por tanto, poco quedará sobre el césped del Huesca de Anquela, tanto en nombres propios como en estilo de juego, pues el nuevo técnico azulgrana apuesta por una mayor posesión del balón.

Donde sí quedó muy presente el recuerdo de Anquela fue entre la afición del Huesca, que lo recuerda como uno de los grandes artífices del sueño que vivió el equipo al colarse entre los seis primeros al final de temporada. Terminó conquistando a la grada azulgrana, pese poseer un marcado carácter tanto a la hora de dirigirse a los jugadores como de comparecer ante los medios. Será un interrogante, por tanto, cómo recibirá el que fuera su estadio al entrenador onubense, ahora ocupando el banquillo visitante. Lo que sí está claro es que el escenario que se encontrará Anquela en su regreso a Huesca será diferente al recuerdo que puede guardar del pasado invierno, y más parecido al encuentro de ‘play off’ que se disputó en El Alcoraz. Pues el club ha agotado sus abonos para la segunda vuelta, y el graderío roza el lleno en cada jornada en la que el Huesca juega como local.

Los de Anquela regresaban al trabajo el mismo día de Año Nuevo tras una semana de vacaciones navideñas para preparar la visita a Huesca. Lo hacen reforzados por sus últimos resultados, especialmente a domicilio, ya que los asturianos han logrado tres victorias en sus cuatro desplazamientos más recientes. Un añadido más para pensar en un auténtico choque de trenes en el partido que se vivirá en El Alcoraz, pues los de Rubi no han perdido en toda la primera vuelta ante su afición.