Una victoria para seguir en el trono

El Huesca luce desde hace tres semanas la corona de la Segunda División. Desde la felicidad y con la sensación de orgullo y confianza. Con valentía. Sin miedo. Sin ansiedad. Al equipo altoaragonés el traje del liderato ni le aprieta ni le viene grande. Le sienta de maravilla. Consciente, eso sí, que en cualquier momento se lo pueden birlar, no caerá en depresión si se le descuelgan los galones de la solapa y el halo brillante de la primera plaza da paso a un lugar que, por otra parte, continuaría siendo de privilegio dentro del paraíso clasificatorio de la Segunda División. Pero el Huesca no piensa en eso. Ni siquiera medita en el medio y largo plazo. Vive un presente de ilusión, desbordada en su entorno y contenida en el vestuario. Que sea contenida no quiere decir que no revolotee por la mente de jugadores y técnicos la posibilidad de completar una temporada en la azotea. O en el ático. En definitiva, en los pisos superiores.

La categoría de plata, sin embargo, se caracteriza por la mínima distancia entre la planta noble y el sótano. Tan estrecha es la distancia entre un rellano y otro que es difícil aventurarse en pronósticos. La lógica clasificatoria no siempre se impone. Y a ese axioma de la Segunda División quiere engancharse hoy el Córdoba en El Alcoraz (16.00). Los andaluces tratarán de asediar e implosionar la fortaleza azulgrana, hasta la fecha inexpugnable en la competición doméstica. Necesita el equipo califal una alegría. De forma urgente para poder escapar de la última plaza y avanzar hacia una zona de permanencia que, poco a poco, va tomando distancia.

El Huesca, pese a perder en Granada, domina la tabla con 29 puntos, que son 17 más de los que atesora su enemigo. ¡Cómo han cambiado las cosas desde la primera visita del Córdoba a El Alcoraz! Fue en una calurosa tarde de junio de 2007. Era el primer intento oscense por ascender a Segunda. Y fueron los andaluces los que terminaron triunfantes la eliminatoria. Entonces el Córdoba se veía en Huesca como un mastodonte al que era prácticamente imposible cazar. Diez años después los azulgranas disfrutan de su mejor momento histórico, mientras que los verdiblancos fluyen a trompicones por un mar tempestuoso en mitad de una crisis deportiva e institucional para un club que hace tres temporadas tuvo un fugaz paso por Primera.

Primer partido sin Cucho

Hoy el Huesca es líder y quiere seguir siéndolo. Y el Córdoba es colista y no quiere seguir a la estela de los demás ni un segundo más. Es por tanto un duelo de contrastes en El Alcoraz que para los anfitriones envuelve una doble reválida: continuar en el trono de Segunda y hacerlo sin el concurso del goleador Cucho Hernández.

El joven punta colombiano, lesionado y sancionado, tendrá que descansar. Con lo que eso conlleva. Su influencia en el juego ha demostrado ser notable, de ahí que Rubi tenga que aportar alguna pincelada nueva a los parámetros habituales sobre los que se ha movido con gracicilidad su equipo. Mantener a Rescaldani como referencia ofensiva, con Gallar o Chimi Ávila por detrás, o apostar por la energía de Ávila y Gallar. Esas son las combinaciones más probables en un encuentro que podrá jugar Ferreiro tras el beneplácito del Comité. "Es un partido trampa". Lo dijo Rubi el jueves y lo repitió Gallar ayer. Nadie piensa en el Córdoba como un ratoncillo indefenso. El liderato solo se posee desde la humildad y la calma.