El Huesca corona el 2017 con un triunfo ante el Nástic

Los de Rubi despedirán el año como líderes en solitario.

El capitán de la SD Huesca, Melero.
Melero, el capitán.
SD Huesca

Se agotan los adjetivos para un Huesca que cada semana va poniendo un capítulo más en una temporada que es ya parte dorada de la historia del club. Los de Rubi vencen y convencen mientras su afición llena la carta a los Reyes Magos de deseos que hace unos años parecían auténticas quimeras y que ahora cobran fuerza y cada jornada cogen cuerpo. El reto este sábado era poder despedir el año como líderes de la clasificación en solitario, ya que el resto de resultados aseguraban hacerlo en la primera posición. Y los oscenses dominaron a la perfección esa sensación, a veces venenosa, de deberes cumplidos y vacaciones cercanas para no perder ni un ápice de concentración y vencer al Nástic en el Nou Estadi.

Este triunfo convierte al Huesca prácticamente en campeón de invierno, ya que estando tres puntos por encima del Cádiz, solo un descalabro en El Alcoraz el próximo día 7 de enero haría que los gaditanos les adelantaran para finalizar la primera vuelta. Y pocos indicios hay de que eso pueda ocurrir, ya que el equipo no pierde en su estadio desde febrero.

El deber se encontraba lejos de él, pues el reto que habían apuntado tanto los jugadores como el propio Rubi en los días previos era hacer encuentros más completos a domicilio. Sobre todo intentar saltar en los primeros minutos con la misma intensidad que el Huesca arranca los choques en El Alcoraz. Y el equipo logró sentirse en el Nou Estadi como en casa ya desde el inicio. De hecho, marcó territorio el Cucho con un cabezazo que se fue rozando el larguero cuando apenas había dado el segundero su primera vuelta.

Los oscenses defendían su condición de líderes asumiendo la iniciativa en el juego, y nadie se escondía a la hora de aproximarse a los dominios de Dimitrievski. Sastre y Ferreiro estuvieron cerca de finalizar con éxito algunos de los largos ataques del Huesca, con los que empujaban al Nástic hasta dentro de su área, ralentizando enormemente sus opciones de sorprender a la contra, aunque fuera uno de sus pocos recursos.

Repetía Rubi el once que había vencido al Lugo seis días antes, y como ocurrió en esa ocasión, la conjunción fue total. En ese palpable control de los azulgranas –vestidos de negro esta vez-, llegó el primer gol del encuentro, en el minuto 36. Probó Alexander un potente disparo cruzado, y aunque le tapó bien Dimitrievski, no pudieron hacer nada ni el guardameta ni los defensas cercanos para impedir que Chimy Ávila simplemente la empujara dentro.

El Huesca se permitía entonces algo de aire, con el consiguiente avance del Nástic, pero sin llegar a romper la calma de la solvente línea defensiva oscense, que nuevamente salvó los 90 minutos de manera inmaculada, ya que el tanto rival llegaría en el descuento en un remate perfecto de Mesa ante los que poco pudieron hacer los centrales. Junto a la del gol, un remate a bocajarro que sacó Remiro fue una de las pocas reprochables, justo en la primera acción de la segunda parte. Porque con un 0-1 en el marcador, tras la reanudación saltaron los locales con algo más de intensidad al campo. Les tocó a los de Rubi aguantar los arreones para volver a coger la batuta.

Fue algo muy temporal, ya que el Nástic se rompía por momentos tras unos cambios que estuvieron muy lejos de lograr el objetivo de su entrenador. A punto estuvo el Cucho de aprovecharlo en una gran jugada individual en la que solo falló en la definición, sin lograr engañar al meta catalán. Pero la siguiente acción sirvió para enmendar el fallo del colombiano, ya que esa sí que terminó dentro. Fue tras un cúmulo de remates sacados sobre la línea, en los que el balón se paseaba tras ser simplemente empujado, cuando el disparo de Jair, que se incorporaba desde atrás, tocó la red, gracias también al frontón que supuso la muralla de jugadores del Nástic que se apostaban en la línea de gol, rebotando en ellos el balón, pero en sentido contrario al que pretendían.

Con apenas 10 minutos por disputarse y un marcador lo suficientemente amplió ante un Nástic roto en el medio campo, el Huesca se ajustó su traje de líder y encadenó varias claras para hacer el tercero. No tuvo premio Cucho en sus múltiples intentos, ni Ferreiro que estuvo cerca con un disparo lejano, Corrió mejor suerte Mikel Mesa en la portería contraria, enganchando al primer toque un balón colgado, casi de manera acrobática, ante el que ni la defensa ni Remiro pudieron hacer nada.

Pero eso ya era en el tiempo de descuento, sin poner en peligro el triunfo azulgrana, que fue celebrado en la grada del Nou Estadi por unos 300 aficionados oscenses que se desplazaron hasta Tarragona para poder ver a su equipo seguir haciendo historia.

Nástic: Dimitievski, Suzuki, Kakabadze, Perone, Abraham, Eddy (Dongou, 68), Gaztañaga, Maikel Mesa, Jean Luc, Barreiro y Uche (Delgado,45).

SD Huesca: Remiro, Alexander, Pulido, Jair, Brezancic, Aguilera, Sastre, Melero (Camacho, 84), Chimy Ávila (Gallar, 60), Ferreiro (Rescaldani, 86) y Cucho Hernández.

Goles: 0-1, min. 36: Chimy Ávila. 0-2, min. 77: Jair. 1-2, min. 94: Mesa.

Árbitro: Gorostegui Fernández-Ortega (comité vasco). Mostró tarjeta amarilla a Sastre y Melero por el Huesca y a Eddy por el Nástic.

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésima jornada de LaLiga 123, disputado en el Nou Estadi de Tarragona ante 5.239 espectadores. De ellos, unos 300 eran aficionados del Huesca.

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